Por qué los perros pequeños suelen tener más 'mala leche' que los grandes

Si pensamos en perros peligrosos, seguramente nos vengan a la mente algún pitbull o un rottweiler. Pero a decir verdad, como asegura la corriente popular, los más pequeños suelen ser los más díscolos una vez se les saca a pasear, convirtiéndose rápidamente en la pesadilla de sus dueños y sobre todo de sus vecinos por sus ladridos y escándalos varios. ¿Por qué los perros pequeños tienen un temperamento tan marcado y son tan irascibles ante cualquier cosa?

Un grupo de científicos de la Universidad de Pensilvania se propuso dar con una respuesta a esta pregunta y, para ello, lo primero que hicieron fue establecer un límite de tamaño entre lo que se considera un perro pequeño y un perro grande. Así, llegaron a la conclusión de que si su peso era mayor de 9 kilos ya se le podía considerar un perro de dimensiones normales o grandes.

"Al ser tan pequeños, hay más probabilidades de que tengan más miedo y puedan arremeter en defensa propia"

"Los canes pequeños tienen una actitud mucho más reactiva que los grandes", confirma James Serpell, uno de los autores del estudio, a 'Live Science'. "Por ejemplo, los perros salchicha, los chihuahuas o los terrier son más propensos a intentar morder, según un estudio de 2008 publicado en la revista 'Applied Animal Behaviour Science', el cual encuestó a los dueños de más de 30 razas de perro". Entonces, ¿por qué sucede esta paradoja tan curiosa de que a cuanto menor tamaño menos pacífica se muestra la mascota?

¿Acomplejados o con demasiado miedo?

El lector podrá pensar que esta diferencia de comportamiento se basa en una especie de complejo físico. Al no imponer tanto como otros de sus compañeros, deben imponerse por la fuerza y demostrar su fiereza. Eso sí, siempre atados, pues es muy posible que el perro no actúe de esa forma si sabe que no está su dueño detrás para defenderle o tirarle de la correa. Pero la realidad es diferente.

"Si sus dueños se muestran demasiado protectores, es posible que no les enseñen a socializar o a cómo reaccionar bien en situaciones estresantes"

"El tamaño pequeño puede hacer que los perros tengan más miedo y puedan arremeter en defensa propia", asegura Serpell. "Es más probable que las razas pequeñas reaccionen a la defensiva porque tienen más que temer". Por otro lado, la educación que reciben de sus dueños también es otro de los factores que hacen que las razas más 'micas' se envalentonen y se agarren más cabreos. "Los propietarios tienden a infantilizarlos y los ven como si fueran bebés indefensos", recalca el autor del estudio.

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Precisamente, esta teoría está respaldada por estudios que han hallado una relación entre la actitud agresiva de los perros y un factor genético de crecimiento que les ha concedido su pequeño tamaño. La asociación podría ser una coincidencia, pero la investigación ha demostrado que los canes más diminutos no solo tienen comportamientos agresivos, sino que también tienden a tener "una ansiedad por separación del dueño más severa, ladran más y tienen más probabilidades de orinar en el hogar", asegura Serpell. Por tanto, podríamos decir que su agresividad y su falta de control en los impulsos también tiene que ver con un factor genético que les hace más débiles a ojos de los demás, tanto de sus dueños como de sus compañeros canes, y esto a su vez les provoca más inseguridad y ansiedad.

Por ahora, los científicos no tienen claro cuál de estas teorías podría ser la verdadera. Si crees que tu perro pequeño se comporta de manera muy agresiva hasta el punto de hacerte la vida muy difícil y la convivencia con tus vecinos, amigos o familiares, lo mejor que puedes hacer es ponerte en contacto con un educador profesional de perros para que te oriente en la forma correcta de educar a tu mascota. Lo malo es que, como los humanos, los comportamientos que empiezas desarrollando desde pequeño acabas interiorizándolos con demasiada facilidad, por lo que si el can es muy mayor tal vez sea tarde para conseguir aplicar cambios en su conducta.