Un grupo de pescadores se convierte en millonario tras encontrar ámbar gris en un cachalote

Yemen es uno de los países más pobres del mundo. A pesar de encontrarse en pleno Oriente Medio y rodeado por países ricos gracias al petróleo, lo cierto es que sus habitantes a duras penas tienen para comer. Esto, unido a los problemas internos y a una guerra con Arabia Saudí que ya dura años hace que la supervivencia sea todo a lo que aspiran millones de personas cada día.

Muchas de ellas se ganan la vida con la pesca y, ahora, un grupo de pescadores ha logrado el sueño de su vida. Se han convertido en millonarios gracias a un hallazgo poco habitual: han encontrado ámbar gris en una ballena. Se trata de una sustancia poco común que puede venderse por cientos de miles de euros ya que es muy valiosa en la industria del perfume.

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El Confidencial

El ámbar gris se genera de forma automática en los intestinos de algunos cachalotes, pero es algo muy raro de encontrar. De hecho, según los expertos consultados por la BBC, solo entre el 1 y el 5 % de los cachalotes producen ámbar gris. Pero lo que encontraron los pescadores yemeníes era una cantidad que les ha solucionado a todos la vida.

Un hallazgo millonario

Uno de los pescadores reconoce que "si encuentras ámbar gris de ballena, es un tesoro. Me sentí inmensamente feliz. Sentimientos maravillosos que no puedo describir. Gracias a Dios por esto". No es para menos, porque la cantidad de ámbar gris encontrado en ese cachalote se ha podido vender por 1,5 millones de dólares, más de 1,2 millones de euros al cambio.

Esta sustancia viscosa se utiliza para preservar el aroma en los perfumes

Uno de los afortunados recuerda cómo sucedió todo: "Uno de los pescadores de Seriah nos llamó por la mañana y dijo: 'Hay una ballena y puede tener ámbar gris'. Dijimos que iríamos a verla. Tan pronto como nos acercamos, había un fuerte olor y tuvimos la sensación de que esta ballena tenía algo. Decidimos enganchar a la ballena, llevarla a la orilla y cortarla para ver qué había dentro de su vientre. Y sí, era ámbar gris… Me sentí muy feliz".

Los pescadores no solo se han repartido el dinero entre ellos, sino que han utilizado una parte para ayudar a quienes más lo necesitan: "Compramos casas, pues nos casaremos pronto. Y dimos dinero a los hogares de necesitados". Alguno ha pensado jubilarse, pero la mayoría aseguran que seguirán pescando porque "lo llevamos en la sangre".