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¿Estás muy bien con tu pareja pero fantaseas con otras? Esto es lo que opinan los expertos
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¿Estás muy bien con tu pareja pero fantaseas con otras? Esto es lo que opinan los expertos

Del dicho al hecho hay un trecho, pero eso no significa que no nos sintamos mal cuando lo hacemos. ¿Puede llegar a ser peligroso?

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Quizá te ha pasado en alguna ocasión: adoras a tu pareja, pero no puedes evitar fantasear con que te liarías con esa compañera de trabajo con la que pasas tantas horas o con el camarero que acaba de traerte la cuenta con una sonrisa en la cara. Por supuesto, se trata tan solo de una fantasía y sabes que jamás lo harías, por lo que no haces daño a nadie, pero eso no quita que, durante unos momentos, te aceche el amargo sabor de la culpabilidad.

Está claro que somos animales sociales y, como tales, nos sentimos atraidos por otras personas más allá de nuestras parejas. Pero, aunque racionalmente lo sabemos, eso no significa que no nos sintamos mal cuando nos sucede, porque amamos a nuestra pareja y esa infidelidad (aunque ficticia) parece romper toda la confianza que hemos establecido en nuestra relación. Algunas personas incluso pueden llegar a sentir ansiedad cuando experimentan esta clase de fantasías.

¿Constituyen realmente una infidelidad o son tan solo una manera inocente de escapar de la rutina durante un rato?

El concepto de infidelidad proviene de la relación monógama, es decir, aquellas personas poliamorosas no incurrirían en ningún 'delito' por tener relaciones con otras personas, pero cuando has establecido con tu pareja unos lazos únicos, el engaño es algo muy grave que puede echar a perder todo aquello que se ha construido con antelación. "Los adultos saben distinguir entre las fantasías y la realidad", apunta la psicóloga Susan Krauss en 'Pychology Today'. "Y saben medir y controlar sus impulsos (o eso se espera de ellos), el problema surge justamente cuando les invade el temor a no ser capaz de hacerlo. Que sus fantasías se conviertan en realidad".

La fantasía de infidelidad puede adquirir muchas formas. Desde sueños sobre los que no tenemos control a miradas demasiado largas a extraños por la calle, pasando por ese ex al que continúas siguiéndole la pista en redes sociales para enterarte de su vida, o la famosa de Hollywood que lleva siendo tu fantasía sexual desde la adolescencia. Algunas son más peligrosas , como ese colega de la oficina con el que te llevas demasiado bien, hasta el punto de que lo platónico podría acabar siendo romántico. Esta clase de comportamientos, ¿constituyen realmente una infidelidad o son tan solo una manera inocente de escapar de la rutina durante un rato?

La gente que más fantasea con infidelidades tiene menos inhibiciones o restricciones mentales y en general piensa más en el sexo

Un estudio del 2003 realizado por las psicólogas Maria Lameiras Fernández y Yolanda Lameiras Fernández demostró que, por lo menos entre universitarios, aquellos más sociables y con niveles más bajos de escrupulosidad también tenían actitudes más favorables hacia la sexualidad en general. Otra investigación en Carolina del Norte, que versaba sobre el lado más oscuro de las fantasías sexuales, descubrió que las universitarias que tenían "fantasías de violación" también habían tenido más relaciones sexuales en general. En conclusión, es posible que la gente que más fantasea con infidelidades también tiene más probabilidades de fantasear con el sexo en general, pues estos individuos tienen menos inhibiciones y restricciones mentales; no se autoflagelan por tener fantasías.

¿Tener fantasías con otras personas significa que tu relación está condenada al fracaso? No necesariamente. Hay que tener en cuenta que las relaciones evolucionan a largo plazo y que lo que una vez fue amor apasionado va cambiando y moderándose hasta convertirse en una forma de compañerismo e intimidad satisdactoria. En lugar de buscar una pareja nueva, estas fantasías añaden algo de emoción a tu vida, y no son una señal de que algo va mal ni mucho menos.

Las fantasías añaden emoción y no son malas, a menos que lleguen demasiado lejos y no te permitan disfrutar de la intimidad con tu pareja

Pero si las fantasías llegan demasiado lejos y no te permiten disfrutar de la intimidad con tu pareja, quizá deberías cuestionarte qué puede estar yendo mal. De igual manera, si siempre piensas en la misma persona podrías estar buscando en ella las cualidades que no ves en tu relación. Poner de manifiesto esas fantasías con tu pareja, sin sentirte culpable, podría llevaros a un mejor entendimiento. Lo fundamental es saber distinguir entre la imaginación y los hechos, para no sentirnos culpables en el futuro.

Quizá te ha pasado en alguna ocasión: adoras a tu pareja, pero no puedes evitar fantasear con que te liarías con esa compañera de trabajo con la que pasas tantas horas o con el camarero que acaba de traerte la cuenta con una sonrisa en la cara. Por supuesto, se trata tan solo de una fantasía y sabes que jamás lo harías, por lo que no haces daño a nadie, pero eso no quita que, durante unos momentos, te aceche el amargo sabor de la culpabilidad.

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