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La (secreta y extraordinaria) importancia de las conversaciones intrascendentes
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LAS 'SMALL TALKS'

La (secreta y extraordinaria) importancia de las conversaciones intrascendentes

A veces minusvaloramos las situaciones cotidianas en las que no hay nada más interesante que preguntar por el tiempo que hace. Pero en realidad, son la puerta a oportunidades y relaciones profundas

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"¿Qué tal?". Es incontable el número de veces que has hecho y te han hecho esta pregunta. Como experimento, cualquier día podríamos sorprender a nuestro interlocutor y contar toda una serie de catastróficas desdichas que nos pasaron recientemente para intentar dejarle con la boca abierta. Sin embargo, por norma general, la contestación rápida, simple y automática viene a ser: "Bien, ¿y tú?".

Las conversaciones simples, cotidianas e intrascendentes inundan nuestro día a día. Cada vez que vamos al mercado, con los compañeros de trabajo o como primer contacto con un desconocido. Su función viene a ser la de algo tan llano y sencillo como pasar el rato con los demás, una serie de momentos que no pasarán a la historia pero por los que se intuye una buena educación y saber estar. Pero, ¿qué ocurriría si de repente esa conversación que has iniciado y que a priori parecía insignificante se convierte en una gran historia?

La gente acaba juzgando a los demás en pocos minutos, de ahí la importancia de mostrar confianza y respeto al otro en el primer contacto

En el mundo anglosajón le dan mucha importancia a este tipo de encuentros dialécticos en los que se formulan preguntas retóricas con respuestas automáticas. Tanto es así que se han realizado diversos estudios para analizar en profundidad este peculiar fenómeno de interacción social que ellos llaman "small talk". Por ejemplo, uno de la Universidad de Michigan que aseguraba que este tipo de conversaciones pueden aumentar tu capacidad de resolver problemas. "Algunos de estos diálogos inducen a las personas a leer la mente del otro y tomar más perspectiva de las cosas", afirma Oscar Ybarrra, autor del estudio, en declaraciones recogidas por la revista 'Forbes'.

Uno de los aspectos más llamativos de estas conversaciones intrascendentes es que nunca sabes dónde te van a llevar. Puede que duren menos de un minuto, pero también puede que aquella persona con la que acabas de entablar unas breves palabras acabe por conectar contigo y... ¿quién sabe? Tal vez entabléis una bonita amistad o te ayude a resolver un problema que tienes desde hace tiempo.

La enorme dificultad de romper el hielo

"En el mundo de los negocios, llegar a un punto común es fundamental", explica Scott Hoover en su exitoso libro 'How To Get A Job On Wall Street'. "Lo que no es tan obvio es que una conversación simple y aparentemente intrascendente pueda significar mucho más. Las empresas quieren contratar personas que sepan capaces de pensar con rapidez y agilidad". Lo que viene a resaltar Hoover es lo crucial que supone el hecho de tratar bien a desconocidos en las distancias cortas, ya que este es un proceso que servirá para todo, desde ser el mejor agente comercial del mundo hasta caer bien a un jefe de Recursos Humanos que esté buscando gente para incorporar a su equipo. Hagas lo que hagas, vas a tener que dominar las 'small talks' si quieres apañártelas.

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Al fin y al cabo, las 'small talks' orientadas al mundo de los negocios son la otra cara de la moneda de las 'softs skills' o habilidades blandas que se han hecho muy populares en los últimos años. Las empresas de ahora buscan empleados que tengan excelente capacidad de trabajo en equipo, y para ello es necesario desarrollar la empatía, lo que sin duda da pie a estas conversaciones cotidianas.

"Estos diálogos abren la puerta a conversaciones auténticas y relaciones profundas en un futuro", observa por su parte Lindy Pegler, doctora en Psicología, en otro reciente artículo sobre el tema publicado en 'Medium'. "Es una ventana de oportunidad. Si preguntamos a alguien tan solo por cómo está, esto puede hacernos querer saber más sobre esa persona si realmente estamos interesados. La gente acaba juzgando a los demás en pocos minutos. Las investigaciones señalan la importancia de ofrecer la sensación de confianza y respeto en el primer contacto si queremos causar una buena impresión".

Una de las mejores formas de enganchar a la otra persona es revelar pequeños detalles personales: lo suficiente como para despertar su curiosidad

Pero no solo nos es de utilidad de cara a poder socializar mejor o conectar con personas que aún no conocemos. También son una vía de acceso a nosotros mismos. "Con una pequeña charla intrascendente, revelamos la capa exterior de nuestra personalidad", prosigue Pegler. "La usamos para proteger nuestro mundo interior, permitiendo que otros solo vean un poco de nosotros mismos. Usamos los temas triviales y sin controversia así como las bromas ligeras para mantener escondida una gran parte de nosotros mismos".

Consejos

¿Se puede practicar el noble arte de las 'small talks'? En la web hay infinidad de artículos que ofrecen consejos sobre cómo mejorar estos momentos incómodos en los que hay que romper el hielo con cualquier cosa. Lo primero, obviamente, es conseguir que la otra persona se sienta cómoda, algo que también resulta de lo más difícil al principio. A veces tan solo basta con sonreír y ser amable, y otras veces la situación exigirá algo más allá que una simple cara bonita. Otro detalle muy importante es prestar atención a lo que te está diciendo y no solo eso, sino demostrarlo. "Debes concentrarte en lo que está diciendo el otro en lugar de planificar lo que dirás tú a continuación", recuerda Pegler. "Hacer preguntas interesantes es una excelente manera de demostrarlo, las personas deben saber que te importa lo que te están diciendo".

"Cíñete a temas seguros", aconseja la psicóloga. "Cuando conocemos a gente nueva, muchas veces lo que decimos no tiene mucha importancia. En realidad, el tema es indiferente, lo que es verdaderamente relevante es la charla que entabláis". Sin ir más lejos, el tema más seguro con el que más fácil es estar de acuerdo es el tiempo. Si llueve o hace frío, tu interlocutor no te lo negará, sino que lo refrendará.

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Otro recurso es dialogar sobre hechos que han ocurrido recientemente. Sin ir más lejos, en la actualidad el tema del coronavirus copa todas las conversaciones y es inevitable no sacarlo con alguien a quien acabas de conocer. Sin embargo, no te metas en política, ya que aquí es muy probable que puedan surgir discrepancias. "Si no sabes lo que decir, tan solo mira a tu alrededor", recomienda Pegler. "Encuentra algo nuevo que está pasando desapercibido en tu entorno o en tu pensamiento. Nunca sabes cuál es el tema que acabará prevaleciendo en la conversación".

Una de las mejores opciones para enganchar a la otra persona a lo que estás diciendo es revelar pequeños detalles personales sobre ti. Nada demasiado denso o profundo, pero lo suficientemente interesante como para despertar la curiosidad en tu interlocutor. De esta forma, el otro querrá saber más y esto favorecerá que el diálogo prosiga con más naturalidad. Y lo más importante de todo: no estés pendiente del teléfono. Al margen de ser de mala educación es la prueba más significativa de que lo que está sucediendo ahí mismo, en ese preciso momento, carece de interés para ti y estás pensando en otras personas.

"¿Qué tal?". Es incontable el número de veces que has hecho y te han hecho esta pregunta. Como experimento, cualquier día podríamos sorprender a nuestro interlocutor y contar toda una serie de catastróficas desdichas que nos pasaron recientemente para intentar dejarle con la boca abierta. Sin embargo, por norma general, la contestación rápida, simple y automática viene a ser: "Bien, ¿y tú?".

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