La actividad social hace que durmamos mejor (pero cuidado con la frecuencia)
Los niveles más altos de somnolencia estaban relacionados con una reducción del número de actividades sociales y de la cantidad de tiempo que se dedicaba a las mismas
¿Cómo afecta la somnolencia a nuestra actividad diaria? Investigadores suecos han estudiado este fenómeno y su conclusión es que niveles más altos de somnolencia podrían estar relacionados con una reducción del número y del tiempo que dedicamos a las actividades sociales.
La somnolencia afecta al rendimiento cognitivo, la motivación y el comportamiento. Cada vez más personas sufren trastornos del sueño, pero los efectos de la somnolencia en la actividad social, que desempeña un papel importante en la salud y el bienestar general de la persona, no han sido demasiado estudiados.
Ante ello, investigadores de la Universidad de Estocolmo y del Karolinska Institutet, ambos en Suecia, estudiaron a 641 adultos que registraron lo que hacían cada treinta minutos, estimaron su nivel de somnolencia cada tres horas y rellenaron un diario de sueño cada mañana durante tres semanas.
Más horas y mejor sueño
Los resultados, que ahora se han publicado en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Science', muestran una clara asociación entre la somnolencia y la actividad social.
La actividad social nos cansa, al igual que la actividad física, aumenta nuestra necesidad de dormir y nos hace dormir más tiempo
Los niveles más altos de somnolencia estaban relacionados con una reducción del número de actividades sociales y de la cantidad de tiempo que se dedicaba a las mismas. Al mismo tiempo, los efectos más significativos se observaron en los días de descanso y durante las noches.
El estudio muestra que la actividad social por la tarde está relacionada con el aumento de las ganas de dormir tras el mismo, así como a una mayor duración del sueño esa noche.
No obstante, la investigación señala que un mayor nivel de actividad social por la noche se relaciona con una menor somnolencia y una menor duración del sueño (unos 20 a 30 minutos menos).
Así, según uno de los autores principales del estudio, John Axelsson, profesor de Psicología de la Universidad de Estocolmo y profesor asociado del Karolinska Institutet, los resultados muestran que la actividad social nos cansa, al igual que la actividad física, que aumenta nuestra necesidad de dormir y nos hace dormir más tiempo.
Cuanto más tarde, peor
Por otro lado, mucha actividad social a altas horas de la noche se asocia con una disminución del sueño. Esto último probablemente esté relacionado con los momentos en que damos prioridad a ciertos tipos de actividad social, como las salidas y las fiestas, sobre el sueño. También puede ser que ciertos tipos de actividad social a altas horas de la noche nos pongan nerviosos, y entonces hacen que tardemos más en dormirnos.
"Nuestro estudio abre la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo factores como la luz del día, el café, los tratamientos de sueño y otros factores que reducen la somnolencia pueden ayudarnos a vivir más vidas sociales", explica Axelsson en declaraciones recogidas por Neuroscience News.
¿Cómo afecta la somnolencia a nuestra actividad diaria? Investigadores suecos han estudiado este fenómeno y su conclusión es que niveles más altos de somnolencia podrían estar relacionados con una reducción del número y del tiempo que dedicamos a las actividades sociales.