Gana medio millón a la lotería y solo quiere comprarse un regalo de 100 euros

Hace algunas semanas publicábamos un artículo en el que explicábamos qué es lo primero que se compra una persona a la que le toca la lotería. Estaba basado en una investigación con ganadores reales de diferentes juegos de azar en Reino Unido y, aun a riesgo de que los datos sean diferentes en otros países, algunas cosas tenían toda la lógica.

Por ejemplo, los afortunados británicos decidían comprarse una casa, a ser posible muy grande, poco después de cobrar su cheque. También invertían en billetes de avión para llevarse de vacaciones a toda su familia y, curiosamente, adquirían un conjunto de champán, con sus copas, su cubitera y todo lo necesario para disfrutar de esta bebida de lujo.

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Pero está claro que no todas las personas son iguales y eso lo acabamos de comprobar de nuevo con la historia de Alan Jordan. Se trata de un ciudadano canadiense que acaba de sentir en primera persona la experiencia de ganar un gran premio de lotería. Sin embargo, lo primero que hará con el dinero no tendrá nada que ver con lo de esos ganadores del Reino Unido.

Dinero inesperado

Alan vive en Coquitlam, una ciudad de 150.000 habitantes cercana a Vancouver, en la región de la Columbia Británica. Allí compró un boleto de lotería del tipo rasca y gana para el juego 'Set for life', pero no se esperaba que, al rascar las diferentes casillas, iba a ganar un premioque le permitiría cambiar el resto de su vida gracias al dinero conseguido.

Compró el boleto mientras iba a trabajar, pero esperó al descanso para comprobar el premio

Este hombre compró su boleto en una gasolinera mientras iba del camino al trabajo, pero en lugar de rascarlo inmediatamente, decidió esperar a la hora del almuerzo para ver qué le deparaba la suerte. Sin embargo, al rascar, se dio cuenta de que el boleto estaba premiado con 675.000 dólares canadienses, el equivalente a unos 450.000 euros.

Él mismo ha explicado cómo vivió toda la situación al Daily Hive: "Comencé a rascar, llegué al juego número dos y noté que aparecían los tres símbolos de dinero efectivo. ¡Me sorprendí a mí mismo!" En ese momento, no dudó en abrir su aplicación de lotería en el móvil y escanear el boleto para ver si lo que estaba viendo era correcto y se había convertido en millonario.

Alan Jordan no podía salir de su asombro: estaba en el descanso de su trabajo y, de repente, tenía 450.000 euros más en su cuenta corriente. Así que, rápidamente, llamó a su esposa para darle la gran alegría: "Le pedí que se sentara porque sabía que era una noticia de impacto". A continuación, llamó a otros familiares y a multitud de amigos que se mostraron muy felices por él.

El premio inesperado

Este hombre asegura que el hecho de ganar un gran premio de lotería "es una sensación increíblemente genial. Siempre veo a otras personas ganar, y es una gran sensación saber que soy uno de ellos". Ahora llega el momento de saber en qué se va a gastar el dinero del premio y ahí es donde Alan Jordan ha sorprendido a propios y a extraños.

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Aunque reconoce que ya ha echado el ojo a diferentes objetos, tiene claro qué será lo primero que se comprará con el dinero del premio y, sorprendentemente, apenas cuesta unas decenas de euros: unas botas nuevas de montaña. Alan es un amante de la naturaleza y le gusta salir a hacer diferentes rutas, por lo que su primer gasto será unas botas que apenas cuestas 100 euros.

No es lo único que se comprará con el dinero del premio. El flamante ganador también invertirá en un vehículo nuevo para su esposa y dejará una parte del premio para su hija, que quiere irse en un futuro a trabajar como voluntaria a un santuario de animales en el extranjero. Una magnífica manera de gastar el dinero procedente de los juegos de azar.

Destinará parte del premio a un coche para su mujer y a un viaje de su hija al extranjero

Para ello, la hija de Alan tendrá que esperar a que sea seguro viajar. Mientras tanto, cumplirán con el segundo punto de lo que hacen los ganadores de la lotería: irse de vacaciones. El ganador se llevará a su familia a algún lugar paradisiaco y que sea seguro en tiempos de coronavirus. Pero, sobre todo, no quiere dejar de tener los pies en el suelo y que el dinero se le suba a la cabeza.