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¿Podría probar la física que Dios existe?
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¿Podría probar la física que Dios existe?

Conforme avanza la ciencia parece que las explicaciones religiosas sobre determinados fenómenos quedan descartadas, ¿o no?

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La ciencia y la religión siempre han sido las dos caras de una misma moneda, que por el momento conviven en relativa armonía, a pesar de que irremediablemente una podría terminar con la otra tarde o temprano. Conforme avanza la ciencia y conocemos más sobre el funcionamiento del mundo que nos rodea, parece que las explicaciones religiosas sobre determinados fenómenos quedan descartadas. No obstante, desde el comienzo de los tiempos, los seres humanes somos seres espirituales que buscan, quizá en una deidad superior, la explicación a las grandes preguntas: quiénes somos y por qué estamos aquí.

Otras preguntas igual de importantes han estado siempre en el aire: ¿puede sobrevivir una sociedad sin religión? ¿Una sociedad secularizada es una sociedad sin moral? ¿Sería el mundo más pacífico si no existieran las religiones? Y, más importante, ¿dónde encaja la física en todo esto? Como dijo Albert Einstein en su día: "Si hay un Dios que creó el universo entero y sus leyes de la física, ¿sigue Dios las propias leyes establecidad por él mismo? ¿O puede Dios reemplazar sus propias leyes, como viajar más rápido que la velocidad de la luz y así poder estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo?". Vale, entendemos que te duela un poco la cabeza.

¿Puede Dios viajar más rápido que la luz?

Hasta ahora, no se ha observado ningún objeto que pueda viajar más rápido que la velocidad de la luz. Esta viaja, en concreto, a 300.000 kilómetros por segundo en nuestro Universo. Hace unos años se creyó que había algo que podía viajar más rápido aún: los neutrinos. En 2011 se realizó en Italia un experimento de física de particulas que se había diseñado para estudiar el fenómeno de la ostilación de los neutrinos. Entonces todo el mundo entró en conmoción y se creyó que el resultado iba a cambiar todo lo que se sabía (o se creía saber) sobre la Teoría de la Relatividad Especial de Einstein, al parecer, los neutrinos viajaban más rápido que la luz.

La luz viaja a 300.000 kilómetros por segundo en nuestro Universo, pero, ¿y en otros?

Sin embargo, al poco tiempo se descubrió la verdad: todo se debía a un fallo en uno de los relojes digitales de los ordenadores del laboratorio. Cuando alguien se dio cuenta y conectó bien el cable que había fallado, se comprobó que los neutrinos viajaban a una velocidad más baja que la de la luz. Falsa alarma.

Sin embargo, hay un truco en todo esto: hemos hablado de que la luz viaja a esa rapidez en nuestro Universo. Pero, ¿y si hubiera otros?

La teoría del multiverso

Según explica Monica Grady en un reciente artículo: Muchos cosmólogos creen que el Universo puede ser parte de un cosmos más extendido o multiverso, donde muchos universos diferentes coexisten pero no interactúan. La idea del multiverso está respaldada por la conocida como teoría de la inflación cósmica, un conjunto de propuestas que intentan explicar la expansión a niveles extremadamente rápidos que tuvo lugar en los primeros instantes de la formación del universo.

"Pero, ¿cómo encaja Dios en todo esto?" se pregunta, Grady. "Las partículas fundamentales creadas en el Big Bang tenían las propiedades correctas para permitir la formación de hidrógeno y deuterio, sustancias que produjeron las primeras estrellas. Las leyes físicas que gobiernan las reacciones nucleares en estas estrellas produjeron entonces la materia de la que está hecha la vida: carbono, nitrógeno y oxígeno".

No se puede refutar la idea de que Dios haya creado el multiverso, una teoría que de por sí tiene muchas críticas

"¿Cómo es que todas las leyes y parámetros físicos del universo tienen los valores que permitieron que se desarrollaran las estrellas, los planetas y, en última instancia, la vida? Algunos argumentan que es solo una coincidencia afortunada. Algunos teístas, sin embargo, apuntan que Dios creó las condiciones favorables para que esto sucediera. No se puede refutar la idea de que Dios haya creado el multiverso. Todo esto es muy hipotético, y una de las mayores críticas a las teorías del multiverso es que debido a que parece que no ha habido interacciones entre nuestro Universo y otros universos esa noción no puede ser probada directamente", apunta.

Respuestas solo para los agnósticos

Como explica Grady, en realidad la relación entre física y Dios es poco probable que satisfaga a un creyente o a un ateo. "Si crees en Dios (como yo), entonces la idea de que Dios esté sujeto a las leyes de la física es una tontería, porque Dios puede hacer todo, incluso viajar más rápido que la luz. Si no crees en Dios, entonces la pregunta es igualmente absurda, porque no hay un Dios y nada puede viajar más rápido que la luz". Las hipotéticas respuestas podrían servir solo a los agnósticos, que son los que realmente necesitan pruebas al respecto.

"Los científicos no intentan probar o refutar la existencia de Dios porque saben que no hay un experimento que pueda detectarlo. Y si crees en Dios pensarás que cualquier cosmos es coherente con él"

"La verdadera diferencia radica en que la ciencia requiere pruebas, las creencias religiosas requieren fe. Los científicos no intentan probar o refutar la existencia de Dios porque saben que no hay un experimento que pueda detectar a Dios. Y si crees en Dios, no importa lo que los científicos descubran sobre el Universo: se puede pensar que cualquier cosmos es coherente con él". Nuestra visión de Dios, la física o cualquier otra cosa depende en última instancia de la perspectiva. No obstante, hay que tener algo en cuenta, Grady, científica y creyente, representa a la perfección esas dos caras de la misma moneda que sí parecen poder convivir en perfecta armonía. Y, como dijo Terry Pratchett:

"La luz cree que viaja más rápido que cualquier otra cosa, pero está mal. No importa qué tan rápido viaje la luz, encuentra que la oscuridad siempre ha llegado primero y la está esperando".

La ciencia y la religión siempre han sido las dos caras de una misma moneda, que por el momento conviven en relativa armonía, a pesar de que irremediablemente una podría terminar con la otra tarde o temprano. Conforme avanza la ciencia y conocemos más sobre el funcionamiento del mundo que nos rodea, parece que las explicaciones religiosas sobre determinados fenómenos quedan descartadas. No obstante, desde el comienzo de los tiempos, los seres humanes somos seres espirituales que buscan, quizá en una deidad superior, la explicación a las grandes preguntas: quiénes somos y por qué estamos aquí.

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