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Descubren qué provoca el dolor de dientes por el frío y cómo ponerle solución
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Un alivio para los que no tratan sus caries

Descubren qué provoca el dolor de dientes por el frío y cómo ponerle solución

Aunque los especialistas creen que su hallazgo podrá aplicarse en futuros estudios, la investigación de la dentadura humana requiere años de trabajo

Foto: Los incisivos tienen un componente encargado de dar la voz de alarma ante la presencia de bajas temperaturas
Los incisivos tienen un componente encargado de dar la voz de alarma ante la presencia de bajas temperaturas

Morder un producto frío con un diente dañado o sensible provoca un dolor que hace ver las estrellas a muchos. Esta molestia, catalogada como "especialmente insoportable", ha supuesto un auténtico misterio para los científicos, que se han visto incapaces de comprender cómo se produce. Sin embargo, una investigación llevada a cabo por Jochen Lennerz, patólogo del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos), ha dado con una principal sospechosa: la proteína TRPC5.

Según el estudio, referido a su vez por Science Alert, este componente se encuentra alojado en unas células o moléculas llamadas ondoblastos pertenecientes a la capa que hay debajo del esmalte de los dientes. Estos ondoblastos que dan forma a los incisivos contienen unas moléculas constituidas por unas proteínas que actúan como sensores del frío, las TPRC5.

Foto: Foto: Facebook Lastras Potable Ya

Las TPRC5 son las encargadas de señalizar la presencia de sustancias químicas (por ejemplo, el calcio) mediante las membranas celulares o canales de iones que responden a condiciones como el frío. "La investigación revela una nueva función de esta molécula, lo que resulta emocionante desde el punto de vista científico", señala Jochen Lennerz. “Ahora sabemos cómo evitar que se dé esta voz de alarma que alerta sobre la presencia de bajas temperaturas para poder inhibir el dolor dental".

El trabajo de más de una década

El especialista ha llegado a esta conclusión gracias a la realización de experimentos con ratones. El equipo descubrió que aquellos que no tienen el gen productor de TPRC5 no reaccionaban a la exposición de los dientes al frío. Ocurrió lo mismo al emplear productos químicos encargados de bloquear esos canales de iones.

Un posterior análisis de incisivos humanos extraídos (previamente descalcificados) reveló la presencia de la proteína TPRC5 en las células de los ondoblastos. Esto sugiere que la función de detección del frío está presente en los dientes humanos. La TPRC5 puede encontrarse en otros lugares del cuerpo, y se ha demostrado en anteriores ocasiones que es un igualmente detector de las bajas temperaturas que desencadenan diferentes acciones biológicas.

placeholder Los dientes pueden volverse sensibles por la presencia de caries y la erosión de las encías (Unsplash)
Los dientes pueden volverse sensibles por la presencia de caries y la erosión de las encías (Unsplash)

La presencia en nuestra dentadura de esta proteína supondría todo un alivio para las personas con caries no tratadas. “Una vez localizada la molécula, existe la posibilidad de desarrollar un tratamiento”, sugiere la electrofisióloga Katharina Zimmermann, de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nürnberg (Alemania). Algunos de los motivos por los que los dientes pueden volverse sensibles al frío son las caries, la erosión de las encías fruto del envejecimiento o uno de los efectos secundarios de la quimioterapia.

Pese a la detección de estas dolencias, los dientes humanos son muy difíciles de estudiar. De hecho, el grupo responsable de la investigación encabezada por Lennerz ha necesitado más de diez años de trabajo. Por suerte, el descubrimiento del papel de las células TPRC5 y de los ondoplastos es algo que futuros estudios pueden profundizar. “Me emocioné al ver cómo otros investigadores aplicarán nuestros hallazgos”, confiesa Lennerz.

Morder un producto frío con un diente dañado o sensible provoca un dolor que hace ver las estrellas a muchos. Esta molestia, catalogada como "especialmente insoportable", ha supuesto un auténtico misterio para los científicos, que se han visto incapaces de comprender cómo se produce. Sin embargo, una investigación llevada a cabo por Jochen Lennerz, patólogo del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos), ha dado con una principal sospechosa: la proteína TRPC5.

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