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Por qué las ciudades europeas son tan distintas unas de otras
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Por qué las ciudades europeas son tan distintas unas de otras

En general cada país cuenta con su propia idiosincrasia. ¿Es una creencia eurocentrista y también sucede en otros continentes? ¿Desaparecerá el fenómeno con la globalización?

Foto: Mapa vectorizado de la ciudad de Roma (Fuente: iStock)
Mapa vectorizado de la ciudad de Roma (Fuente: iStock)

Aunque pueden existir ciertas similitudes entre algunas ciudades centroeuropeas o pueblos mediterráneos, pocas personas pueden decir que Europa a nivel arquitectónico o urbano se parece. Son demasiados países, enfrentados entre sí durante años, con su propia idiosincrasia. Copenhague es totalmente diferente a Roma, que a su vez no se parece en nada a París, como esta tampoco se asemeja a Londres, por poner algunos ejemplos famosos.

¿Es un fenómeno que sucede en todos los continentes o se nota con más fuerza en el viejo continente? Quizá es una generalización, pero pensar en Asia es imaginar grandes aglomeraciones de gente en ciudades modernas llenas de luces de neón, algo muy distinto a las medinas del norte de África. Volvemos a lo mismo, quizá se trate de una generalización básica y completamente eurocentrista, pero la historia de nuestro continente es tan diversa que parece imposible que no se note en cada una de sus paredes y sus edificios.

Cómo es Europa

Para saber el por qué de estas cuestiones, la arquitecta Ana Padilla, de AIMA Estudio, las responde desde un punto de vista más 'teórico' y no basado tanto en la intuición o los prejuicios. "El urbanismo en las ciudades está relacionado directamente con la historia y desarrollo económico y social de los países de ese continente, y en Europa los desarrollos de ciudades se han dado en diferentes épocas, por eso hay diferencias entre ellas (por su origen)", señala. "En Europa las primeras ciudades son las que se desarrollaron en el Imperio Romano, que a su vez tienen su antecedente en Grecia. La parte sur de Europa se desarrolló urbanísticamente en esta época, sobre todo en la zona del Mediterráneo. En esa época el norte de Europa no contaba con ciudades, no tenía un desarrollo económico tan importante ni esa densidad de población. Así los países cercanos al mediterráneo tienen como origen de su urbanismo las ciudades romanas y sus trazados".

placeholder Copenhage.
Copenhage.

En cambio, según explica la arquitecta, los países del norte de Europa e incluso Centro Europa tuvieron mayor desarrollo económico en la baja Edad Media, debido al auge del comercio y las rutas comerciales. Y fue en esa época cuando se desarrollaron sus principales ciudades, que por ello tienen un urbanismo diferente. "Su origen está basado en la ciudad medieval, que tiene un trazado diferente al romano. En estas últimas se produjeron después adaptaciones a los nuevos trazados, pero siempre conservaron su origen romano". En general, la historia de los países europeos es diferente, y las influencias también lo son. "Por ejemplo en España las ciudades tienen también influencia del urbanismo islámico que se desarrolló en la Edad Media, cuando muchas ciudades de Al-Andalus tuvieron un auge importante. Es una influencia que no comparte nuestro país con ningún otro, ya que tiene como origen un trazado de ciudad islámica, que es diferente. Por todo ello vemos diferencias entre ciudades como Sevilla, Rotterdam, Londres o Roma", señala.

La parte mediterránea de Europa se desarrolló durante el Imperio Romano, mientras que el centro y el norte tuvieron mayor desarrollo económico en la baja Edad Media

También hay que explicar que en los últimos siglos los desarrollos urbanísticos en Europa han sido algo más uniformes, unificándose los criterios sobre todo a partir de la mitad del siglo XIX, ya que a partir de esa época tampoco ha habido grandes diferencias de desarrollo entre países europeos, a excepción de las consecuencias de las guerras. Y el crecimiento demográfico de los países ha sido similar.

¿Y en otras partes del mundo?

"En el caso de América, volvemos a la idea de que la fecha en la que tiene lugar el origen de las ciudades influye mucho en su urbanismo", explica Ana. "Pero en América las fechas en las que se originaron las ciudades no varían tanto como en Europa, debido a que el desarrollo en todos los países comenzó a partir del siglo XVI, cuando las corrientes del urbanismo eran renacentistas. Aunque luego cada país tuviera diferentes ritmos de crecimiento, influenciados por diferentes corrientes urbanísticas, son todas posteriores a esa fecha y su mayor desarrollo se produjo posteriormente a ese siglo, a partir del XVII".

Las ciudades asiáticas han tenido que dar respuesta al crecimiento demográfico, desarrollándose en altura

"Asia, por otra parte, es diferente. También cuenta con una historia antigua de todos sus países y el origen de sus ciudades también es diverso, como en Europa. Pero en los últimos siglos los países asiáticos han tenido un crecimiento demográfico muy grande, mayor que en el resto de continentes. Por eso sus ciudades han crecido mucho más en los últimos años, y se han desarrollado urbanísticamente como macrociudades, para poder dar respuesta al crecimiento demográfico que tienen en general. Allí las ciudades se han desarrollado más en altura que en Europa", señala la arquitecta.

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Osaka.

Aunque cuentan con desarrollos suburbanos también alrededor de ciudades, su crecimiento es grande y han concentrado el crecimiento más en vertical. Y eso ha ocurrido en los últimos siglos, siguiendo las corrientes de Arquitectura y urbanismo de los siglos XX y XXI. En América el desarrollo ha sido más en baja altura en las periferias suburbanas en general en los últimos tiempos, a excepción de ciertas zonas de grandes ciudades, como Chicago, Nueva York o Boston. Y en Europa el desarrollo urbanístico de los últimos siglos ha sido con arquitectura de densidad media, es decir, con bloques en altura, pero limitando las alturas sin llegar a rascacielos, excepto en zonas puntuales. Y con desarrollo en viviendas de poca altura en periferia también, pero mezcladas con bloques de media altura. El desarrollo en Europa de ciudades en estos últimos tiempos es de densidad media. Algo que es más sostenible por otro lado.

Las semejanzas europeas

Según explica Ana, a partir del siglo XVI la corriente de arquitectura y urbanismo del Renacimiento se desarrolla por toda Europa, unificando criterios de la ciudad renacentista. Teniendo más influencia en algunos países, como Italia, cuna del Renacimiento. Pero a partir de esa época los conocimientos y corrientes de pensamiento, y por tanto, de arquitectura y urbanismo se van trasladando y compartiendo por todos los países del continente, compartiendo por tanto desarrollos de ciudad y arquitectura en los siguientes siglos, sufriendo todas las ciudades crecimientos siguiendo los criterios del Barroco y posteriormente del Neoclásico. "A partir del siglo XIX y la revolución industrial los crecimientos demográficos y desarrollos de ciudades en el continente son más uniformes. Se fijan las bases de las necesidades en la ciudad industrial, como la incorporación de elementos claves, como sistema de eliminación de aguas negras, otro de distribución de agua potable y otro de transportes dentro de la ciudad", cuenta.

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Roma.

Aunque algún país como Reino Unido en esta época avanzan más con el desarrollo de ciudades con parques urbanos, y legislación en materia sanitaria en las ciudades. Y en París se desarrolló el París de Haussman, que es un caso aparte, donde se reacondicionó un gran área de la ciudad con criterios de calles monumentales y conjuntos de manzanas con fachadas iguales. En general en Europa las corrientes urbanísticas han ido unificándose en todos los países teniendo un crecimiento demográfico similar, sobre todo en el siglo XX tras las guerras mundiales, según explica la arquitecta.

La guerra y los cambios

De hecho, esta última es una cuestión importante, ¿tuvieron que ver las guerras con el hecho de que las nuevas construcciones se hicieran más uniformes? "Sí fue así", asegura. "En el siglo XX, entre los años 20 y 30, surgió el Racionalismo en Europa y duró hasta la década de 1960. Y según este movimiento la arquitectura y la ciudad racionalistas, también denominado Movimiento Moderno, tenían que ser completamente diferentes a lo que se había desarrollado en épocas anteriores, rompiendo con las corrientes historicistas que existían en el siglo XIX".

La destrucción de ciudades y hogares en la Segunda Guerra Mundial sentó las bases de la arquitectura Racionalista para las reconstrucciones y para dar respuesta a las necesidades de vivienda

"Y tras la destrucción de ciudades y hogares en la Segunda Guerra Mundial se recurrió a las bases de la arquitectura y el urbanismo Racionalista para las reconstrucciones y para dar respuesta a las necesidades de vivienda de la época de post-guerra. Este movimiento promulgaba la vivienda en altura, dotando a cada unidad de vivienda las necesidades básicas de salubridad: ventilación natural e iluminación natural. De forma que las viviendas en altura podrían ocupar la mínima superficie de suelo y compartiendo así estructura y por tanto gastos de construcción. Todo ello fue posible a un avance técnico en construcción que no se había podido alcanzar hasta entonces. Este movimiento no solo se desarrolló en Europa, sino que fue a nivel mundial durante décadas. Habiendo influenciado mucho en la arquitectura y urbanismo actuales", añade.

En la actualidad no es raro pasear por Malasaña y pensar que podrías estar en cualquier barrio de cualquier ciudad europea. Es el debate que lleva años candente, ¿se está perdiendo la esencia de cada lugar en pos de la gentrificación y la globalización? "Sí, creo que ahora mismo las corrientes de pensamiento son globales. Estamos muy influenciados por la globalización y parece que tendemos a que todas las ciudades sean más parecidas. No obstante, creo que también hay una contracorriente en la que la gente quiere que también cada ciudad o lugar tenga su propia seña de identidad y se diferencie de los demás. Entiendo que los avances son para todos, pero es bonito que cada lugar siga contando su historia y se identifique por algo especial. Pero esto ya es mi opinión", concluye.

Aunque pueden existir ciertas similitudes entre algunas ciudades centroeuropeas o pueblos mediterráneos, pocas personas pueden decir que Europa a nivel arquitectónico o urbano se parece. Son demasiados países, enfrentados entre sí durante años, con su propia idiosincrasia. Copenhague es totalmente diferente a Roma, que a su vez no se parece en nada a París, como esta tampoco se asemeja a Londres, por poner algunos ejemplos famosos.

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