Cómo disfrutar de tus relaciones sexuales si tienes endometriosis

La endometriosis es un trastorno en el sistema reproductivo femenino que afecta a, por lo menos, un 10% de la población femenina en edad fértil, y que asciende del 30 al 50% si consideramos a mujeres que en ese mismo rango de edad presenten problemas de fertilidad o dolor pélvico crónico, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar. Se produce cuando el tejido endometrial, formado por el revestimiento uterino, migra a otras partes del cuerpo, como las trompas de Falopio, los ovarios o la vejiga.

Muchas mujeres a diario sufren de endometriosis, algunas de ellas en silencio o de manera crónica. Los síntomas se suelen volver más agudos antes y durante la menstruación, y tanto como puede afectar a la vida cotidiana de quien la padece también pasa factura a la vida sexual. Con cada ciclo menstrual, el endometrio se engrosa, se descompone y sangra, pero debido a que este tejido extra no tiene forma de salir del cuerpo, queda atrapado. Si se acumula en los ovarios puede dar lugar a quistes, lo que suele resultar en ovarios poliquísticos.

"En algunos casos, puede llegar a durar varias horas y hasta días después, lo que provoca que la actividad sexual sea imposible"

Y, como decíamos, la endometriosis tiene un claro y notorio reflejo en la vida sexual de quien la contrae. "Algunas mujeres viven preocupadas de que sus relaciones sexuales puedan ser dolorosas", asegura Christine Greves, ginecóloga del Orlando Health Hospital, en un reciente artículo de la revista 'Health'. "Creen que la penetración y otros movimientos de la vagina pueden tirar y aumentar los crecimientos del endometrio, lo que deriva en malestar". No todas las mujeres experimentan dolor durante sus relaciones íntimas, a lo que se conoce como dispareunia. "Todo depende de dónde se encuentren los quistes", explica Sherry A. Ross, ginecóloga.

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"Si el tejido se aloja en los nervios o en los ligamentos que se estiran durante las relaciones, el dolor puede llegar a ser muy significativo, a menudo insoportable", recalca Ross. "En algunos casos, puede llegar a durar varias horas y hasta días después, lo que provoca que la actividad sexual sea imposible". Además del miedo a que se vuelva a producir un nuevo episodio de dispareunia, que a su vez hace que la mujer rechace todo contacto sexual con su pareja por preocupación de que le vuelva a dar ese intenso dolor. Por todo ello, es lógico y normal que al asociar esta actividad a simple vista placentera como es el sexo con algo tan doloroso, la libido de la mujer se vea más que afectada, así como su deseo sexual.

Hay distintas descripciones según cada caso. Algunas notan esta dispareunia provocada por la endometriosis como una puñalada aguda, otras como un dolor profundo en el abdomen. Otras experimentan las dolencias después de las relaciones sexuales mientras que otras durante. Sea como sea, si de verdad te duele mucho lo primero que debes hacer es ponerte en manos de un profesional especialista para que te haga una revisión. La revista 'Health' ha reunido una serie de consejos para minimizar el impacto de la endometriosis y poder disfrutar de tu vida íntima, pero en cualquier caso si te has sentido representada con todo lo anterior, acude al médico.

Háblalo con tu pareja

El primer paso, sin el cual nunca podrás ponerle una solución. Al vivir en una sociedad que continúa siendo machista, muchas mujeres no se atreven a ponerle un 'pero' a las relaciones que tienen con sus parejas, no mostrándose sinceras sobre por qué no quieren tener relaciones sexuales por miedo al rechazo. "Cuanta más información reciba tu pareja del dolor y la incomodidad que sufres, más fácil te resultará encontrar formas alternativas de expresar tus preocupaciones sexuales", asegura Ross. Y otra cosa muy importante: hay que decir que no si no te apetece o no quieres.

No todo el sexo gira en torno a la penetración y mucho menos cuando existe dolor de por medio

Las sexólogas advierten que muchas mujeres todavía siguen teniendo relaciones sexuales por medio de la coacción y esto es algo que no puedes consentir, menos aún cuando presentas un problema físico y de salud de este calibre. Si crees que le va a sentar mal no hacer el amor porque te duele, deberías pensar en ir cambiando de pareja afectiva o sexual, pues al final debe entender lo que te pasa y apoyarte; en el momento en que existe un problema que interfiere en vuestra vida sexual es un problema de ambos y no solo tuyo. Si de verdad te quiere, lo que más desearía es que te encontraras bien para seguir disfrutando juntos, tanto en la cama como fuera de ella.

Huid del coitocentrismo

Son muchas las mujeres que ven la penetración vaginal como la principal causa de dolor. Lo mejor será (y lo más lógico) que, antes de que te vuelva a doler, probéis otras fórmulas de contacto sexual, como el sexo oral o la masturbación. No pasa nada por dejar a un lado el coito, aunque sea la forma más socialmente aceptada de hacer el amor. Podéis apostar por la creación de un ambiente erótico o nuevas formas de estimular visual y sensitivamente al otro. No todo el sexo gira en torno a la penetración, por eso no estáis de ninguna manera obligados a actuar así. Y mucho menos cuando existe dolor de por medio.

Un baño tibio y mucha lubricación

Greves recomienda tener lubricante a mano si aun así quieres disfrutar de la penetración o no hay una asociación directa entre esta y los síntomas de la endometriosis. Por el contrario, si siempre te duele después de la misma, ten en cuenta otras alternativas para pasar una velada de sexo sin tener que recurrir a lo de siempre. También un baño con agua tibia puede aliviar al cuerpo y relajar los músculos pélvicos, lo cual no deja de ser muy placentero, ya lo hagas sola o acompañada.