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Por qué a los nazis les gusta 'Mi Pequeño Pony'
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Por qué a los nazis les gusta 'Mi Pequeño Pony'

Los seguidores de la caricatura ('bronies') suelen subir a internet dibujos racistas. En los últimos tiempos, con el asesinato de George Floyd, están surgiendo problemas

Foto: Fuente: iStock.
Fuente: iStock.

Es el juguete favorito de muchos niños en la infancia, que deciden coleccionar varios, y también de algunos jóvenes y adultos con altas dosis de nostalgia. El pequeño pony, que junto al arcoíris va, es un trasunto del mítico y legendario unicornio, con sus largas crines de colores y sus sonrisas alegres. Es tan popular que su 'merchandising' se vende con relativa frecuencia e incluso tiene una serie de televisión. Pero, ¿qué puede tener que ver con los nazis?

La combinación es esquizofrénica pero real. Si bien, cuando 'Mi pequeño pony' surgió allá por los años 80, lo que pretendía era enseñar a los niños los valores de la amistad y el amor, su mensaje en internet ha ido evolucionando y diluyéndose con los años. Hace cosa de una década, en la pataforma 4chan comenzaron a subirse multitud de dibujos de los ponis, hechos por usuarios de la misma. Cuando el resto de usuarios de la plataforma acabó un poco harto del contenido, allá por 2012, sus fans más fieles decidieron crear un sitio web propio, conocido como Derpibooru, término proveniente de la amalgama de uniones entre 'My Little Pony' 'Derpy Hooves' y 'booru'. Los creadores pretendían con ello crear un lugar en el que se pudieran compartir fan art de todo tipo, algunos con contenido sexual, violento o abiertamente racista, sin miedo a ser juzgados, según informa 'The New York Post'.

En la web Derpibooru, los fanáticos de Mi pequeño pony suben dibujos de contenido sexual, violento o racista sin miedo a ser juzgados

Lo que podía parecer una página web sin malicia, donde todo el mundo puede subir sus inocentes dibujos de 'Mi pequeño pony', en realidad es una cloaca donde se aprovecha para subir contenido racista. Los 'bronies', como se autodenominan los seguidores de estas caricaturas, en la actualidad no son niñas pequeñas apasionadas de los caballos, sino en su mayoría furries, varones entre los 20 y los 40 años y seguidores de Trump (o a veces las tres cosas). Desde hace años, la mayoría de los post son dibujos de los caballos con gorras que llevan grabado el 'make America great again' o directamente nazis, como Aryanne, un pony nuevo que lleva el uniforme de las SS, por supuesto, con esvástica incluida.

placeholder '¿Por qué los negros son tan buenos al baloncesto? Pueden correr, disparar y robar'.
'¿Por qué los negros son tan buenos al baloncesto? Pueden correr, disparar y robar'.

Durante años, los moderadores de la página web han hecho la vista gorda con el contenido más sensible, pero en los últimos tiempos y con el asesinato de George Floyd, parece que los problemas han sido agravándose. En las últimas semanas, algunos fanáticos de la página y en consecuencia de 'Mi pequeño pony' se han burlado de las protestas y del movimiento 'Black Live Matters' mediante fan art racista, mientras que todos aquellos dibujos subidos a la red que apoyaban las protestas han sufrido votos negativos en una acción aparentemente coordinada. Quizá, en un mundo asolado por el coronavirus o asesinatos racistas, los dibujos de ponis con el uniforme de las SS podrían parecer una nimiedad, tanto como la duda de si los conguitos son un estereotipo racista o no. Sin embargo, muchos bronies consideran que hay un problema de facto que lleva permitiéndose durante muchos años y que muestra la cara más oscura de la sociedad norteamericana.

Los 'bronies' no son niñas apasionadas por los caballos, sino en su mayoría 'furries', varones entre los 20 y los 40 años y seguidores de Trump

Esta particular pelea entre los seguidores de los unicornios de colores muestra dos realidades: por una parte, los que han alzado la voz para quejarse del contenido racista argumentan que en Estados Unidos hay aproximadamente entre 8 y 12 millones de seguidores de la serie de dibujos animados, lo que significa que el contenido político de cualquier tipo puede llegar a buena parte de la población más 'inocente', 'vulnerable' o 'débil de carácter' en el sentido de que pasan más horas conectados a la red y podrían ser individuos más solitarios o resentidos con la sociedad. La otra cara de la moneda, es decir, los seguidores de una facción más 'conservadora', por usar un eufemismo, dicen estar preocupados por el giro que puede dar la página web si los moderadores se ponen más serios y controlan con lupa el contenido que se sube, alegando que la web podría virar hacia la temida censura o el autoritarismo, como informa un artículo publicado en 'The Atlantic', que analiza este particular conflicto.

En definitiva, la duda que ha surgido en este peculiar grupo de amantes de los caballos de colores es la misma que campa por el mundo desde su creación: ¿todo vale en la libertad de expresión o esa libertad acaba donde empieza la del otro? Más particulares aún son algunos individuos que parecen navegar por tierra de nadie: por un lado se encuentran a favor de las protestas y, por otro, adoran al personaje de Aryanne. Una incongruencia menor en un mundo como el nuestro, permanentemente incongruente.

Es el juguete favorito de muchos niños en la infancia, que deciden coleccionar varios, y también de algunos jóvenes y adultos con altas dosis de nostalgia. El pequeño pony, que junto al arcoíris va, es un trasunto del mítico y legendario unicornio, con sus largas crines de colores y sus sonrisas alegres. Es tan popular que su 'merchandising' se vende con relativa frecuencia e incluso tiene una serie de televisión. Pero, ¿qué puede tener que ver con los nazis?

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