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Trucos para llevar la mascarilla en verano sin que se empañen las gafas o sofocarse
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Trucos para llevar la mascarilla en verano sin que se empañen las gafas o sofocarse

Llevar mascarilla obligatoria en todo momento a causa del coronavirus no tiene por qué implicar renunciar a las gafas de vista o de sol

Foto: Trucos para llevar mascarilla en verano sin sofocarse (iStock)
Trucos para llevar mascarilla en verano sin sofocarse (iStock)

La mascarilla ya es una protección que no hay que olvidarse al moverse por toda España: salir de casa sin ella es sinónimo de exponerse a una multa, pues al contrario que al inicio de la desescalada, cuando solo era obligatoria en lugares cerrados y en aquellos donde no se puediese guardar la distancia interpersonal de seguridad con un tercero para evitar posibles contagios de coronavirus, ahora hay que llevarla siempre puesta. Pero eso también provoca problemas a muchas personas.

Los primeros que notaron que el uso de las mascarillas era perjudicial eran los usuarios de gafas, ya que las lentes se empañaban constantemente. Para ellos hay muchos trucos: el traumatólogo Alejandro León ya nos ofreció el suyo al comienzo de la pandemia del covid-19, consistente en frotar con jabón seco los cristales y, cuando estén bien untados, limpiar con la típica gamuza de gafas. No obstante, León habla de que sus gafas son "plomadas" por lo que el cristal es más resistente a este tipo de tratamiento. Si las gafas son de lente orgánica, este truco puede provocar a largo plazo la pérdida de la transparencia de las lentes. Pero no es la única solución para este grupo de personas.

Una alternativa es limpiando con agua y jabón, pero secándolas con un paño de microfibra, nunca con pañuelos de papel o trapos de algodón que dejan pelusas sueltas. Otro truco es rociar las gafas con espuma de afeitar y dejarlas reposar unos minutos. Después, cuando se limpien con jabón, dejarán una fina capa que hará que las lentes no se empañen.

Trucos para las gafas

Sin embargo, el truco más sencillo para que las gafas no se empañen no implica hacer nada con las lentes, sino con las mascarillas. La mayoría de las personas utilizan las quirúrgicas, ya que son las más baratas para usar a diario. Pero no siempre ajustan el 'puente' de la nariz, por donde sale el aire húmedo y caliente de la boca. Apretando un poco esa 'pinza' de la nariz se puede evitar que se empañen las gafas.

De hecho, hay algunos sanitarios que utilizan un poco de cinta para cerrar esos espacios y que suba el aire expulsado por la boca hasta las gafas. Pero hay quien prefiere ahorrarse unos euros y hacer mascarillas caseras. Para quienes las han fabricado de tela, es importante añadir una pinza y una solución es utilizar cierres como los que vienen en las bolsas de pan de molde: es la forma perfecta para que haga el mismo efecto de las quirúrgicas, pero sin gastar dinero.

Otro truco consiste en humedecer ligeramente un pañuelo, doblarlo y colocarlo debajo del borde superior de la mascarilla. Así también se consigue el objetivo aunque, si no queremos trucos caseros, la opción más sencilla es ir a una tienda y comprar un spray antivaho. Lo único que hay que hacer es comprobar que es compatible con nuestras lentes y, después, asunto solucionado.

Además, los expertos de Science Alert recogen la idea del estado australiano de Victoria. Ellos recomiendan colocar una pieza de nylon procedente de unas medias usadas que ya no utilicemos para colocar por encima de la mascarilla. De esa manera evitamos que el vaho ascienda hasta la zona de los ojos y afecte a la visión.

Otros problemas con las mascarillas

Pero los usuarios de gafas no son los únicos que pueden tener problemas. Hay quien siente una gran ansiedad al ponerse mascarilla, que nota dificultades para respirar. ¿Qué hacer en esos casos? Aunque la OMS asegura que no hay pruebas de que las mascarillas reduzcan el oxígeno en la sangre, hay algunos trucos para evitar este problema.

El primero es practicar en casa antes de salir: ponerse la mascarilla y acostumbrase a esa sensación. Lo mejor es respirar suavemente durante unos minutos, con una inhalación y exhalación más lenta y prolongada. El segundo es probar con otro tipo de máscara: si se siguen notando problemas para respirar hay que probar otras opciones. Hay una gran oferta en el mercado con muchos tejidos diferentes para adaptarse a todas las necesidades.

Pero, ¿y si el problema es que nos duelen las orejas? No todo el mundo soporta la tirantez de los elásticos de las mascarillas y para ellos también hay algunos trucos. El más sencillo es llevar una cinta de pelo en la cabeza y colocar un botón en ella: después, en lugar de colocar los elásticos alrededor de las orejas, lo hacemos alrededor del botón para que sea éste quien absorba la presión.

Otra opción es utilizar unos clips de los que se usan para sujetar folios y colocarlos en una diadema. Después, colocamos la diadema por detrás de las orejas y nos ponemos la mascarilla. Pero en lugar de colocar los elásticos alrededor de las orejas, los sujetamos con los clips, para no soportar la presión que ejercen. Una forma sencilla de adaptarse a las necesidades al usar mascarillas.

La mascarilla ya es una protección que no hay que olvidarse al moverse por toda España: salir de casa sin ella es sinónimo de exponerse a una multa, pues al contrario que al inicio de la desescalada, cuando solo era obligatoria en lugares cerrados y en aquellos donde no se puediese guardar la distancia interpersonal de seguridad con un tercero para evitar posibles contagios de coronavirus, ahora hay que llevarla siempre puesta. Pero eso también provoca problemas a muchas personas.

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