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¿Loco por comer? Así se comporta tu cerebro durante un bufé libre
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LA BOCA AGUA

¿Loco por comer? Así se comporta tu cerebro durante un bufé libre

¿Se te hace la boca agua cada vez que te asomas a ese mostrador lleno de suculentos platos? Mejor sé prudente y escoge con cuidado. Y sobre todo, no te pases con las porciones

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¿Te vuelves extremadamente impaciente cuando te plantas delante de una enorme cantidad de comida? En los bufés libres, es muy fácil caer en la tentación y acabar comiendo muchísimo de todo tipo de platos. Y seguramente más de una vez te hayas empachado a lo tonto. En realidad, no es solo tu estómago quien se encarga de hacer sitio, el cerebro también está muy involucrado en el proceso de deglutir la máxima cantidad de comida posible. Un estudio publicado en junio en la revista 'Gastrointestinal and Liver Physiology' sugirió que la mente puede llegar a anular los límites físicos del estómago para que haya mucho más espacio.

Por tanto, existe un factor irracional y compulsivo a la hora de comer del que se aprovechan muchos restaurantes que se rigen bajo este modelo. "Las personas con estómagos más grandes podrían consumir hasta un 30% más de calorías", explica Michael Camilleri, coautor del estudio y consultor de la Mayo Clinic, a 'The Healthy'. "De media, el órgano puede llegar a agrandarse hasta tres veces su propio tamaño en ayunas", señala.

El volumen del estómago y la rapidez con la que se vacía son factores por los cuales la gente come sin que haya una sensación de hambre verdadera

Y cuando el hambre aprieta, y sobre todo si además de ser de carácter físico también alude a un factor emocional o mental, el entusiasmo por comer puede llevar al estómago a ensanchar mucho más su espacio para retener la mayor cantidad de comida posible. "Hay otro factor en juego", asegura Camilleri, "la velocidad de vaciamiento gástrico, que mide la rapidez a la que la comida sale del estómago. Se estima que aproximadamente una de cada cuatro personas con problemas de obesidad tiene una tasa alta de vaciamiento gástrico".

"El volumen del estómago y la rapidez con la que se vacía son los factores por los cuales la gente come para sentirse bien o sin que haya una sensación de hambre verdadera", sentencia el experto. Por tanto, el tamaño del órgano y los deseos irracionales por comer acaban provocando que salgas del restaurante con un empacho del que posiblemente luego te arrepentirás si además estás inmerso en una dieta. Aunque los expertos siempre recomiendan reservar un día a la semana para disfrutar de aquellos placeres culpables gastronómicos que todos tenemos, ir a un bufé libre puede ser peligroso, ya que al final acabaremos comiendo de todo.

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Otro de los peligros a los que te expones si no estableces ningún tipo de control es el de sufrir diabetes. Una ingesta bastante abundante de comida puede dañar al páncreas, el cual tiene que segregar una gran cantidad de insulina para reestablecer los niveles normales de azúcar en sangre. Esta es una de las razones por las que se dan los picos de insulina, y no tanto el número de hidratos de carbono, verduras, pasta o arroz que ingieres. Así lo explica Noelia Caballero, diplomada en nutrición humana y dietética, en un 'post' de su blog 'Los números de mi báscula'.

Recomendaciones para evitar el empacho

Cuando estés delante de todos esos platos tan apetitosos, sé prudente. Usa la cabeza para decidir siempre lo que más te apetece y no te dejes llevar por el instinto o la primera impresión. Del mismo modo, está bien ponerse límites: si te decantas por la opción de comer un poco de todo habrá que coger porciones más pequeñas de cada plato.

Otra recomendación muy eficaz es seguir un orden en todo lo que ingieres. Lo primero siempre son los aperitivos o entrantes, seguido de un primer plato. Será muy importante tomar porciones pequeñas. Puedes coger de todo sin caer en el exceso. Una vez vayas a por los segundos no retrocedas a los primeros de nuevo. Esto parece una tontería o una obviedad, pero es muy probable que ocurra. Que como mínimo no te dé por repetir y hacer varios viajes al mostrador. Y, por último, deja siempre el estómago un poco vacío, no lo llenes hasta arriba. ¿Qué mejor forma de cumplirlo pensando en dejar siempre un hueco para el postre?.

¿Te vuelves extremadamente impaciente cuando te plantas delante de una enorme cantidad de comida? En los bufés libres, es muy fácil caer en la tentación y acabar comiendo muchísimo de todo tipo de platos. Y seguramente más de una vez te hayas empachado a lo tonto. En realidad, no es solo tu estómago quien se encarga de hacer sitio, el cerebro también está muy involucrado en el proceso de deglutir la máxima cantidad de comida posible. Un estudio publicado en junio en la revista 'Gastrointestinal and Liver Physiology' sugirió que la mente puede llegar a anular los límites físicos del estómago para que haya mucho más espacio.

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