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¿Ha cambiado la pandemia la forma de jugar de los niños?
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¿Ha cambiado la pandemia la forma de jugar de los niños?

No es raro pensar que puede haberlo hecho, pues han tenido que acostumbrarse a medidas de higiene, mascarillas y conversaciones sobre enfermedades

Foto: Fuente: iStock.
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Desde que los primeros humanos aparecieron en el mundo, los más pequeños de la especie aprendieron a jugar potenciando sus manos y su imaginación, y trabajando en equipo y aprendiendo a compartir. No es raro, por tanto, acudir a un museo y sorprendernos con los maravillosos juguetes que los niños utilizaban desde la Edad de Piedra al Romanticismo: muñecas, armas, cochecitos de bebé y un sinfín de artefactos que en muchas ocasiones emulan las herramientas que los adultos utilizan en la vida diaria.

Los juguetes han cambiado mucho con el paso del tiempo, no solamente en cuanto a su fabricación o su tecnología, sino también en relación con aquello que interesa a los niños según qué momento. En otras palabras: los cambios sociales propician también que ellos se interesen por unas cosas u otras. Y si ha habido en los últimos tiempos un cambio social de especial envergadura ha sido, por supuesto, la pandemia, que también se cebó con los más pequeños en los tiempos del confinamiento obligándoles a estar encerrados durante un largo periodo.

El 82% de los padres afirmó que la pandemia había afectado a la forma de jugar de sus hijos

¿Ha cambiado, por tanto, la forma que tenían de jugar? No es raro pensar que puede haberlo hecho, pues han tenido que acostumbrarse a medidas de higiene, mascarillas y conversaciones sobre enfermedades, lo que forzosamente ha tenido que cambiar su perspectiva de la vida, por lo menos en relación con otras generaciones. La psicóloga Cara DiYanni explica en 'Psychology Today' cómo decidió llevar a cabo una encuesta para esclarecer estas dudas, llegando a la conclusión de que, definitivamente, el COVID ha tenido un impacto significativo en el juego de los niños.

En total, encuestó a 61 padres que informaron sobre 101 niños con edades comprendidas entre los 2 y los 12 años. El 82% de los padres afirmó que la pandemia había afectado a la forma de jugar de sus hijos. Es remarcable señalar que de todos ellos, el 53% opinaba que el COVID había tenido un impacto negativo sobre ellos, aunque el 59% aproximado señaló también que el tiempo de jugar en la calle antes y después de la pandemia no había sufrido grandes cambios.

Para bien o para mal, los padres y los niños se han vuelto más dependientes del tiempo frente a la pantalla

¿Y el tiempo frente a la pantalla? Es un problema frecuente. El 68.9% (42 padres) admitió que sus hijos pasan más tiempo en actividades no académicas basadas en la pantalla que antes de la pandemia, y el 29.5% (18 padres) dijo que el tiempo frente a la pantalla para sus hijos es el mismo ahora que antes de la pandemia. Según indica la psicóloga: "Para bien o para mal, los padres y los niños se han vuelto más dependientes del tiempo frente a la pantalla, tal vez como sustituto o como una forma de socializar con amigos y familiares a quienes no pueden ver".

Y quizá lo más fascinante de la encuesta: la psicóloga le pidió a los padres que compartieran las formas en las que sus hijos habían incorporado los efectos de la pandemia a sus juegos de fantasía. Informaron de varias anécdotas interesantes, por ejemplo, dos padres de niños de 3 y 4 años informaron que sus hijos han fingido inyectarse vacunas a sí mismos y a otros "para el virus". Otro padre de una niña de 4 años declaró que su hija "juega al virus". Del mismo modo, otros dos padres de niños de 2 y 4 años también informaron que sus hijos juegan con más frecuencia a 'los médicos' e incorporan personajes que dicen estar "hartos del COVID" en su juego.

Dos padres de niños de 3 y 4 años informaron que sus hijos han fingido inyectarse vacunas a sí mismos y a otros "para el virus"

Además, algunos niños habían hecho mascarillas para sus animales de peluche, Barbies o mascotas, y muchos han incorporado las medidas de distanciamiento social, cuarentena o lavado de manos a sus juegos, al igual que las "reuniones remotas". Varios padres informaron incluso que sus hijos habían comenzado a dibujar mascarillas en sus retratos.

Aunque la muestra se llevó a cabo con un grupo de familias de clase media americanas, parece bastante claro que teniendo en cuenta el carácter globalizado de la pandemia, ha afectado el juego de los niños y que los impactos a largo plazo están aún por verse. Es importante tener en cuenta que los niños a menudo usan el juego para comunicarse cuando no tienen palabras. Los impactos sociales y emocionales de la pandemia son reales.

Desde que los primeros humanos aparecieron en el mundo, los más pequeños de la especie aprendieron a jugar potenciando sus manos y su imaginación, y trabajando en equipo y aprendiendo a compartir. No es raro, por tanto, acudir a un museo y sorprendernos con los maravillosos juguetes que los niños utilizaban desde la Edad de Piedra al Romanticismo: muñecas, armas, cochecitos de bebé y un sinfín de artefactos que en muchas ocasiones emulan las herramientas que los adultos utilizan en la vida diaria.

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