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Ciudades subterráneas: pros, contras y ejemplos de una existencia bajo tierra
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'Rascasuelos'

Ciudades subterráneas: pros, contras y ejemplos de una existencia bajo tierra

El siglo XX fue el de los rascacielos, pero, ¿podrían ser los edificios bajo tierra la solución a los problemas de la densidad de población futura? Charlamos con un arquitecto

Foto: Fuente: iStock
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La leyenda cuenta que las alcantarillas de Nueva York están llenas de cocodrilos ciegos porque nunca han visto la luz del día. Aunque eso de vivir bajo tierra parece más de vivos que de muertos, algunos como Italo Calvino ya fantasearon en su día con la posibilidad: la ciudad de Eusapia —contaba el escritor— cuenta con una copia idéntica bajo tierra: "En realidad habrían sido los muertos quienes construyeron la Eusapia de arriba a semejanza de su ciudad. Dicen que en las dos ciudades gemelas no hay ya modo de saber cuáles son los vivos y cuáles los muertos”.

Y aunque parezcan más propias de una distopía, las ciudades subterráneas existen. De vez en cuando nos llegan noticias de valientes arqueólogos que han descubierto alguna perdida en el olvido desde hace miles de años, pero no hace falta retrotraerse tanto en el tiempo: a día de hoy también son una realidad. Estas redes de túneles que conectan edificios existen en distintos puntos del mundo: Pekín construyó una ciudad subterránea durante el conflicto chino-soviético, en Kish, Irán, existe una ciudad subterránea a 20 metros de profundidad con el nombre de “Perla Escondida” y probablemente la Ville Souterraine de Montreal es la ciudad subterránea más famosa del mundo.

El siglo XX fue el de los rascacielos. ¿Podría ser este el de los 'rascasuelos'? En algunos países de clima extremo las ciudades subterráneas ya son una realidad

Esta última, también conocida como RÉSO, es, además de la más famosa, también la mayor ciudad subterránea del mundo y en ella 32 kilómetros de túneles conectan siete estaciones céntricas de metro, siete grandes hoteles, muchos edificios de oficinas y centros comerciales, además de más de 1.000 tiendas y cines. Una zona visitada a menudo por los turistas y por los propios habitantes de la ciudad, que se creó debido al clima de Montreal, pues aquellos lugares en los que hace mucho frío las ciudades subterráneas son especialmente importantes, permitiendo a los ciudadanos disfrutar de los distintos servicios que ofrece sin tener en cuenta la climatología.

placeholder La zona subterránea en la región de Quebec. (iStock)
La zona subterránea en la región de Quebec. (iStock)

La cuestión es, ¿es una solución factible a la densidad de población? Si en el siglo pasado fueron los rascacielos los protagonistas, así como el hacinamiento (recordemos Kowloon, esa ciudad amurallada que seguía creciendo sin parar hacia arriba), ¿podrían ser las ciudades subterráneas el futuro del urbanismo? Ni siquiera es una idea original o moderna, ya en los años 60 Helsinki comenzó su 'Underground master plan', un Helsinki subterráneo que probablemente hizo las delicias de Calvino. Se trata de un proyecto de doble ciudad que comenzó con la idea de protegerse del enemigo ruso durante la Guerra Fría, y que a día de hoy puede ser una solución para descongestionar la densidad de la ciudad. Y Helsinki tiene algo en común con Montreal: el frío.

Este tipo de construcciones sigue la lógica de los rascacielos, pero introduciéndose bajo tierra, contando con una gran apertura a nivel de calle para poder permitir que la luz penetre hasta los niveles inferiores

Pero, ¿es viable algo así en todo el mundo? ¿Podríamos acostumbrarnos a vivir bajo tierra sin ver prácticamente la luz del sol? (y con los problemas de deficiencia de vitamina D que eso puede ocasionar). Para resolver estas preguntas sobre el posible futuro que nos aguarda, hemos hablado con el arquitecto Raúl García Taranco, de Arquitectura y Empresa. "La superpoblación deriva en la densidad de las ciudades, y aunque a día de hoy la mayoría han optado por densificar construyendo hacia arriba para ocupar la menos superficie de terreno posible (y elevarse hasta la mayor altura posible) existe la posibilidad de que, en lugar de continuar con la construcción de rascacielos, comencemos con lo que podríamos denominar 'rascasuelos'", apunta.

"Puede sonar utópico, pero la realidad es que ya existen proyectos de esta índole en el imaginario de los arquitectos. Uno de ellos fue el planteado por la firma mexicana BNKR Arquitectura, cuyo 'rascasuelos' de 300 metros de profundidad se plantea bajo el Zócalo del Distrito Federal de México. Este tipo de construcciones siguen la lógica de los rascacielos, pero introduciéndose bajo tierra, contando con una gran apertura a nivel de calle para poder permitir que la luz penetre hasta los niveles inferiores", indica Raúl.

placeholder 'Rascasuelos' de BNKR Arquitectura.
'Rascasuelos' de BNKR Arquitectura.

Ventajas e inconvenientes de una existencia bajo tierra

Una ciudad subterránea puede parecer, a priori, una buena idea, pero también puede albergar dudas acerca de medidas poco ortodoxas sobre segregación, ¿y si los ciudadanos más pobres estuvieran condenados a vivir bajo la superficie? En realidad, para Raúl, los problemas más graves son de infraestructura. "Sobre el papel cualquier proyecto es válido, pero la realidad siempre es más complicada. Si hablamos de urbanismo subterráneo, podemos encontrarnos con pros y contras".

Algunas ventajas: mejoramos la eficiencia energética y sus diseños frente a los terremotos permiten que estos pasen desapercibidos

"Muchas de las ventajas vienen de la mano de la movilidad y la liberación de espacio. Además, al introducirnos bajo tierra con las construcciones, mejoramos la eficiencia energética de las mismas, ya que la propia masa que se encuentra a nuestro alrededor favorecerá esta característica, así como el empleo de energías renovables que nos permitan reducir el consumo y la contaminación. Otra de las ventajas de los diseños que hemos podido ver hasta la fecha es su comportamiento frente a los terremotos, ya que, gracias a su diseño, estos pasarían completamente desapercibidos en cualquiera de los niveles", explica el arquitecto.

"Pero no todo son ventajas en este tipo de construcciones", añade, "ya que el mayor inconveniente para construir bajo tierra en las ciudades es que existe ya una ciudad. La existencia de una ciudad implica la existencia de unas canalizaciones subterráneas, de unos medios de transporte, la mayoría bajo tierra, preexistentes y que nos complicarían el desarrollo de grandes ciudades bajo tierra. Ciudades como Roma, donde levantar una piedra implica un nuevo hallazgo arqueológico, o París, donde la red de catacumbas es ya de por sí otra ciudad, son ejemplos de la complicación de trabajar en el urbanismo subterráneo en ciudades existentes con años de historia".

Ciudades como Roma, donde levantar una piedra implica un nuevo hallazgo arqueológico, o París, donde la red de catacumbas es ya de por si otra ciudad, son ejemplos de la complicación de trabajar en el urbanismo subterráneo

No obstante, ya hemos señalado al principio del artículo que en algunos países estos proyectos ya son una realidad. "Es cierto que en países como Canadá existen, como los proyectos PATH en Toronto o RÉSO en Montreal. Estas ciudades subterráneas han ido ampliando su longitud desde su origen en el siglo XX hasta llegar a los 30 kilómetros. En esa red subterránea podemos encontrar desde tiendas de grandes firmas a restaurantes y otros elementos de ocio, permitiendo que los habitantes de la ciudad no tengan que sufrir las inclemencias climatológicas. Es verdad que son ciudades con un clima frío, pero la realidad es que este tipo de proyectos podrían funcionar en cualquier país, aunque sería más beneficiosa su construcción en zonas con climas extremos, tanto por calor como por frío, ya que al encontrarse bajo tierra tendremos unas condiciones climatológicas mucho más favorables que las que nos encontraríamos sobre la superficie".

Posibles soluciones a la superpoblación

"Son muchos los sectores de la sociedad que buscan alternativas de cara al problema de la superpoblación", apunta el arquitecto. "El cine o las novelas de ciencia ficción se han visto inspiradas por las propuestas arquitectónicas y viceversa. Proyectos como la 'Plug-in City' de Archigram, la 'ciudad espacial' del grupo GEAM, la 'New Babylon' propuesta por Constant o los diseños urbanos de Superstudio y Archizoom, vinieron marcados por la crisis del petróleo de los años 70".

placeholder Proyecto 'Plug City' en el MoMa de Nueva York.
Proyecto 'Plug City' en el MoMa de Nueva York.

"La situación global actual está llevando a que proyectos de índoles similares reaparezcan en el panorama, como pueden ser el proyecto 'Waterfront' de OMA, la ciudad de Masdar proyectada por Foster and Partners en Dubai o la 'ciudad flotante' de BIG, sin olvidarnos de los proyectos que traspasan nuestras fronteras planetarias y plantean construcciones en la luna, como son el 'Lunar Habitation' de Foster and Partners o el 'Moon Village' de SOM, o incluso en Marte, con proyectos como el 'Mars Habitat' de nuevo de Foster and Partners o el 'Mars science city' de BIG + Centro Espacial Mohammed bin Rashid", concluye. Solo el tiempo dirá si la densidad humana llevará a que algunos tengan que vivir en colonias bajo tierra como hormigas, o en estaciones espaciales en algún planeta deshabitado, pero las ideas ahí están para el que tenga imaginación y medios suficientes para llevarlas a cabo.

La leyenda cuenta que las alcantarillas de Nueva York están llenas de cocodrilos ciegos porque nunca han visto la luz del día. Aunque eso de vivir bajo tierra parece más de vivos que de muertos, algunos como Italo Calvino ya fantasearon en su día con la posibilidad: la ciudad de Eusapia —contaba el escritor— cuenta con una copia idéntica bajo tierra: "En realidad habrían sido los muertos quienes construyeron la Eusapia de arriba a semejanza de su ciudad. Dicen que en las dos ciudades gemelas no hay ya modo de saber cuáles son los vivos y cuáles los muertos”.

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