Ganó 200 millones a la lotería y pudo construir el sueño de su vida

Si le preguntas a un aficionado al fútbol cuál sería su máximo deseo en la vida si el dinero no fuera un problema, no sería de extrañar que quisiera comprar el equipo de sus amores. Eso es lo que le pasó a Colin Weir, un ciudadano escocés que ganó 180 millones de euros a la lotería y que cumplió su sueño, comprándose el equipo profesional del Partick Thistle.

Weir cumplió así su sueño pero, como él, son muchas las personas que confían en la lotería para poder hacer realidad los grandes objetivos de su vida. Un cowboy norteamericano se unió a esa lista de elegidos a los que los juegos de azar han permitido dar un gran giro a su vida y poderse dedicar a lo que realmente le gusta, cumpliendo sus deseos.

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Se llama Neal Wanless y en el año 2009 ganó 232 millones de dólares a la lotería, el equivalente a casi 200 millones de euros. Trabajaba como cowboy en el rancho de su familia, pero su sueño siempre había sido tener sus propias instalaciones. Así que cogió su premio y comenzó a construir el rancho que siempre había imaginado en Dakota del Sur.

Un sueño por cumplir

A Wanless le cambió la vida, aunque apenas tenía 23 años. De repente era millonario y tenía una cuenta corriente por la que cualquiera de sus amigos hubiera hecho lo que hubiera sido necesario. Sin embargo, su sueño tenía mucho que ver con lo que había hecho toda su vida: había crecido en un rancho y quería que su vida transcurriera en uno.

Vivía en un rancho familiar de 130 hectáreas y se compró un terreno para él solo de más de 19.000 hectáreas

Pero Neal tenía claro cómo tenía que ser ese rancho, así que utilizó su premio para construirlo: compró un terreno con una extensión de más de 19.000 hectáreas, construyó varios edificios para los animales, cuatro casas diferentes para él y para las personas que iban a trabajar en él: en unos pocos meses fue capaz de levantar el rancho con el que siempre había soñado.

Lo logró de la forma más rápida posible: con la lotería. Se gastó 15 dólares, unos 13 euros, para un sorteo de la Powerball, uno de los juegos más conocidos de Estados Unidos. Fue la mejor inversión de su vida, ya que fue el único ganador del bote que había en aquel sorteo y se llevó 195 millones de euros para poder usarlos en lo que quisiera.

El cambio fue radical: pasó de vivir en el rancho familiar, de unas 130 hectáreas, a otro que era casi 400 veces más grande. Y a lo largo de los últimos años lo ha llenado de animales: hay 1.600 parejas de vacas y terneros y alrededor de 1.000 caballos salvajes. Había conseguido el sueño con el que siempre había soñado… pero ahora ha decidido dar un cambio.

Rancho a la venta

Neal Wanless ha puesto su propiedad a la venta y le ha puesto un precio solo apto para unos pocos: 41 millones de dólares, unos 35 millones de euros al cambio. La razón es que se casó hace un tiempo con otra vaquera, una mujer canadiense, y ahora quiere pasar más tiempo con ella en el rancho familiar de su familia que está en Canadá.

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Quien compre su enorme propiedad podrá disfrutar de un rancho moderno, con tecnología del siglo XXI adaptada a las necesidades del campo y con todas las comodidades en las cuatro viviendas que están construidas en el terreno. Está situado a unos 50 kilómetros de Rapid City, una pequeña ciudad del estado de Dakota del Sur, en el centro de Estados Unidos y funcionando a pleno rendimiento, según el portal inmobiliario Hall and Hall.

La vivienda principal de ese rancho tiene más de 600 metros construidos, con cinco habitaciones, salones, sala de juegos e, incluso, un cine. Todas las comodidades para quien quiera tener el rancho de sus sueños ya construido gracias a que, hace una década, Neal Wanless ganó uno de los grandes premios de la lotería en Estados Unidos.

La vivienda principal del rancho tiene 600 metros cuadrados construidos y hasta un cine para proyectar cualquier película

La lotería permitió a Neal poder cumplir el sueño de su vida, pero el amor tenía previsto para él otro rumbo en su vida. Ahora ese sueño está a la venta y quien tenga unos 35 millones de euros puede darse el capricho de vivir en él.