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Cómo entrenar a tu mente para eliminar la sensación de estar atascado en la vida
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MOMENTOS DECISIVOS

Cómo entrenar a tu mente para eliminar la sensación de estar atascado en la vida

Esta sensación de falta de ideas y de decisión es muy común dentro de la población a estas alturas de la pandemia. ¿Qué hacer cuando te sientes paralizado y no sabes por dónde tirar?

Foto: Foto: iStock.
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A estas alturas de la pandemia, si hay una sensación que podemos compartir todos en mayor o menor medida es la de estar atascados. A la incertidumbre experimentada al comienzo de la crisis sanitaria le sobrevino esta especie de resignación de tener que amoldarnos a lo que empezó a llamarse “nueva normalidad”. Y ahora, más de un año después, y con la esperanza puesta en las vacunas, la imposibilidad de hacer planes a largo plazo o de sufrir inseguridad frente al mundo pospandémico nos llevan a sentir muchas veces que estamos en una especie de callejón mental sin salida, lo que no deja de producirnos cierta ansiedad y estrés.

¿A qué se debe esta sensación de estar atascados? Generalmente, responde a un fenómeno de no saber decidir muy bien qué hacer a continuación, ya sea al día siguiente, dentro de un mes o de un año. Esto responde, de forma obvia, al hecho de tener que amoldarnos a los continuos cambios en las normas a cuenta del avance o retroceso del virus. Y sobre todo, con el inaplazable miedo a ser asintómaticos y poder contagiar a familiares y amigos. Aún no sabemos cuándo acabará esta crisis sanitaria, y eso hace que sintamos que no podamos hacer planes ni a corto ni a largo plazo, ya que también desconocemos qué sucederá una vez termine, cómo volveremos a nuestras vidas o si gozaremos de una cierta estabilidad económica en un contexto muy negativo para la economía mundial, nacional y local.

"Si descomponemos el miedo en pequeñas partes, encontraremos alivio y nos será más fácil enfrentarnos a él"

¿Cómo lidiar con esta incapacidad para tomar decisiones? Tal vez lo más natural, en una situación como esta, sea ser prudentes y esperar a un momento más propicio para acometer los cambios. Hay que tener la mente clara para saber elegir bien entre distintas opciones, pues si te dejas llevar por la desesperación o el nerviosismo es más posible que te equivoques y luego te arrepientas a que si esperas a que se calmen las aguas. Como decía un filósofo, “los árboles no te dejan ver el bosque”, y en este sentido muchas de las cosas que tomamos como ciertas o estables en realidad pueden inducir al engaño; de hecho, la pandemia en sí misma es una demostración de esto mismo, pues nadie se podía imaginar la magnitud que tomaría el problema para socavar nuestra vida tal y como la habíamos conocido hasta entonces.

Qué hacer con el miedo

Ante esta maraña de decisiones vitales que todavía están por tomar, si algo sobresale es el miedo a equivocarnos. “El miedo paraliza, su función primordial es evitar que los animales salvajes se nos coman”, reflexiona la periodista Kristin Brownstone en un artículo de ‘Fast & Company’ en el que se pregunta cómo salir de esta sensación de estar atascados. “El problema es que nuestro miedo se dispara también cuando no hay animales salvajes cerca, es decir, cuando la percepción de que hay algo que nos va a comer vivos y no saber qué”.

Si estás mal, no es buen momento para tomar grandes decisiones, así que si crees que lo mejor es que tengas paciencia y seas prudente

La incertidumbre, en este caso, es uno de los detonantes de ese miedo, pues como en todas las épocas históricas, el ser humano siempre ha superado sus miedos gracias al aumento del conocimiento y en base a conocer más cómo la naturaleza se regía, sin tener que recurrir a supersticiones, mitos o creencias para explicarla. “El miedo a menudo parece más grande de lo que es”, reconoce Brownstone.

“Pero cuando lo descompones en partes pequeñas en lugar de quedarte paralizado y mirar con asombro su aparente inmensidad, te das cuenta de lo minúsculo que es" recalca. "Al descomponerlo en partes pequeñas, podemos analizar qué es lo que lo compone y así encontrar alivio. El terror puede disminuir si atendemos a sus componentes y los gestionamos uno por uno. ¿Se irá por completo? Tal vez. Si no es así, el siguiente paso consiste en decidir si el objetivo que nos espera al otro lado del miedo es tan relevante e importante para nosotros como para atrevernos a dar el paso”.

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¿Cómo saber si realmente merece la pena afrontar el miedo y dar el paso? Esta es la parte más difícil, pues a la hora de tomar la decisión debemos ponderar si realmente merece la pena. Si al final la respuesta es sí, no te podrás dejar llevar por el temor a haberte equivocado y ser consecuente, pues tus posibilidades de salir victorioso disminuyen en el momento en que regresa el miedo y te dejas llevar por tus inseguridades. Si no nos encontramos lo suficientemente decididos, volveremos a nuestro estado inicial y a sentirnos atascados. En cualquier caso, no es buen momento para tomar grandes decisiones, así que si crees que no deberías dar el paso lo mejor es que tengas paciencia y seas prudente, esperando a que los vientos vuelvan a soplar a tu favor para coger las riendas con muchas más ganas y coraje.

A estas alturas de la pandemia, si hay una sensación que podemos compartir todos en mayor o menor medida es la de estar atascados. A la incertidumbre experimentada al comienzo de la crisis sanitaria le sobrevino esta especie de resignación de tener que amoldarnos a lo que empezó a llamarse “nueva normalidad”. Y ahora, más de un año después, y con la esperanza puesta en las vacunas, la imposibilidad de hacer planes a largo plazo o de sufrir inseguridad frente al mundo pospandémico nos llevan a sentir muchas veces que estamos en una especie de callejón mental sin salida, lo que no deja de producirnos cierta ansiedad y estrés.

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