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El truco para salir del agua en la playa cuando la resaca no te deja volver a la orilla
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El truco para salir del agua en la playa cuando la resaca no te deja volver a la orilla

Un experto nos da las claves para enfrentarnos correctamente a esta situación de riesgo

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Nos ha pasado a todos: entramos al mar a darnos un chapuzón y, cuando queremos salir, comprobamos que la corriente nos aleja de la orilla con más fuerza de la que podemos hacer para nadar hacia ella. Es uno de los riesgos más comunes de bañarnos en la playa y, aunque en la mayoría de los casos se queda en un susto, la situación puede llegar a complicarse mucho e incluso acabar en tragedia.

Buena parte de los problemas que surgen con la resaca podrían evitarse con un mayor conocimiento de lo que está ocurriendo en el mar en ese momento. Este tipo de corrientes son flujos de agua que se producen perpendicularmente desde la orilla y se dirigen mar adentro. A diferencia de lo que se podría pensar 'a priori', esas corrientes succionadoras no ocupan todo el ancho de la playa, son solo unos 'pasillos' que el agua de la ola que acaba de romper encuentra como vía más rápida para volver. Según Francisco Cano Noguera, director de Prevención y Seguridad de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo "debemos compararlas con un 'desagüe' de la playa, por lo que cuando se producen suelen estar localizadas en función de la orografía del terreno". Además, en muchos casos, el oleaje en estos pasillos de resaca disminuye bastante, por lo que desde fuera podemos cometer el error de identificar esta zona de mayor riesgo como un lugar calmado ideal para el baño.

Francisco explica también que este tipo de corrientes nos arrastran, pero no tienden a hundirnos: "suelen tener un desplazamiento 'mar adentro', pero muy difícilmente tienen movimientos hacia el fondo (entendiendo el fondo como 'profundidad'). La idea de succión de una corriente no tiene una explicación que lo sustente".

Cómo debemos volver a la orilla

Ya hemos entendido que la corriente que estamos sufriendo no está presente en toda la playa y que no trata de hundirnos, así que lo primero que tenemos que hacer para volver a la orilla es mantener la calma. Estar tranquilos nos permitirá centrarnos en el objetivo, evitará que gastemos energía en movimientos innecesarios y nos facilitará estar más localizables dentro del agua.

En segundo lugar, Francisco Cano Noguera deja claro que "nunca se debe pelear contra una corriente de retorno". La fuerza de esta puede ser superior incluso a la que un nadador olímpico podría ejercer para superarla en dirección contraria, por lo que no debemos pretender salir por donde hemos entrado.

Y en tercer lugar, hay que buscar una vía de escape de esa corriente. Cano Noguera explica que las recomendaciones habituales para ello son las de "realizar un recorrido en paralelo a la costa y una vez fuera de la zona de incidencia de la corriente regresar hacia tierra. Siempre teniendo en cuenta que se debe pedir ayuda por lo que pudiese ocurrir".

Por último: ¿qué debemos hacer si estamos en la orilla y vemos que esta situación le está ocurriendo a alguien dentro del agua? Si no somos personal de socorrismo, no debemos entrar a rescatar a nadie. Lo más adecuado es pedir ayuda a los socorristas, o al 112 en el caso de que sea una zona en la que no estén presentes, y tener siempre identificado el lugar donde se encuentra la persona que lo está sufriendo.

Nos ha pasado a todos: entramos al mar a darnos un chapuzón y, cuando queremos salir, comprobamos que la corriente nos aleja de la orilla con más fuerza de la que podemos hacer para nadar hacia ella. Es uno de los riesgos más comunes de bañarnos en la playa y, aunque en la mayoría de los casos se queda en un susto, la situación puede llegar a complicarse mucho e incluso acabar en tragedia.

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