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Tenemos que hablar de los 'tuppers': así debes organizar las sobras que tienes en la nevera
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Tenemos que hablar de los 'tuppers': así debes organizar las sobras que tienes en la nevera

Después de las fiestas solemos acumular en la nevera restos variados de platos que no nos hemos terminado en las celebraciones. Te explicamos cómo debes conservarlos

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Una celebración en casa de un familiar es como cualquier droga: es mucho más fácil entrar que salir. Cuando, después de una copiosa comida y una agradable charla, uno decide que es momento volver a casa, el anfitrión responsable de la cocina de ese día, que ha escuchado tu "bueno, nosotros nos vamos a ir marchando", aparece vestido de cuarto árbitro de fútbol y saca un marcador electrónico con el tiempo de prolongación: quedan 10 minutos por jugar todavía. Hay que repartir lo que ha sobrado.

Llevarse 'tuppers' con comida rica de casa ajena es un invento que compite fácilmente con la rueda e Internet. Es un gusto. En temporada baja, cuando uno se junta con sus allegados con algo menos de frecuencia, no supone ningún problema logístico: te evita cocinar en uno de los próximos día de diario y se conserva perfectamente en la nevera. El problema viene en Navidades, ya que, incluso cumpliendo este año con todas restricciones, es inevitable recibir o quedarte con sobras de Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo o Reyes: el quinteto titular del empacho.

"A temperatura ambiente la mayoría de patógenos se encuentran en su salsa"

El principal objetivo del noble arte de envasar las sobras y dárselas a tu familia es que no se desperdicie nada. En estas fechas la nevera suele llenarse de alimentos que uno no acostumbra a tener durante el año y es importante tener algunas claves para saber priorizar las sobras que nos tenemos que comer antes. "Aquellos platos en los que hayamos utilizado huevo crudo, incluyendo salsas como la mayonesa casera, siempre son los más perecederos y deberían consumirse en el mismo día", explica Mario Sánchez, tecnólogo alimentario y divulgador en SefiFood, "si hemos utilizado huevo pasteurizado que viene ya envasado, tenemos un margen más amplio de hasta 3 días. Esto aplica a cualquier plato que incluya huevo cocinado. Los tiempos también son escasos si hablamos de carne o pescado crudo, ya que como mucho tendremos 1-2 días de margen para consumirlos. Si están cocinados ese margen se puede ampliar a los 3-4 días".

Es importante recordar también que hay que tratar de evitar que la comida que hemos cocinado se quede toda la tarde o toda la noche en la mesa o en la encimera de la cocina hasta que nos ponemos a organizarla. "A temperatura ambiente la mayoría de patógenos se encuentran en su salsa, por lo que no debemos ponerles las cosas fáciles. Se recomienda que no sobrepasemos las 2 horas a temperatura ambiente, siempre es interesante meter al frigorífico lo antes posible. Eso sí, esperando a que el plato se enfríe para evitar modificar la temperatura interna del electrodoméstico".

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Capítulo aparte merecen clásicos de estas fechas como el marisco. Sánchez recomienda tener en cuenta la diferencia entre el cocido y el fresco: "Debemos intentar minimizar al máximo los procesos térmicos aplicados en los alimentos, por lo que si nos ha sobrado marisco ya cocido, lo mejor será intentar consumirlo en los próximos días (3-4) en el frigorífico, reservando la congelación para sus versiones crudas o frescas, donde podemos alargar la vida útil de los 1-2 días que nos aguantaría en el frigorífico, hasta los 3-6 meses en congelador".

Para ayudarnos a tomar la decisión de cómo organizamos las sobras, podemos además consultar la siguiente tabla de la OCU con los tiempos de conservación de los alimentos más comunes.

Es posible que también surjan dudas sobre qué recipiente usamos para conservar cada alimento. Todo el mundo en su casa maneja varios tipos de 'tuppers' que suelen ir desde el precioso recipiente de cristal en el que pondrías hasta un centro de mesa al cutre de plástico. ¿Hay alguna diferencia en conservar la comida en envases de cristal o de plástico? Mario asegura que la seguridad alimentaria es la misma en ambos recipientes: "tanto plástico como cristal son materiales aptos para el contacto con alimentos. Eso sí, será importante buscar en el envase el símbolo que acredita su uso 'apto para el contacto con alimentos', que es el clásico dibujo de una copa y tenedor".

"Debemos evitar pasar la comida del congelador a temperatura ambiente"

Otra situación que ocurre frecuentemente en Navidades es el cambio de criterio a los dos días: las sobras que has guardado en la nevera después de Nochevieja pensando en que podrías acabar con ellas pronto se vuelven claras candidatas a congelar cuando después de Año Nuevo te encuentras con las baldas llenas. ¿Cuánto tiempo puede pasar un alimento en la nevera después de cocinarlo y antes de decidir congelarlo? ¿El criterio es el mismo con todos los productos cocinados? "Si el guiso no tiene carne ni pescado (alimentos perecederos), nos podrá aguantar fácilmente 3-4 días. En cambio, si es un guiso con carne o pescado, la vida útil se reduce a 1-2 días en el frigorífico. En ese supuesto, estaríamos en el límite de los 2 días, por lo que lo mejor sería congelarlo cuanto antes".

Después de la tormenta, siempre llega la calma. Con todos los alimentos perfectamente conservados queda hacer el trabajo de ir terminando primero con las sobras que decidimos dejar en la nevera para luego ir sacando las del congelador. Es en ese momento cuando pueden surgir dos dudas frecuentes con respecto a nuestros 'tuppers'. En primer lugar, la mejor forma de hacer esa descongelación, en la que, según nuestro experto, debemos evitar pasar la comida del congelador a temperatura ambiente, utilizando siempre para este proceso los estantes inferiores e la nevera, donde evitaremos que los posibles exudados de la carne y el pescado al descongelarse puedan contaminar otro alimento. Otra opción es, claro, el microondas, un sistema de descongelación seguro pero algo menos efectivo.

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Por último, Mario Sánchez nos recuerda que la congelación es un gran invento, pero no hace milagros. Si en su momento congelamos un guiso nada más cocinarlo, al descongelarlo se comportará como un guiso recién cocinado en cuanto a conservación (1-2 días si lleva carne o pescado y 3-4 días si no los lleva), pero si ese guiso esperó un par de días en el frigorífico antes de que decidieses congelarlo, al descongelarlo tendrás que consumirlo el mismo día.

Estamos de acuerdo, querido lector, en que hablar de la conservación adecuada de unos langostinos o de una pularda no es en ninguna montaña rusa de sensaciones, entiendo perfectamente que no haya sentido leer un texto que atrapa de principio a fin. Pero la suma de consejos explicados hasta llegar aquí puede resultarnos muy útil a la hora de conseguir un objetivo importantísimo: evitar que la comida se desperdicie.

Una celebración en casa de un familiar es como cualquier droga: es mucho más fácil entrar que salir. Cuando, después de una copiosa comida y una agradable charla, uno decide que es momento volver a casa, el anfitrión responsable de la cocina de ese día, que ha escuchado tu "bueno, nosotros nos vamos a ir marchando", aparece vestido de cuarto árbitro de fútbol y saca un marcador electrónico con el tiempo de prolongación: quedan 10 minutos por jugar todavía. Hay que repartir lo que ha sobrado.

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