¿Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo? Síntomas y prevención

Aunque no es una enfermedad muy común en España, en los últimos cinco años se han dado casi una decena de casos de infección por este virus. La fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) es una enfermead febril leve que puede progresar a un cuadro hemorrágico grave y a menudo mortal. Actualmente se considera una enfermedad emergente en la Europa oriental aunque es una de las enfermedades trasmitidas por garrapatas más extendida en todo el mundo.

El primer caso en seres humanos se confirmó en España en 2016, en un varón de unos 62 años que había sido mordido por una garrapata durante un paseo por el campo en Ávila. El varón fue trasladado a un hospital en Madrid, pero finalmente sucumbió a la enfermedad y no sobrevivió. Una de las enfermeras que lo había tratado se infectó también, aunque ella sí sobrevivió. A pesar de que esta fiebre se suele transmitir a través de la picadura de un género concreto de garrapata también puede transmitirse entre personas.

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo está producida por un virus Nairovirus (familia Bunyaviridae) transmitido por la picadura de una garrapata infectada —las del género Haylomma, el más común en Asia, Europa y África, son las más eficientes en su transmisión— o por contacto con la sangre y los tejidos del ganado infectado. De persona a persona, el contacto se produce por la vía de la sangre o excreciones así como a través del contacto con órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.

La evolución de esta infección en el ser humano presenta cuatro fases: incubación, prehemorrágica, hemorrágica y periodo de convalecencia. Además, varios estudios serológicos realizados en países endémicos han indicado que la infección en el ser humano puede ser asintomática, si bien es difícil establecer en qué porcentaje de los casos se desarrolla o no síntomas.

Síntomas de la fiebre de Crimea-Congo

Los síntomas de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo aparecen generalmente después de los tres días de la picadura de la garrapata y unos seis después del contacto con sangre o tejidos infectados. Según los datos recabados por la Red de Investigación Colaborativa en Enfermedades Tropicales, dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, los síntomas empiezan de forma súbita y son estos:

• Fiebre
• Dolor muscular
• Mareo
• Dolor y rigidez de cuello
• Lumbalgia
• Dolor de cabeza
• Irritación en los ojos
• Fotofobia
• Posibles náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, cambios de humor y confusión

Con el paso de los días, estos síntomas pueden avanzar hacia la somnolencia, la depresión, la debilidad y aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia (aumento patológico del tamaño del hígado) detectable. Entre otros signos clínicos posibles se encuentra la taquicardia, la inflamación de los gánglios linfáticos y la erupción por hemorragia cutánea, y normalmente, según indican desde el Ricet, hay signos de hepatitis y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad.

Prevención de la fiebre de Crimea-Congo

En las instalaciones ganaderas una opción viable es combatir las garrapatas que la transmiten con acaricidas, mientras que en el resto de casos, para evitar la infección en humanos lo más efectivo hasta la fecha es la sensibilización sobre los factores de riesgo. Por ello, desde el Ricet recomiendan tener en cuenta las siguientes directrices cuando se acude a lugares donde posiblemente haya garrapatas:

• Usar ropa protectora como camisetas de manga larga y pantalones largos cuando se acuda a lugares en los que posiblemente haya garrapatas
• Usar ropa de color claro para poder detectar de manera rápida la presencia de garrapatas
• Usar acaricidas autorizados en la ropa
• Aplicar repelentes autorizados en la piel
• Examinar continuamente la ropa y la piel para detectar la posible presencia de garrapatas
• Procurar eliminar o controlar las infestaciones por garrapatas en los animales y los establos y graneros
• Evitar las zonas en las que abunden garrapatas, especialmente en las estaciones en las que están más activas