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Estas son las vitaminas que pierdes si tienes estrés (y cómo recuperarlas)
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Estas son las vitaminas que pierdes si tienes estrés (y cómo recuperarlas)

SI últimamente tienes ansiedad, es posible que tu cuerpo sufra un déficit del grupo B de vitaminas, las cuales ayudan en funciones esenciales para el organismo

Foto: Foto: iStock.
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La salud física y mental están íntimamente relacionadas, de ahí que si flaqueas de una es posible que también falle la otra. Esto les tiende a suceder a las personas que sufren de estrés crónico o ansiedad. Además de bajar las defensas del sistema inmune y con ello ser más propenso a contraer resfriados o infecciones, el estrés está detrás de la carencia de vitamina B, la cual cumple unas funciones muy relevantes en el organismo.

La vitamina B no es solo una, sino que consta de ocho diferentes que trabajan juntos para mantener al cuerpo enérgico y funcionando a pleno rendimiento. Además de fortalecer el sistema inmunológico, también aumentan la eficiencia del metabolismo y la producción constante de neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, ambas relacionadas con la sensación de bienestar. El problema de la vitamina B es que si se desequilibra uno de estos ocho componentes, produce un desequilibrio en los demás.

"En un episodio de ansiedad, todas las vitaminas B se drenan al corazón, pulmones y músculos para garantizar su supervivencia"

En comparación con otros nutrientes como las proteínas, necesitamos una cantidad muy pequeña de vitaminas, de ahí que se suelan medir en microgramos y miligramos. La mayoría de las vitaminas del grupo B se encuentran en la carne, las aves, los huevos, las verduras de hoja verde, las legumbres o las semillas, y el pan, de ahí que estén bien repartidas en nuestra dieta. El problema viene cuando sufrimos de estrés, ya que agota sus reservas, como apunta Lauren Vinopal, periodista de 'Mel Magazine'.

"Cuando uno sufre episodios de ansiedad, el cuerpo busca una respuesta a ese estrés", comenta por su parte Anam Umair, nutricionista y dietista norteamericano. "Durante todo este proceso, todas las vitaminas B se drenan al corazón, pulmones y músculos para garantizar su supervivencia". Esto a su vez aumenta el riesgo de sufrir erupciones cutáneas, llagas en la boca, caída del pelo, diarrea o insomnio y depresión. De las ocho vitaminas B que hay, las más importantes son la B-9 y la B-12, ya que ambas son cruciales para que el cuerpo funcione a pleno rendimiento, así como para detener las posibles inflamaciones que puedan surgir. Sin embargo, al final todas y cada una de ellas cumplen una función esencial en el organismo que ahora veremos.

La B-1: Tiamina

Es clave a la hora de descomponer los azúcares que apoyan la función metabólica y también para la memoria. Las personas que tienen niveles bajos de esta vitamina pueden sentirse más irritadas, sufrir de visión borrosa o pérdida de apetito, además de poder tener unos reflejos deficientes, naúseas o debilidad muscular. Uno de los condicionantes para tener unos niveles bajos de B-1 es consumir alcohol en exceso, pudiendo ocurrir en situaciones extremas pérdidas absolutas de memoria o una enfermedad conocida como el síndrome de Korsakoff. La B-1 se encuentra en lo frijoles, el salmón, el hígado o el pan.

La B-2: Riboflavina

Es fundamental para convertir los alimentos en energía y sus deficiencias pueden llegar a causar lesiones en la boca, problemas en la piel, labios agrietados, pérdida de cabello o deficiencias en el sistema reproductor. Aproximadamente una taza de espinacas cubre un tercio de la cantidad diaria recomendada, por lo que es fácil mantenerla en sus justos niveles.

La B-3: Niacina

La B-3 ayuda a mantener los sistemas metabólico y digestivo a punto, ya que es la encargada de ayudar en la absorción de carbohidratos, grasas y proteínas. Si no tienes suficiente cantidad de niacina puedes experimentar fuertes dolores de cabeza, erupciones cutáneas, fatiga, problemas estomacales o depresión. Se encuentra en el arroz o en los champiñones, así como en una buena pechuga de pollo, por lo que no será nada difícil absorberla.

B-5: Ácido pantoténico

El B-5 ayuda al cuerpo a crear glóbulos rojos y metaboliza las grasas proteínas y enzimas. Una deficiencia de vitamina B-5 pueden hacer que te sientas más irascible, más cansado o sufrir calambres musculares y alteración del sueño.

B-6: Pirixodina

La B-6 mantiene el sistema nervioso saludable al convertir los alimentos en energía y crear nuevos neurotransmisores que luego enviarán mensajes a las neuronas de todo el cuerpo. Cuando no tenemos suficiente B-6, nuestro sistema inmune puede debilitarse, al igual que resentirse el estado de ánimo. En casos extremos puede llegar a provocar convulsiones. Está presente en la pechuga de pollo y en un filete de salmón, así como en los plátanos y aguacates.

B-7: Biotina

Ayuda a la producción de enzimas importantes para la digestión y el metabolismo. Tener deficiencia de B-7 puede causar conjuntivitis, pérdida de ccabello, letargo, depresión y, ocasional y muy puntualmente, alucinaciones. Solo en un huevo hay un tercio de su cantidad recomendada diaria, por lo que fácilmente la absorverás sin ningún problema.

B-9: Folato

Juega un papel determinante en la producción de glóbulos rojos y en la división celular, así como en la réplica y síntesis del ADN. Por ello, se prescriben suplementos para las mujeres embarazadas. No obtener una suficiente cantidad de vitamina B-9 puede provocar dolores de cabeza, cansancio, debilidad y dificultad para respirar. Esto se puede evitar si ingieres lentejas o cualquier vegetal de hoja verde.

B-12: Cobalamina

La más importante, ya que fomenta la producción de ADN y apoya al sistema metabólico así como la función cerebral. Algunos síntomas de deficiencias de B-12 incluyen piel pálida o amarilla, úlceras en la boca, mareos, irritabilidad y, de nuevo, sensaciones depresivas o ansiosas. Para evitarlo, come mucho salmón, almejas o cangrejo, ya que contienen el nivel suficiente de esta vitamina para que obtengas tu cantidad diaria recomendada.

La salud física y mental están íntimamente relacionadas, de ahí que si flaqueas de una es posible que también falle la otra. Esto les tiende a suceder a las personas que sufren de estrés crónico o ansiedad. Además de bajar las defensas del sistema inmune y con ello ser más propenso a contraer resfriados o infecciones, el estrés está detrás de la carencia de vitamina B, la cual cumple unas funciones muy relevantes en el organismo.

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