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¿A quién deberíamos ponerle primero la vacuna del coronavirus cuando llegue?
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173 proyectos en marcha

¿A quién deberíamos ponerle primero la vacuna del coronavirus cuando llegue?

Aunque todavía no están claros los tiempos de ninguna de las vacunas que están en experimientación, deberemos establecer prioridades cuando la primera remesa eficaz llegue a nuestro país

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Las esperanzas que España tenía depositadas en la vacuna de Oxford contra el covid-19 se han visto paralizadas, apenas tres días después de que el Ministerio de Sanidad anunciase que tenía concertadas tres millones de dosis para diciembre. La farmacéutica AstraZeneca ha detenido los ensayos por un posible efecto adverso en uno de los pacientes en los que se está probando.

Foto: Reuters.

Aunque los españoles creímos tocar con la punta de los dedos este remedio contra el coronavirus, lo cierto es que actualmente hay un total de 173 proyectos de vacunas (repartidos por todo el mundo) en diferentes fases de desarrollo registrados por la OMS, de los cuales 31 se encuentran en fase de experimentación clínica.

Posiblemente uno de estos proyectos en marcha sea el que haga llegar la primera vacuna contra el covid-19 a España; pero todavía se presentan varios interrogantes: desde el tiempo que tardará, al número de dosis que llegarán al principio y, sobre todo, a qué población debemos vacunar antes.

Llamando a la “calma, prudencia y paciencia” hasta que exista una vacuna que sea realmente segura y eficaz, el exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS Daniel López Acuña señala a El Confidencial que “llegado el momento de que exista una vacuna segura y eficaz, es importante tener preparado un plan muy pormenorizado sobre qué población se debe vacunar en cada comunidad autónomas, que debe formar parte de un plan conjunto del país”. “Este debe determinar los distintos escenarios de disponibilidad de dosis para ir estableciendo una prioridad con base epidemiológica. En este caso, no se trata de lugares o personas prioritarias, sino de grupos de riesgo que tienen que ser protegidos en primer lugar”, explica el epidemiólogo.

Ancianos, enfermos, sanitarios y policías

Partiendo de la base de que cuando llegue una vacuna tan solo llegarán un puñado de dosis, el experto en salud pública apunta a dos cuestiones fundamentales para determinar quién la debe recibir: “Prevenir el mayor número de muertes posibles y prevenir que la infección afecte a las personas más susceptibles de contagio y enfermedad severa”. Por ello, considera que se debe priorizar a la población mayor de 65 años, especialmente a los que viven en residencias, “ya que están más expuestos a una transmisión masificada”.

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Foto: EFE / Juan Ignacio Roncoroni.

Asimismo, el epidemiólogo cree que también se debería priorizar, dentro de estos grupos de riesgo, a “la población general que tenga patologías preexistentes que supongan un riesgo de incrementar la enfermedad severamente”. “Para ello habrá que establecer un criterio clínico y epidemiológico para que se identifique a estas personas y se dictamine la distribución de la vacuna”. El experto en salud pública ejemplifica con algunos grupos de población —que ya es sabido que tienen un riesgo mayor de celeridad en el desarrollo del covid-19 con pronósticos menos favorables— como diabéticos o hipertensos pulmonares.

Otro de los grupos a los que tendrían que ir a parar estas primeras dosis, según López Acuña, son los colectivos cuyo trabajo supone un mayor riesgo de contagio y que, además, son clave para el control de la pandemia. Así, el epidemiólogo se refiere al personal sanitario y las fuerzas del orden público.

Foto: El epidemiólogo Daniel López Acuña. (Foto: Cedida)

En la misma línea que López Acuña se muestra Vicente Baos, médico de atención primaria en la Comunidad de Madrid, que ha estado en primera línea de fuego luchando contra el covid-19. Para el sanitario, que sufrió en sus propias carnes el coronavirus, las primeras dosis de una hipotética vacuna deberían ir destinadas “a los mismos grupos prioritarios de la vacunación antigripal. Los más vulnerables con base en su nivel de riesgo, que depende de la edad y las enfermedades asociadas”.

Del mismo modo, apunta a la necesidad de dar prioridad al personal de servicios públicos: “Por la clara importancia para la comunidad de los sanitarios, no solo porque nos afecte a nosotros, también para que no faltemos al trabajo y podamos luchar contra el covid. Igualmente habría que tener en cuenta a policías y servicios esenciales”.

Se trata una idea similar a la que tienen en el Ministerio de Sanidad. El ministro Salvador Illa señaló este lunes que las primeras personas en recibir la vacuna deberían ser aquellas que presenten mayores riesgos y los colectivos que estén en contacto con estos grupos más vulnerables.

El doctor Baos se muestra cauteloso al hablar de los tiempos de una posible vacuna efectiva: “Hay tanto problema con la pandemia ahora mismo, que hablar de las vacunas de manera ilusoria es un peligro. Tenemos un problema actual gravísimo de casos, un gravísimo problema de saturación y de desbordamiento de trabajo en los centros sanitarios”.

Vacunación en los brotes

Por su parte, la viróloga del CSIC Margarita del Val plantea a este periódico varios escenarios de vacunación en función de la efectividad de una hipotética vacuna. “Imaginemos que la primera vacuna que nos llega limita la transmisión, no es espectacular, pero si eficaz y segura. En este caso yo empezaría a vacunar a los grupos de riesgo y, en paralelo, alrededor de los brotes”, describe la inmunóloga.

Foto: Varios ancianos en la residencia de Puente Viesgo (Cantabria). (EFE)

En este caso, apunta a los mismos colectivos que los otros dos expertos: ancianos (haciendo hincapié en las residencias), trabajadores de geriátricos, personas de riesgo y sanitarios, entre otros.

Asimismo, plantea una vacunación en los entornos sociales donde se generen los brotes “a todo el municipio donde haya un brote o a todos los contactos, hasta los lejanos de tercer nivel”.

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Foto: EFE / David Borrat.

Por otro lado, esboza una situación en la que llegue una vacuna que funcione de una manera intermedia, con una eficacia que sea de corta duración. La viróloga la usaría para brotes: “Serviría para parar un brote descontrolado”.

Pero concluye que la respuesta de a quién deberían ir las primeras vacunas “no es fácil”, porque por el momento no se ha demostrado al 100% la eficacia de ninguna. “Hasta que no se infecten las personas vacunadas y no haya un ensayo clínico, no lo sabremos”, añade.

El ébola: dos vacunas en tiempo récord

En la historia moderna no ha existido una pandemia de estas características en la que se haya pretendido desarrollar con tanta presteza una vacuna. La crisis del ébola de hace unos años es lo más parecido, en cuanto a rapidez de desarrollo de tratamiento, ya que se desarrollaron dos vacunas efectivas a toda velocidad.

Foto: Trabajadores de la OIM comandan un puesto de control contra el ébola al noreste del Congo (EFE)

Pero este ejemplo no puede ser un espejo donde mirarnos para saber a quién debemos inocularle la vacuna en primer lugar. Según explica el epidemiólogo López Acuña, en aquel caso la letalidad era igual para todos los grupos de población, por lo que la vacunación tuvo lugar por zonas donde se encontraba más desarrollado el virus.

Por el momento, los expertos coinciden en que debemos ser precavidos a la hora de hablar de una posible vacuna; y que para frenar la pandemia debemos mantener las precauciones de higiene y la distancia social.

Las esperanzas que España tenía depositadas en la vacuna de Oxford contra el covid-19 se han visto paralizadas, apenas tres días después de que el Ministerio de Sanidad anunciase que tenía concertadas tres millones de dosis para diciembre. La farmacéutica AstraZeneca ha detenido los ensayos por un posible efecto adverso en uno de los pacientes en los que se está probando.

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