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Ribadesella se planta ante los forasteros: aquí hay gallos, cencerros y campanas
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PIDEN QUE LOS GALLOS NO CANTEN

Ribadesella se planta ante los forasteros: aquí hay gallos, cencerros y campanas

El ayuntamiento cuelga un cartel en el que avisa a los turistas de lo que se van a encontrar, ante las llamadas denunciando hechos que forman parte del día a día en el mundo rural

Foto: Los turistas se quejan por el canto del gallo o los cencerros del ganado (Reuters/Eloy Alonso)
Los turistas se quejan por el canto del gallo o los cencerros del ganado (Reuters/Eloy Alonso)

La pandemia ha provocado que, en los últimos meses, el turismo rural se haya puesto de moda. Muchos han decidido cambiar las masificadas playas por el encanto del pueblo y disfrutar de otra manera de sus vacaciones. Sin embargo, no todos se han encontrado lo que se esperaban, descubriendo cosas que no se esperaban en las zonas rurales.

Asturias es uno de esos destinos que este año ha superado las expectativas, tanto en el interior como en sus idílicas playas. Pero no todos los visitantes que se acercan a los pueblos pasan unas buenas vacaciones, como demuestran las llamadas que se reciben en algunos ayuntamientos por situaciones que sorprenden a los turistas.

Llamadas que alertan porque un gallo canta a las seis de la mañana, otras que se quejan de que hay excrementos de vaca en una carretera o quienes se indignan por el ruido de los cencerros al mover el ganado o por el repique de campanas de la iglesia. Todo eso ha llevado al Ayuntamiento de Ribadesella a elaborar un cartel en el que avisa a los forasteros de lo que les espera cuando llegan de vacaciones.

Un pueblu asturianu

En ese cartel se puede leer el siguiente aviso: "Atención pueblu asturianu. Usted acede asumiendo los riesgos. Aquí tenemos: campanarios que suenan regularmente, gallos que cantan temprano, rebaños que viven cerca e incluso algunos llevan lloqueros (cencerros) que también emiten sonidos, tractores propiedad de agricultores que trabajan para alimentarte y caminos asfaltados, no autopistas (conductor circule con precaución)".

Luis Sánchez, primer teniente de alcalde de Ribadesella, explica a La Voz de Asturias que "es un toque de atención para defender lo nuestro y también para dar respuesta a quienes se sorprenden por escuchar a un gallo a las seis de la mañana y llaman al ayuntamiento para quejarse porque no les deja dormir".

El edil asturiano reconoce que se inspiraron en lo sucedido en Saint-André-de-Valborgne, un pueblo francés, de la región de Occitania, donde pasó algo parecido. Con apenas 400 habitantes, comenzaron a recibir llamadas de queja de los veraneantes por cuestiones normales en su día a día, lo que les llevó a colgar ese cartel en 2019 en el que ahora se ha inspirado Ribadesella.

"Si vienes a un hotel rural, tienes que ser consciente de que es rural"

Ambos carteles tiran de ironía para defender la cultura propia del entorno rural. Luis Sánchez señala que quieren defender a sus vecinos: "Tenemos que saber conjugar el turismo con el mundo rural. Si vienes a un hotel rural, tienes que ser consciente de que es rural y que esta es la vida diaria en los pueblos". El cartel se ha colocado en todos los pueblos que componen el Ayuntamiento de Ribadesella.

La pandemia ha provocado que, en los últimos meses, el turismo rural se haya puesto de moda. Muchos han decidido cambiar las masificadas playas por el encanto del pueblo y disfrutar de otra manera de sus vacaciones. Sin embargo, no todos se han encontrado lo que se esperaban, descubriendo cosas que no se esperaban en las zonas rurales.

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