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Cómo dar la noticia del fallecimiento de un ser querido, según los expertos
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Cómo dar la noticia del fallecimiento de un ser querido, según los expertos

La persona recordará toda su vida cómo lo hiciste. Es importante mostrar empatía, ser sincero y no recurrir a las frases maniqueas en esos momentos tan dolorosos

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La muerte nos acompaña desde que llegamos a este mundo, y en algún momento de nuestra vida tendremos que recorrer esa dura y difícil senda por la que caminamos tras perder a un ser querido. Mientras tanto, la rutina y la incertidumbre del futuro nos ayudan a olvidar que ese día llegará, o a sobrellevarlo cuando por fin lo hace. La muerte es irremediable e inevitable, por lo que lo mejor que podemos hacer es acostumbrarnos a ella.

La pandemia de coronavirus la ha introducido en nuestra vida de manera diaria. Pese a que está en los accidentes de coche, otras enfermedades o la vejez, lo cierto es que probablemente nunca habíamos estado tanto tiempo rodeados de muerte y, a la vez, temerosos de lo que pueda suceder. A finales de marzo, Sanidad prohibió los velatorios y restringió a tres las personas en los entierros; Muchas voces se alzaron en aquel entonces para explicar los problemas psicológicos que podían derivar de no despedir a los seres queridos de una manera natural, pues justamente una de las cosas más importantes que nos diferencia como especie avanzada es el poder llorar y recordar a los que nos han dejado.

Pero, ¿cómo dar una noticia así? Parece que nadie estará nunca preparado para hacerlo. ¿Hay una forma de suavizar el dolor, de explicarlo con tacto para que no sea tan devastador? En El Confidencial hemos hablado con varios psicólogos para que nos cuenten su punto de vista sobre un tema difícil aunque increíblemente mundano.

Cómo preparar a la persona

Según explica la psicóloga general sanitaria Sara Montejano, de Psicoglobal: "Lo primero que debemos hacer para comunicar un fallecimiento, es buscar un lugar adecuado, que sea tranquilo y en el que no haya posibles interrupciones por parte de otras personas. Si nosotros necesitamos un tiempo para nosotros antes de dar la noticia debemos tomárnoslo. A la hora de comunicar la noticia debemos encontrar el equilibrio entre dar toda la información relevante pero sin entrar en detalles que pueden hacerla más difícil o dura. La comunicación debe ser directa, sin generar incertidumbre pero sin que sea abrupta. Debemos mantener una cercanía física pero sin agobiar a la persona. Una vez comunicada la noticia debemos dar tiempo para que la persona procese la información. Si vemos que la persona esta en shock, verificar que ha entendido bien. Debemos dejar un tiempo también para que la persona nos pueda hacer preguntas si necesita ampliar la información y debmos responder a ellas de forma sencilla y honesta".

Mírale a los ojos, mantén una cercanía física sin agobiarle. Muchas personas recordarán toda la vida cómo se les dio esta noticia

"La empatía es lo más importante de todo", cuenta Ana Merillas, de Consulta Psicólogos de Madrid. "Es un momento para mostrarse cercano y sereno y para no juzgar. Especialmente con los niños, es fundamental que entiendan que el fallecido no va a volver. Nuestra sociedad tiende a censurar la tristeza y el dolor, y esto genera presión en quién tiene que afrontar un duelo. Permitirle que comience este proceso en un entorno seguro es importante para la recuperación posterior".

El contacto físico

La psicóloga sanitaria Beatriz Carrero Calvo, experta en Ansiedad y Depresión, insiste en que una de las cosas más importantes a la hora de dar una noticia de este calibre (y que generalmente no se tiene en cuenta) es la comunicación no verbal. "El contacto físico es fundamental, mírale directamente a los ojos, siéntate si él lo está o agáchate si se trata de un niño". Además, ha establecido otros puntos importantes.

  • Ante un duelo anticipado, cobra mucha importancia (aunque parezca duro) el hecho de estar presente y acompañar a una persona en sus últimos días.
  • La empatía es fundamental. Muchas personas van a recordar durante muchos años o incluso toda su vida cómo les dieron esa noticia, es un punto muy relevante porque es justamente el inicio del duelo y puede condicionar en parte el proceso posterior.
  • Se deben utilizar palabras claras, acabar el discurso con la palabra muerte o fallecido es importante, aunque pueda resultar duro, para trasmitir la irreversibilidad de la situación y no generar dudas o falsas esperanzas.
  • Permitirle compartir recuerdos del fallecido, aunque sean dolorosos para nosotros.
  • Uno de los aspectos más relevantes es favorecer la despedida. Independientemente de las creencias religiosas, el hecho de despedirse de una manera más o menos simbólica es uno de los aspectos que se han visto más relevantes en los estudios sobre el duelo. En terapia incluso se realiza la despedida de manera simbólica, si no fueron posible en su momento. Sin despedida, el duelo a menudo queda encubierto o paralizado.

Qué no decir

"Una de las cosas que debemos evitar es dar la noticia con demasiados preámbulos, esto genera mucha ansiedad, de alguna manera siempre se tiene la esperanza de que la comunicación no sea el fallecimiento y por tanto genera mucha ansiedad y expectación", explica Sara. "Aunque todos tendemos a intentar reconfortar al otro en su dolor, debemos evitar frases que minimicen la situación como que 'todo pasará' o equiparar nuestro dolor con el de la otra persona con frases del estilo de 'entiendo perfectamente como te sientes...' y también evitar presionar al otro para que sea fuerte. Esto solo añade presión".

Evita las frases maniqueas del estilo 'entiendo cómo te sientes'. Es importante que los niños entiendan que el fallecido no va a volver

"No hay que dar todos los detalles de golpe", añade Beatriz, "pero tampoco ocultar información relevante, porque a veces tendemos a sobreproteger a la persona. Evita también decir frases maniqueas del estilo 'no pasa nada' o 'se te va a pasar pronto', 'el tiempo lo cura todo'... genera rechazo y nos distancia de la persona. No cuentes tus propias experiencias sobre fallecimientos para intentar normalizar la situación. No es momento. Evita el 'llámame si necesitas algo' también, no te van a llamar".

Elegir un momento

"Debe decirse lo antes posible siempre, independientemente de la edad", asegura Beatriz. "Se debe evitar decir después del funeral. Aunque suene muy doloroso, a partir de los seis años, el hecho de que el niño acuda al funeral, si así lo desea (nunca se le debe forzar) acompañado un adulto de referencia, favorece el proceso de duelo a largo plazo y facilita el procesamiento de la pérdida", añade.

"Debemos valorar si el fallecimiento es repentino o viene de una larga enfermedad. En el segundo caso, es posible que el duelo se haya iniciado con anterioridad"

"También es importante elegir un momento en que la persona pueda entender la magnitud de la situación, sin dejarse sobrellevar por una carga emocional intensa. De la misma manera, lo mejor es que nosotros nos tomemos un tiempo antes de comunicar la noticia. Comunicar un fallecimiento es un momento de mucha intensidad emocional tanto para quien da la noticia como para quien la recibe por lo que llegar a ese momento lo más tranquilo posible es importante para no aumentar el dolor y la confusión de la situación", cuenta Sara.

Las etapas del duelo

La psicóloga Ruth Zazo Rodríguez, psicóloga de Psicoadapta, nos ha proporcionado una serie de 'tips' para afrontar esta situación. "La noticia de un fallecimiento es sumamente dolorosa, no solo para aquel que la recibe sino también para el que la tiene que dar. En ocasiones, es frecuente dudar sobre cómo hacerlo, donde o de qué manera. En cualquier caso, no es fácil dar respuesta a estas dudas, pues son múltiples los factores que afectan a la hora de decidir la mejor forma", explica. "Debemos valorar si el fallecimiento está producido por una muerte repentina o si, en contra, se trata de una muerte dada tras una larga enfermedad. En este último caso, es probable que el duelo ya se haya iniciado con anterioridad y por ello la persona esté de, alguna manera, más preparada y con mayores recursos para afrontar la noticia".

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Además, Ruth explica que existen distintas etapas por las que puede pasar una persona a lo largo de un duelo, las cuales no se tienen que experimentar en su totalidad ni en orden (se conoce a esto como “Modelo Kübler-Ross”).

  • Negación. Normalmente surge en el momento en el que se le trasmite la noticia del fallecimiento de un ser querido. Es una fase de shock, con mucha incredulidad y dificultad para comprender lo sucedido.
  • Ira. Buscar culpables o responsables de esa muerte, expresión de rabia.
  • Negociación. Buscar ofrecer algo a cambio de lo que se ha perdido
  • Depresión. Esta suele ser la etapa más larga
  • Aceptación. Se asume la perdida y se inicia una nueva etapa en la cual el sujeto vuelve a funcionar con normalidad

La muerte nos acompaña desde que llegamos a este mundo, y en algún momento de nuestra vida tendremos que recorrer esa dura y difícil senda por la que caminamos tras perder a un ser querido. Mientras tanto, la rutina y la incertidumbre del futuro nos ayudan a olvidar que ese día llegará, o a sobrellevarlo cuando por fin lo hace. La muerte es irremediable e inevitable, por lo que lo mejor que podemos hacer es acostumbrarnos a ella.

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