¿En qué nos fijamos los españoles para afirmar que una persona es guapa?
Un nuevo estudio resuelve que lo que más nos gusta de un rostro parte de sus imperfecciones y no tanto de su simetría o de rasgos perfectos
La belleza del rostro es muy relativa. Todos tenemos dos ojos, dos orejas, un labio, nariz y pómulos. Tal vez, si nos mirásemos muy de cerca, descubriríamos que somos sumamente parecidos, a no ser por el color de piel o de los ojos, la forma de la mandíbula... Por ello, quizá sea el conjunto de todos estos elementos lo que establece nuestras diferencias y también aquello hacia lo que tendemos estética o sexualmente, lo que nos ayuda a determinar que alguien nos parece guapo o feo, lo que nos atrae y nos repele del aspecto físico de una cara.
Un nuevo estudio realizado por Lookfantastic a partir de una encuesta a 500 personas ha determinado que la simetría facial no es tan importante para determinar de manera subjetiva la belleza de un rostro. De hecho, solo un 41% de los encuestados no está del todo seguro de si este factor es lo que convierte en guapa o atractiva a una persona. ¿Eso quiere decir que nos resultan más estéticas caras que no están bien compensadas armónicamente? ¿O más bien hemos acabado abusando tanto de los filtros que ya no somos capaces de distinguir entre belleza natural y retocada?
Lo bello o hermoso en alguien es una combinación entre características tanto simétricas como asimétricas, radica en la imperfección
Los investigadores pidieron a 500 personas que vieran una serie de fotografías con rostros. A cada participante se le asignó la tarea de elegir entre una cara simétrica y asimétrica de la misma persona, pero sin saber si la foto había sido editada y modificada para hacer su expresión facial poco simétrica. Después de 30 rondas de imágenes en las que se incluyó a hombres y mujeres anónimos de distintas etnias así como también personas famosas, los sujetos debieron identificar cuáles les habían resultado "más atractivas".
¿Belleza natural o retocada?
Las conclusiones del estudio reflejan que los más adultos prefieren los rostros naturales, sin editar. Y, por otro lado, los 'millennials' o los participantes más jóvenes de la encuesta apuestan más por el filtro, los retoques y, sobre todo, la simetría. Pero lo verdaderamente llamativo y en lo que más inciden los autores del estudio es que "lo bello o hermoso en alguien es una combinación entre características tanto simétricas como asimétricas", es decir, no hay un rostro que sea perfectamente bello, sino que esa belleza radica en las imperfecciones que percibimos y que nos parecen interesantes de la otra persona.
"A los más jóvenes les resulta más difícil detectar un rostro editado, a diferencia de los más mayores"
"Cuanto más adulto era el encuestado, más atractivas encontraba las fotos naturales y que no fueran perfectamente simétricas", recalcaron los autores del estudio. "La gente más joven, y quienes más utilizan Instagram y las redes sociales con filtros faciales, perciben niveles irreales de belleza más altos y gustan más de la simetría que las generaciones más adultas". Otro dato interesante es que "a los más jóvenes les resulta más difícil detectar un rostro editado, mientras que las generaciones más maduras son mejores evidenciando una simetría poco natural".
En cuanto a géneros, los hombres se decantan más por las caras reales y no retocadas, escogiendo esta opción un 45% de los participantes masculinos. Las mujeres, por su parte, solo eligieron caras asimétricas en un 42%, lo que tampoco establece una notable diferencia respecto al otro género. Por otro lado, un 57% de los encuestados prefirieron rostros simétricos, mientras que el 43% apostó por los más naturales.
Otros datos de interés y que aportan contexto al estudio es que, de entre todos los participantes, un 42% se suele tomar entre dos y cinco fotos para decidir cuál les gusta más y subirla a redes a modo 'selfie'. El 33% admitió editar sus imágenes antes de subirlas a Instagram, incluyendo también filtros de símbolos y dibujos al más puro estilo TikTok, así como para cambiar la forma, textura y tamaño de sus rostros (lo que viene a ser el típico filtro de belleza de Instagram). Otro 27% aseguró que no le gusta que le tomen fotos y un 20% reconoció que piensa constantemente en su apariencia, a cada momento. Por último, el 30% de los encuestados admitió haber sufrido algún tipo de dismorfia corporal y que el apoyo de sus parejas resultó fundamental para no sentirse mal al respecto.
La belleza del rostro es muy relativa. Todos tenemos dos ojos, dos orejas, un labio, nariz y pómulos. Tal vez, si nos mirásemos muy de cerca, descubriríamos que somos sumamente parecidos, a no ser por el color de piel o de los ojos, la forma de la mandíbula... Por ello, quizá sea el conjunto de todos estos elementos lo que establece nuestras diferencias y también aquello hacia lo que tendemos estética o sexualmente, lo que nos ayuda a determinar que alguien nos parece guapo o feo, lo que nos atrae y nos repele del aspecto físico de una cara.