¿Es abrazarse un gesto común entre los animales?

Abrazar a familiares y amigos es un gesto que resulta habitual para muchos. En una etapa protagonizada por el coronavirus, esta señal de afecto ha sido sustituida por otras que implican un contacto más breve (como el choque de codos). Puede que alguno añore esta costumbre y se pregunte si se trata de un tipo de interacción exclusiva del ser humano.

Como su propio nombre indica, abrazarse implica el uso de las extremidades superiores del organismo. Zanna Clay, psicóloga y primatóloga, ha observado los ejemplares de chimpancé guineano que habitan un santuario de República Democrática del Congo. Este lugar acoge a las crías que quedan huérfanas debido a la caza.

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Estos animales de menor edad y tamaño “necesitan más cuidados, por lo que acaban constituyendo lo que llamamos una cadena de abrazos”, ha contado la experta a Live Science. Con este comportamiento, los chimpacés se unen entre sí mediante sus extremidades.

Aunque los ejemplares huérfanos parezcan querer generar un efecto en sus iguales, varias investigaciones muestran que este vínculo tiene su origen en las madres. Desde el momento de su nacimiento, las hembras de chimpancé mantienen a sus crías cerca. Con ello, esperan protegerlas de todo peligro.

¿Sinónimo de afecto?

Clay considera que la ausencia de un ejemplar adulto habría fomentado que los sujetos analizados 'abrazasen' a las otras crías. Sin embargo, la experta ha hecho hincapié en que el comportamiento detectado en el santuario no es un gesto habitual entre primates. Por ello, será necesario realizar una mayor investigación de los ejemplares que viven en libertad y cautividad.

En definitiva, al igual que los párajos interactúan piando en tiempos de reproducción y los caballos alertan de un peligro relinchando, las hembras de chimpancé protegen a sus crías rodeándolas con sus brazos. Que estos comportamientos sean sinónimo de afecto, como pasa con los abrazos en los seres humanos, sigue siendo una incógnita.