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Los cambios físicos que experimenta tu cuerpo cuando pasas demasiado tiempo solo
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QUIEN TIENE UN AMIGO, TIENE UN TESORO

Los cambios físicos que experimenta tu cuerpo cuando pasas demasiado tiempo solo

Estar rodeado y acompañado de nuestros seres queridos es un indicativo de salud que no debemos desdeñar. Y más incluso en esta época tan difícil para todos

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Los humanos no somos seres sociales por gusto, sino por naturaleza. Es decir, necesitamos a los demás para sobrevivir. Y más allá de esto, también existe la necesidad de estrechar vínculos emocionales fuertes y duraderos con otras personas. Quien tiene un amigo tiene un tesoro, reza el dicho popular, y si gozamos de la suerte de contar con varios, podemos dar fe de que llevaremos una vida más plena y recargada de bienestar. Al fin y al cabo, son los que nos prestan su ayuda y consuelo en los momentos difíciles. Y no solo eso, sino que también nos hacen sentir que formamos parte de una comunidad.

De hecho, una gran revisión de estudios realizados a más de 308.000 personas reflejó que aquellos que poseen relaciones sociales más débiles tienen un 50% de probabilidades de morir antes que aquellos que poseen amigos. Según 'Business Insider', eso equivale a fumar 15 cigarrillos al día. Además, vivimos tiempos en los que hay que estar en casa para conseguir que el avance de la pandemia del coronavirus remita, de ahí la importancia de buscar apoyo emocional en nuestros seres queridos.

Cuando estamos solos nos podemos sentir más vulnerables, amenazados o atacados

Por otro lado, vivimos en un mundo tan competitivo que se saca rédito hasta las redes sociales de las que disponemos. Y aquellos que no son tan afortunados de tener personas importantes a su lado sufren en silencio el mal de la soledad, con vergüenza. "La gente muchas veces tiene miedo de sentirse sola debido al estigma que eso conlleva o por el temor a ser juzgados", asegura Babita Spinelli, psicóloga neoyorkina, a la revista estadounidense. "Esto, a su vez, les impide superar la soledad o recurrir a otras personas en busca de ayuda".

La soledad es un mal que aquí en España afecta sobre todo a la población anciana. Según la última encuesta del INE, hay 4,7 millones de hogares en los que solo vive una persona. De ellos, alrededor de la mitad están ocupados por personas solitarias que tienen más de 65 años, sobre todo mujeres. Por todo ello, es de vital importancia cuidar las relaciones positivas que mantenemos a lo largo de la vida, ya que acabarán incidiendo más de lo que crees en tu estado de salud, no solo mental, sino también físico. Precisamente, la revista 'Business Insider' ha reunido una serie de problemas a los que se enfrenta la persona que no tiene la enorme suerte de vivir acompañada o se siente sola por diferentes circunstancias.

Más resfriados

"Cuando estamos solos", asevera Kory Floyd, profesor de la Universidad de Arizona que estudia el impacto del estrés en la salud humana, "nos sentimos vulnerables, amenazados o atacados con frecuencia. Al carerecer de la capacidad de interactuar con otras personas de manera familiar y segura, nos volvemos hipervigilantes, lo que entre otros problemas, inhibe nuestro sistema inmunológico y puede hacernos más propensos a desarrollar enfermedades".

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Normalmente, esto se traduce en una mayor probabilidad de desarrollar algún tipo de constipado o gripe, ya que las relaciones sociales nos fortalecen, y si son apenas inexistentes, estaremos más desprotegidos y, como decía Floyd, desarrollaremos una atención excesiva a todo lo que tiene que ver con nosotros. Esto puede conducir a que el cuerpo se retroalimente una vez que supera una enfermedad, pudiendo cronificarse en el futuro. "Una persona puede experimentar síntomas compatibles con cualquier enfermedad de manera recurrente sin ver la conexión que tiene con sus emociones", asevera el médico.

Dolores de cabeza

Pasar tanto tiempo contigo mismo puede hacer que pierdas un poco la perspectiva y te sientas perdido, y esto puede desembocar en sentimientos de desconexión con el exterior que producen embotamientos mentales y emocionales que pueden tener una manifestación física en los dolores de cabeza. Aunque esta asociación no está tan demostrada por la ciencia, estar privado de conexiones profundas no es nada bueno, ya que tu cuerpo y mente intentarán siempre lo contrario para que a largo plazo puedas seguir vivo.

Foto: El típico plan, quedar con amigos para chatear por el móvil. (iStock)

"Si pensamos en la soledad como si fuera una respuesta de adaptación evolutiva tal y como lo son el hambre o la sed, se puede definir como ese estado desagradable que nos motiva a buscar interacciones sociales al igual que el hambre nos encamina a obtener comida", asegura Julianne Jolt-Lunstad, profesora de psicología y neurociencia en la Brigham Young University.

Ganar peso

Sin incentivos claros para adoptar una vida saludable, corremos el riesgo de caer en la abulia y no querer mejorar en nuestros hábitos. La soledad conduce a la falta de autoestima, y esta es la peor enemiga cuando se trata de perder peso y adoptar un estilo de vida sano y responsable. Además, las personas solitarias suelen pasar mucho tiempo en casa, por lo que tienen más probabilidades de desarrollar patrones sedentarios que, a largo plazo, no son nada recomendables para gozar de una buena salud.

Pasar más tiempo en redes sociales

Diversos estudios ya se han apresurado a demostrar que hay una relación directa entre el abuso de redes sociales y el número de amigos que tenemos en la vida real. Cuanto más uso les demos a estas herramientas que en muchos casos sirven para sustituir el contacto real y físico con otras personas, más cómodos nos sentiremos con esa forma de comunicación y menos ganas sentiremos de conocer al otro en carne y hueso. A fin de cuentas, todas las relaciones necesitan compromiso y sacrificio, y vivimos una época en al que existe cierta incapacidad para involucrarnos en proyectos colectivos o famiiares. En ese sentido, las relaciones telemáticas son un excelente dispositivo de comunicación pero no de conexión cercana, pues elimina ese factor de compromiso y sacrificio.

Los humanos no somos seres sociales por gusto, sino por naturaleza. Es decir, necesitamos a los demás para sobrevivir. Y más allá de esto, también existe la necesidad de estrechar vínculos emocionales fuertes y duraderos con otras personas. Quien tiene un amigo tiene un tesoro, reza el dicho popular, y si gozamos de la suerte de contar con varios, podemos dar fe de que llevaremos una vida más plena y recargada de bienestar. Al fin y al cabo, son los que nos prestan su ayuda y consuelo en los momentos difíciles. Y no solo eso, sino que también nos hacen sentir que formamos parte de una comunidad.

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