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Sí, tu perro también puede resfriarse: cómo evitar que lo pase mal en invierno
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Bajan las temperaturas

Sí, tu perro también puede resfriarse: cómo evitar que lo pase mal en invierno

Al igual que las personas, los perros no son inmunes a la mayoría de enfermedades infecciosas que proliferan en la estación más fría del año

Foto: Un perro sufre los estragos del frío. (iStock)
Un perro sufre los estragos del frío. (iStock)

Entre los mitos más extendidos sobre el cuidado de perros está pensar que no corren ningún riesgo en invierno o que, incluso, pueden dormir a la intemperie porque la capa de pelo que cubre su piel les protege de las inclemencias meteorológicas. Nada más lejos de la realidad, puesto que ni todas las razas están dotadas de una 'manta' natural ni las que cuentan con ella son inmunes a catarros, gripes y otras infecciones víricas propias de la etapa más fría del año.

Las bajas temperaturas no provocan, de por sí, ninguna de las enfermedades respiratorias infecciosas más comunes. Ahora bien, la climatología extrema puede exigir un esfuerzo extra al sistema inmunitario y debilitarlo. Además, ciertos virus tienen más probabilidades de sobrevivir en ambientes fríos y húmedos; y en estas fechas es más común concentrarse en lugares cerrados. Todo ello crea el cóctel perfecto para constiparse.

"De cara a los próximos meses en los que bajará el mercurio, conviene tener claro esto si tenemos un perro como mascota y actuar en consecuencia", afirma José Miguel Doval, director de comunicación de la Real Sociedad Canina de España (RSCE). Desde su organización, que vela por la preservación del vínculo entre perros y humanos desde 1911, ofrecen a El Confidencial una serie de consejos para que el frío no cause estragos.

El abrigo no es una cursilada

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todas las razas viven el invierno de la misma forma. Las de pelo corto, los perros senior y las razas pequeñas conforman el 25% al que hay que prestar más atención. La RSCE se refiere, por ejemplo, a los chihuahuas, carlinos, yorkshires, bulldogs franceses, bulldogs ingleses, galgos y, en particular, todas las razas desnudas (sin pelo).

"Estos perros son especialmente frioleros, por lo que la recomendación principal a la hora de sacarles a pasear es cubrirles con un abrigo a su medida cuando la temperatura desciende de 10 grados centígrados, algo que ya sucede en buena parte de España sobre todo a primeras horas del día", explica Doval. "Olvida que el abrigo puede parecer algo cursi y cubre con él a tu mascota si está entre estas razas, porque lo va a necesitar".

placeholder Una chica sale a pasear con su perro, casi tan abrigado como ella. (iStock)
Una chica sale a pasear con su perro, casi tan abrigado como ella. (iStock)

También tienen que andarse alerta los dueños de perros con razas de pelo fino o sin subpelo impermeable —ejemplares de Shih Tzu o Bichón Maltés, entre otros—, a las que se debe proteger más cuando llueve porque tienden a empaparse. "Los labradores, san bernardos o pastores alemanes se adaptan perfectamente a las bajas temperaturas, ya que proceden de zonas frías y originariamente han vivido en el campo al raso. Pero, al igual que con el resto, es importante tener claro esto: no les cortes el pelo en esta época del año. Es su 'seguro de vida' ante el frío, por lo que espera a que las temperaturas sean más benévolas para hacerlo", aclara el representante de la RSCE.

Tu trabajo no acaba al llegar a casa

La protección contra el frío no ha de limitarse a los momentos de paseo, sino que la labor de un buen cuidador de perros continúa al llegar a casa. "Al final son muy parecidos a nosotros, sobre todo las razas de poco pelo, por lo que para que estén a gusto, como nosotros, la temperatura debe rondar los 20 grados", añade Doval.

Nada de dormir en el patio o en el jardín, necesitan estancias bien aclimatadas. Tampoco es conveniente recluirlos en el sótano o en el garaje, pues se trata de estancias que suelen tener temperaturas y humedad muy parecidas a las de la calle. "Por otra parte, no dejes que duerman directamente en el suelo, deben hacerlo en una cama para ellos o un colchón. Incluso si son pequeños es recomendable ponerles una mantita o colcha. Y en los días más fríos, hay que situarlos de forma que la calefacción les llegue, pero no muy cerca porque su pelo puede quemarse", recomienda el experto.

Asimismo, considera que la alimentación es otra parte fundamental: "En estos meses fríos conviene que sigan una buena alimentación para tener las defensas altas y estar fuertes para mantener el calor en sus cuerpos". Concretamente, aconseja añadir más calorías a su dieta —no más cantidad, sino productos más calóricos— y mezclar su pienso con alimentos ricos en aceite, como el pescado. "No debemos darles demasiada comida, sobre todo si su actividad física es reducida. Es recomendable mantener las mismas raciones al día, pero con más sustancia, que no cantidad".

Es recomendable añadir más calorías a su dieta: no más cantidad, sino productos más calóricos

Finalmente, es imprescindible seguir a rajatabla las revisiones veterinarias y administrarle las vacunas marcadas en su calendario. De la misma forma que una persona acude al médico cuando le toca un control rutinario o bien cuando cree que padece alguna enfermedad y necesita tratamiento, las mascotas deben acudir a la clínica ante la mínima sospecha. "La caída del termómetro hace estragos a todos por igual, así que no pienses nunca más que a tu mascota no le afecta el frío", sentencia.

Entre los mitos más extendidos sobre el cuidado de perros está pensar que no corren ningún riesgo en invierno o que, incluso, pueden dormir a la intemperie porque la capa de pelo que cubre su piel les protege de las inclemencias meteorológicas. Nada más lejos de la realidad, puesto que ni todas las razas están dotadas de una 'manta' natural ni las que cuentan con ella son inmunes a catarros, gripes y otras infecciones víricas propias de la etapa más fría del año.

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