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Es hora de hablar del ombligo: cómo está tan bien cerrado y otras curiosidades umbilicales
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Es hora de hablar del ombligo: cómo está tan bien cerrado y otras curiosidades umbilicales

Damos por sentada la cicatriz más importante de nuestro cuerpo, pero está rodeada de singularidades desconocidas para la mayoría de la gente. Dos expertos nos van a ayudar a descubrirlas

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Becky G, Steve McManaman y el ombligo comparten algo: estar infravalorados. La música urbana, el fútbol y el cuerpo humano les debe más de lo que a priori parece. Hoy le dedicamos un tema al tercero. Se lo merece. Nunca prestamos atención a la parte de nuestro cuerpo que una vez estuvo unida a nuestra madre, alimentándonos y dándonos vida. Nacemos, se cierra, y nos olvidamos. No puede ser.

Para los que no tenemos estudios en medicina, esta parte del abdomen puede generar una serie de preguntas coloquiales que no tienen una respuesta sencilla. ¿Cómo es posible que el cierre de ese orificio, excepto en un porcentaje ínfimo, nunca vuelva a dar problemas? ¿El ombligo cicatriza igual que otra herida o tiene algo que lo diferencie? "Su peculiaridad es que es considerado la única cicatriz natural de nuestro cuerpo. Su cicatrización se realiza en 4 fases, que son similares a las que ocurren en cualquier otra herida", asegura a El Confidencial la Dra. Gema Díaz Gil, profesora de Área de Anatomía y Embriología Humana de la Universidad Rey Juan Carlos. "La primera fase es la coagulación que se produce para disminuir el flujo de sangre. En ese caso, además de producirse la contracción fisiológica de los tres vasos sanguíneos del cordón umbilical, la presencia de la pinza colocada por el obstetra ayuda también a detener la hemorragia. La segunda fase es la llegada de células inflamatorias encargadas de eliminar patógenos. Después comienza la fase de proliferación, para reparar el tejido dañado. Por último, a los 5-15 días de que se produzca el corte, ocurre la maduración que coincidiría con la caída del ombligo".

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Además de ese proceso de cicatrización, la Doctora Díaz Gil explica el proceso por el que el cordón umbilical que se corta al nacer termina siendo un perfecto agujero llamado ombligo. Y es que, según sus palabras, tras el nacimiento y realizar una ligadura del cordón, una parte queda adherida a la pared abdominal. Esa ligadura se va a convertir en ombligo mediante un proceso de momificación fisiológica (o deshidratación) que hace que se termine desprendiendo entre el día 5 y el 15 tras el nacimiento. "Tras la caída, queda una cicatriz en fondo de que es lo que denominamos ombligo".

Los ombligos previos a la medicina

Nacer en el primer mundo en pleno siglo XXI es la principal causa de que los ombligos nos preocupen poco. El nuestro, o el de nuestros hijos, ha sido probablemente cortado y cuidado por sanitarios expertos que tienen claro tanto el proceso como las posibles complicaciones, pero no siempre fue así. ¿Qué pasaba con ellos antes del desarrollo de la medicina? ¿Siempre fueron así? "Hay algunos estudios que indican que el corte del cordón umbilical se puede considerar, probablemente, el primer procedimiento quirúrgico de la historia. En el año 5.000 a.C. los egipcios usaban un cuchillo de pedernal con forma de pez denominado 'peseshkef', que se utilizaba para dicho acto", afirma el Dr. Francisco Gómez Esquer, también profesor de Anatomía y Embriología Humana de la Universidad Rey Juan Carlos y creador de 'Pasión por la Anatomía'.

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"Históricamente este acto ha sido casi siempre realizado por las matronas, comadronas o parteras, a las que a veces se las ha clasificado como uno de los oficios más antiguo del mundo", prosigue Gómez Ezquer, "sin embargo, no tenemos que olvidar que actualmente hay todavía hay un elevado porcentaje de población a nivel mundial que no tiene acceso a asistencia sanitaria durante el parto. Según la OMS, cada día mueren en el mundo unas 800 mujeres por complicaciones derivadas del embarazo o del parto".

¿Nuestro talón de Aquiles?

La diferencia de la zona umbilical con respecto al resto de nuestro torso podría hacernos pensar a priori que, como si de una batalla se tratase, es nuestro flanco más débil frente a agentes externos, nuestra vía de agua del cuerpo. Pedimos por tanto a Francisco Gómez si nos puede asegurar que la zona umbilical es una parte de nuestra piel igual de resistente que cualquier otra frente a, por ejemplo, un corte: "Tiene algunas características particulares en los planos profundos, pero externamente está formada por un plano cutáneo constituido por piel y tejido adiposo. Frente a un corte/herida su proceso de cicatrización es similar al de otra región de nuestro cuerpo".

En el caso de las bacterias las cosas son un poco diferentes, el Doctor explica que durante las primeras 48 horas de vida, y en el 99% de los casos, el ombligo se coloniza con microorganismos que proceden del propio canal del parto y de las manos de los cuidadores, y que, por eso, se recomienda mantener una buena higiene de la zona: "Las infecciones en el ombligo se denominan onfalitis y se presentan en un 0,7% de los recién nacidos en países desarrollados y hasta en un 2,3% en países en desarrollo. Debido a la permeabilidad de los vasos umbilicales durante los primeros días de vida, la onfalitis puede ser extremadamente grave, ya que la infección se puede propagar a todo el cuerpo (sepsis)". En el caso de los adultos, aunque de forma poco frecuente, también se puede llegar a dar una infección de este tipo, localizada en la región y, en este caso, sin propagación en el resto del cuerpo. Puede deberse en este caso a una falta de higiene en la zona, aunque en casos en los que ocurre en repetidas ocasiones teniendo buena higiene, habría que sospechar de otras cosas: "Cierre incompleto del uraco, tumor primario o metastásico, hernia umbilical, etc". La Doctora Díaz Gil hace hincapié en la higiene y recuerda que algunos estudios científicos han encontrado en el ombligo hasta 67 especies de bacterias distintas.

Foto: Monedas de 25 pesetas. (iStock)

A pesar de que pueda, en algún caso, generar problemas, la zona umbilical no es un territorio sagrado que no se pueda manipular en ningún caso. El Doctor Gómez Ezquer asegura que el ombligo es una excelente vía de entrada al cuerpo para cirugías mínimamente invasivas en la región abdominal, y que actualmente se utiliza, mediante técnicas de laparoscopia, para tratar las apendicitis, eliminar la vesícula biliar o hacer cirugías de riñón.

Otra prueba del nivel de resistencia de nuestro protagonista de hoy es el 'test de estrés' que supera en los embarazos, en el que acompaña al resto de zona abdominal en su expansión durante los 9 meses, quedando muchas veces prácticamente fuera en el periodo final de la gestación. Aunque en la mayoría de los casos nuestro ombligo no vaya a suponer ningún problema, habrá que estar atentos si notamos dolor en la zona acompañado de un bulto, ya que pueden ser los síntomas de una hernia umbilical por la que tendríamos que ir a urgencias.

No hay dos iguales

¿Todas las personas nacemos con el ombligo a la misma altura del cuerpo? Francisco Gómez asegura que "se localiza siempre en la línea media y generalmente la altura del la IV vértebra lumbar (a unos 13-15 cm por encima de la sínfisis del pubis). Pero su tamaño y forma pueden variar de unas personada a otras, casi como cualquier estructura anatómica que forma parte de nuestro cuerpo". Además de posición, varía también la orografía del terreno. La mayoría de las personas tienen el ombligo metido hacia adentro, pero existe un pequeño porcentaje de gente al que le ocurre lo contrario. El motivo principal de esta diferencia suele ser la cantidad de tejido cicatrizal que queda tras cortar el cordón.

Hay que reconocer la belleza y el buen servicio de todos ellos, pero si por algún casual tu ombligo no te gusta, que sepas que sí, puedes cambiar la forma el tamaño o su posición. La demanda de umbilicoplastia, que así se llama la cirugía estética de esta zona, está creciendo, aunque normalmente esta no se hace de forma individual si no simultánea en pacientes que se van a someter a una abdominoplastia, según cuenta Gema Díaz.

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No acaban aquí las curiosidades: existen otras tendencias médicas respecto a esta zona del cuerpo, y no todas son buenas, el Doctor Gómez Ezquer destaca que "desde hace unos años hay una práctica que se ha puesto de moda entre las personas que defienden el parto natural y que consiste en no cortar el cordón umbilical y que este se desprenda de manera natural. Aunque se justifican en que desde la placenta pueden seguir pasando diversas sustancias al bebé, como nutrientes, células madre o anticuerpos que pueden ayudar a protegerle, no existe evidencia médica al respecto y lo que sí existe es un elevado riesgo de infección. La propia Sociedad Española de Neonatología ha considerado esta práctica como una temeridad".

Por todo ello, si este párrafo final fuera el de la prueba a un nuevo coche le daríamos a este vehículo (que lo es de algún modo hasta que se corta) una nota muy alta. Un cierre hermético sensacional, confortable, se defiende en cualquier terreno y época de la historia, muy resistente a las inclemencias de la vida, y versátil como pocos en su segmento, permitiendo que vuelva a ser vía de entrada de adulto si un médico así lo considera. Cuiden y valoren su ombligo.

Becky G, Steve McManaman y el ombligo comparten algo: estar infravalorados. La música urbana, el fútbol y el cuerpo humano les debe más de lo que a priori parece. Hoy le dedicamos un tema al tercero. Se lo merece. Nunca prestamos atención a la parte de nuestro cuerpo que una vez estuvo unida a nuestra madre, alimentándonos y dándonos vida. Nacemos, se cierra, y nos olvidamos. No puede ser.

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