Esto es lo que puede pasar en tu cerebro si ves demasiada televisión, según un estudio

¿Te encuentras en la mediana edad? ¿Pasas demasiado tiempo viendo la tele? Según un nuevo estudio podría ser perjudicial para la salud de tu cerebro en la vejez. La investigación ha descubierto que aquellas personas que informaron haber visto 'cantidades moderadas' de televisión entre sus 40, 50 y principio de los 60, experimentaron un mayor deterioro cognitivo así como menor volumen de materia gris en el cerebro llegadas a los 70 y 80 que los que habían visto muy poca televisión durante el mismo tiempo.

La materia gris está involucrada en muchas funciones cerebrales, incluido el control muscular, la visión, la audición y la toma de decisiones, según los investigadores. Los estudios utilizaron la visualización de televisión como un indicador de un comportamiento tendente al sedentarismo. Este estilo de vida se ha relacionado a su vez con varios problemas de salud, incluido un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, cáncer, diabetes tipo 2 o muerte prematura. Y, lo que es más importante, el ejercicio regular no es ni siquiera suficiente para compensar el tiempo que se pasa sentado.

La materia gris está involucrada en muchas funciones cerebrales, incluido el control muscular, la visión, la audición y la toma de decisiones

Ryan Dougherty, autor principal de uno de los estudios, señala que los procesos biológicos que subyacen a la demencia tienden a comenzar en la mediana edad. "Es un período en el que los comportamientos que pueden modificarse, como ver la televisión en exceso, pueden ser reducidos de manera que se promueva un envejecimiento cerebral saludable", informa en 'Live Science'.

Y algunos estudios sugieren que, en lo que respecta a los comportamientos sedentarios, mirar la televisión presenta riesgos particulares pues se trata de un comportamiento pasivo que no implica mucha estimulación cognitiva. "En el contexto de la salud cognitiva y cerebral, no todos los comportamientos sedentarios son iguales; las actividades como ver televisión están vinculadas a un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo, mientras que las actividades sedentarias estimulantes cognitivas como la lectura se asocian con una probabilidad más reducida de demencia", explica el experto.

Dos de los nuevos estudios utilizaron datos del Estudio neurocognitivo de riesgo de aterosclerosis que comenzó a mediados de la década de 1980, cuando los participantes tenían entre 45 y 64 años. En ese momento, se les preguntó cuánto veían la televisión durante su tiempo libre, y las respuestas se registraron como "nunca o rara vez" (poco tiempo que se ve la televisión), "a veces" (media / moderada visualización de la televisión) o "a menudo / muy a menudo" (alta). Los investigadores hicieron un seguimiento de los participantes en la década de 1990, cuando nuevamente respondieron preguntas sobre sus hábitos de ver televisión y completaron pruebas cognitivas. Durante otra evaluación, entre 2011 y 2013, se les hicieron resonancias magnéticas cerebrales para buscar marcadores estructurales de la salud cerebral, incluido el volumen de materia gris. Descubrieron así que ver más televisión estaba relacionado con un menor volumen de materia gris 20 años después.

Las actividades sedentarias pero estimulantes como la lectura se asocian con una probabilidad más reducida de demencia

Aunque los estudios encontraron una asociación entre ver televisión y el deterioro cognitivo y la reducción de los volúmenes cerebrales más adelante en la vida, no pueden probar que ver mucha televisión realmente haya causado estos resultados. Tuvieron en cuenta algunos factores que pueden afectar la salud del cerebro, incluida la edad, el nivel de educación y la presencia de ciertos genes relacionados con el riesgo de alzhéimer, pero no preguntaron sobre el tiempo total de sedentarismo ni extrajeron la visualización de televisión de otros tipos de comportamiento sedentario. Los estudios también se basaron en los informes de los participantes sobre el tiempo que pasaban viendo televisión, que pueden no ser fiables.

Se necesitan por tanto más estudios para confirmar los hallazgos, incluidos los estudios que utilizan medidas objetivas del comportamiento sedentario (como rastreadores de actividad) y los que examinan las diferencias en el comportamiento sedentario pasivo y activo, en relación con el deterioro cognitivo y los marcadores de salud cerebral.