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Andrew Doyle: "Antes pedían la censura los medios de derechas. Ahora, los de izquierdas"
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CÓMO SER UN 'WOKE'

Andrew Doyle: "Antes pedían la censura los medios de derechas. Ahora, los de izquierdas"

Andrew Doyle, el cómico y escritor británico que está detrás del seudónimo de la polémica Titania McGrath, nos concede una entrevista con motivo de la publicación de 'Woke'

Foto: Andrew Doyle
Andrew Doyle

"Titania, azote de carcas, los criptofascistas tiemblan cuando rujo. Indomable sabueso ecosexual persiguenazis, destruyo las palabras espinosas de íncubos cis-étnicos y me reservo para el 'brunch' lo uber-problemático". Esta es una de las infinitas autorreferencias que realiza Titania McGrath en su panfleto 'Woke' (Alianza Editorial), recientemente publicado en España, cuya pretensión radica en aglutinar las soflamas de los defensores de las minorías raciales y activistas a golpe de 'tuit', así como dinamitar la cultura hegemónica de la heteronormatividad blanca y conseguir la justicia social.

Detrás de este histriónico y caricaturesco personaje se esconde Andrew Doyle, un cómico y escritor británico que generó un inmenso revuelo el año pasado tras haber triunfado en la red social en la que más 'ofendiditos' y discursos de odio hay por píxel cuadrado, Twitter. Bajo este seudónimo ha querido hacer el ejercicio literario de colocar los clásicos espejos del Callejón del Gato, que diría Valle-Inclán, frente a las deficiencias ideológicas de cierto sector de la izquierda referente a las políticas la identidad. Y así nació McGrath en Twitter, como parodia de toda esta serie de ideas.

placeholder Portada de 'Woke'.
Portada de 'Woke'.

Con motivo de la presentación de su libro, ha concedido a El Confidencial una entrevista en exclusiva para desentrañar las claves ideológicas de nuestro tiempo en su proyecto personal de reflejar las incongruencias de la progresía internacional. McGrath se erige como defensora de las causas justas, pero ante todo es aporofóbica, intolerante hasta la naúsea con todo aquel que piense distinto a ella y concede más importancia a los sentimientos y la experiencia individual que a los hechos objetivos.

En un mundo asolado por la crisis económica y las desigualdades de clase, raza y género, Andrew Doyle dibuja este personaje virtual que cree que el cambio solo será posible mediante la pedagogía con altas ínfulas de superioridad moral e intelectual a las capas más bajas de la sociedad. Sin más dilación, les dejamos con su creador para que él nos explique en qué consiste ser una persona 'woke'.

PREGUNTA. ¿Quién es Antrew Doyle y cómo conoció a Titania McGrath?

RESPUESTA. He sido cómico y escritor durante la mayor parte de mi vida adulta. Llegué a un punto en el que me harté de que los activistas por la justicia social empezaran a tener la intención de crear divisiones bajo el disfraz del progresismo, así que decidí crear un personaje para satirizarlos. Ahí nació Titania.

P. Imagino que en un primer momento no pensaste que Titania McGrath fuera a tener tanto éxito entre la comunidad virtual. ¿O realmente sí?

R. A decir verdad, no pensé en esos términos. Creé al personaje solo para divertirme. Y por supuesto, como es una activista interseccional, el mejor foro para ella fue Twitter. Después de un tiempo, me di cuenta de que la gente tenía ganas de que existiera una sátira como esta. Su número de seguidores creció mucho más rápido de lo que había previsto. En poco tiempo tuve un contrato editorial y me di cuenta de que el personaje tendría bastante recorrido.

Este tipo de activismo posee buenas intenciones, pero su hostilidad hace que acaben siendo los más intolerantes

P. ¿Cuál era el objetivo inicial de la cuenta de Twitter que creaste bajo el nombre de Titania McGrath? ¿Simple chanza, experimento o una razón de peso mucho más calculada?

R. Titania no es una parodia concreta de una persona específica, es una sátira de un grupo social. Es el tipo de mujer blanca de clase media que cree que está oprimida por el "patriarcado". No importa que nunca haya tenido que luchar en su vida por nada; en lo que a ella respecta, es una mujer subyugada por la hegemonía falocéntrica. A ella le gusta sentirse ofendida por absolutamente todo, especialmente en nombre de otras personas. Ella cumple un papel que se puede identificar muy bien dentro de la sociedad.

P. De las ideas que defiende Titania en sus escritos, ¿coincide Andrew Doyle con alguna?

R. Sí, estoy de acuerdo en lo más básico. El sexismo, el racismo y la homofobia son males de ahora a los que se debe de oponer resistencia. Pero desafortunadamente, Titania es parte de una nueva ideología de justicia social que exacerba estos problemas en el acto mismo de tratar de oponerse a ellos. Eso es lo trágico de todo el asunto. A menudo, este tipo de activismo posee buenas intenciones. Piensan que están siendo progresistas, pero su hostilidad hacia la libertad de expresión hace que acaben encontrándose entre las personas menos libres y más intolerantes que existen.

P. ¿Qué es lo que más le molesta del activismo de hoy en día?

R. El acoso y derribo a los demás. El auge de la ‘cancel culture’ (tendencia que aquí en España puede definirse como el boicot hacia figuras públicas que muestran su opinión en redes sociales). La idea de que, si no estás de acuerdo con alguien, puedas hostigarlo en la red para tratar de destruir su reputación y forma de ganarse la vida. Es muy feo esto.

P. Twitter se ha convertido en la red social predilecta del activismo. Y también del odio. Hubo un tiempo en el que hasta pudimos creer que las revoluciones se organizaban a golpe de clic. Sin embargo, las estadísticas reflejan que en realidad un porcentaje muy pequeño de los ciudadanos lo usan para informarse y debatir. Y a pesar de esto, tiene un enorme poder a la hora de establecer la 'agenda setting' en los medios de comunicación de masas. ¿Están los medios irremediablemente predispuestos a conceder demasiada importancia a la discusión o el enfrentamiento, en vez de a la información?

R. Sí, damos mucha más importancia a lo que pasa en Twitter de lo que merece. Sin embargo, el comportamiento espantoso que ha emergido en las redes sociales se infiltra con mucha facilidad en la discusión pública. Esta es la razón por la que acabas escuchando a los políticos más ‘mainstream’ usar términos como ‘nazi’ o ‘fascista’ para describir a aquellas personas que son simplemente conservadoras.

Al ‘woke’ le gusta fingir que aún vivimos en los años 50 cuando la homosexualidad era ilegal y las mujeres estaban confinadas en la cocina

Necesitamos reservar estas calificaciones para aquellos que se ajustan mejor a la definición de estas palabras. El problema de todo esto es que en la actualidad cada vez que a alguien se le tacha de ‘racista’ u ‘homófobo’ ya se supone por defecto que tampoco son estas cosas. El uso promiscuo de estos términos ha debilitado su poder y significado.

P. En este sentido, ¿el progreso real de la población y las minorías no ha sido posible porque hemos concedido demasiada importancia a los medios, en vez de a los fines o a las cuestiones materiales?

R. La corriente de izquierdas que está obsesionada con las políticas de la identidad piensa que cualquier medio está justificado siempre que el fin sea positivo. Es por esta razón por la que tratan a sus detractores con tanto desprecio y se apresuran a deshumanizar a las personas simplemente por tener un punto de vista impopular. Ha habido un gran progreso en lo que respecta a los derechos de las minorías en los últimos años, y sin embargo, al ‘woke’ le gusta fingir que todavía vivimos en la década de 1950 cuando la homosexualidad era ilegal y las mujeres estaban confinadas en la cocina.

P. Virginie Despentes en su reciente novela ‘Vernon Subutex’ afirma algo así a través de uno de sus personajes: “las cosas han cambiado: ahora los chicos listos son de derechas”. A comienzos de la década de 2010 la indignación parecía caer del lado de la izquierda con los movimientos ciudadanos del 15-M aquí en España o de Occupy Wall Street en Estados Unidos. ¿Cree que la indignación ha cambiado de bando a raíz del fracaso de estos movimientos?

R. Siempre habrá alguien que se indigne por algo. Cuando era niño, eran los periódicos de derechas los que pedían todo el tiempo que se censuraran ciertas películas o libros. Ahora son los periódicos de izquierdas los que lo hacen. Es una inversión muy extraña.

Foto: Manifestante en Uruguay el pasado 8 de marzo. (EFE) Opinión


P. McGrath mira a los obreros de la Inglaterra de hoy en día desde cierta superioridad moral e intelectual, con cierto desprecio. ¿Los políticos de izquierdas también hacen lo propio? ¿Han fallado o despreciado al sujeto histórico que en su día estaba llamado a hacer la revolución?

R. La izquierda ha reemplazado las cuestiones de clase por las de identidad: sobre todo y de manera específica las relativas a la raza, género y sexo. Tradicionalmente, la izquierda siempre tenía la intención de velar por los derechos de la clase trabajadora, pero el movimiento político burgués de las identidades ha cambiado todo eso. Hablan de privilegios todo el tiempo, pero nunca parecen apreciar que las personas más desfavorecidas siguen siendo las más pobres de la sociedad. Es por esto por lo que las políticas de la identidad están perdiendo elecciones.

La igualdad debe luchar contra los prejuicios a medida que ocurren. El enfoque del ‘woke’ es creer desde un inicio que todo es racista

La mayoría de los ciudadanos son demasiado pobres como para preocuparse de si están usando pronombres nuevos y modernos para referirse a alguien, o si los peces dorados (‘goldfish’, un término que se utiliza para referirse a aquellas personas que permanecen ajenas a la realidad y se hieren por todo) son racistas o no. Tienen problemas más importantes, como por ejemplo alimentar a sus hijos.

P. Cuando Titania habla del Brexit establece que todo aquel que votó para marcharse de la Unión Europea es un “fascista”. ¿Esta es solo una de las muchas y malas reducciones ideológicas que hace la izquierda hoy en día de sus enemigos?

R. Es prácticamente imposible ser de izquierdas al cien por cien y apoyar a la Unión Europea. La UE tiene el capitalismo integrado en su constitución. Su objetivo principal es enriquecer a personas que ya son ricas de por sí. Titania llama fascista a cualquiera que tenga la pretensión de mostrarse en desacuerdo con ella, eso incluye lo que ella percibe como personas de clase trabajadora que votaron para abandonar la Unión. En realidad, lo que pasa es que odia a los pobres, aunque nunca podría admitirlo.

P. McGrath defiende un tipo de pensamiento 'progre' que tú criticas con humor. ¿Cuándo crees que el pensamiento de izquierdas se empezó a desviar hacia ese tipo de planteamientos? ¿Cómo debería ser en tu opinión entonces un planteamiento de izquierdas coherente?"

R. La mejor manera de lograr la igualdad entre personas es a través del progreso social. Esto implica luchar contra el racismo y otros prejuicios a medida que ocurren y se detectan. El enfoque principal del ‘woke’ es asumir desde un inicio que todo es racista y partir de ese pensamiento. Es el mundo al revés.

P. Titania cita al presentador conservador Ben Saphiro, criticando que basa gran parte de su ideología en los hechos. “Siempre está repitiendo ‘a los hechos no les importan tus sentimientos’. Lo cierto es que es al contrario. A los sentimientos no les importan tus hechos. Así es como funciona la justicia social. Si ‘sientes’ que algo es verdad, entonces ‘es’ verdad”. ¿Estamos viviendo la época menos científicamente objetiva de los últimos años a pesar de tanto desarrollo? ¿Nos pueden la superstición o los mismos sentimientos?

R. La ideología de la justicia social no tiene interés en contemplar la realidad desde un punto de vista objetivo. Es más, sus seguidores y discípulos no creen que esta exista. Es por eso que siempre se centran en lo que ellos llaman “la experiencia vivida y adquirida”. Por eso también ven la biología y la medicina como construcciones occidentales de opresión.

Activistas como Titania se oponen a lo racional. No puedes razonar con ellos. Es como una forma extrema de religión

Por eso quieren ‘descolonizar’ el estudio de las matemáticas y ciencias a favor de ‘nuevas formas de conocimiento’. Pero si un ingeniero abandona los preceptos de la ingeniería y construye un avión en base a cómo se “siente” que debería funcionar, definitivamente yo no cogería ese vuelo.

P. Lo hemos visto con la crisis del coronavirus. Este ha sido el pretexto para que un montón de teorías seudocientíficas salgan de la chistera e, incluso, sean creídas y difundidas por grandes personajes públicos de la cultura. ¿Crees que el mundo de la conspiración nunca ha tenido tantos adeptos como ahora? ¿Cómo perjudica a la hora de adquirir un pensamiento crítico y objetivo?

R, A todo el mundo le encanta una buena teoría de la conspiración porque proveen de soluciones fáciles y rápidas a problemas complejos. Creo que el ascenso de los movimientos por la justicia social ha sido debido a nuestra incapacidad de inculcar pensamiento crítico en todos los niveles de nuestro sistema educativo. Activistas como Titania se oponen a lo racional. No puedes razonar con ellos. Es como una forma extrema de religión. Es por eso que se apresuran a insultar y a enfadarse cuando sus ideas son puestas en cuestión. Simplemente, están muy mal equipados para manejar la investigación intelectual. Los niños necesitan que se les enseñe cómo pensar, no qué pensar. La única forma en que el espíritu religioso de estas ideologías desaparecerá es enseñando a la próxima generación a pensar por sí mismos.

"Titania, azote de carcas, los criptofascistas tiemblan cuando rujo. Indomable sabueso ecosexual persiguenazis, destruyo las palabras espinosas de íncubos cis-étnicos y me reservo para el 'brunch' lo uber-problemático". Esta es una de las infinitas autorreferencias que realiza Titania McGrath en su panfleto 'Woke' (Alianza Editorial), recientemente publicado en España, cuya pretensión radica en aglutinar las soflamas de los defensores de las minorías raciales y activistas a golpe de 'tuit', así como dinamitar la cultura hegemónica de la heteronormatividad blanca y conseguir la justicia social.

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