Gana la lotería con el dinero que consiguió cosiendo mascarillas contra el coronavirus

El coronavirus está provocando una crisis mundial sin precedentes. Más de 360.000 personas han fallecido en el mundo de manera oficial, aunque se cree que son muchos más los que han perdido la vida por culpa del covid-19. Además, otros seis millones de personas se han contagiado con un virus que se ha propagado por todas las partes del mundo.

Pero si las cifras sanitarias son terribles, las económicas son aún peores. Decenas de millones de empleados han perdido su trabajo en todo el mundo. Solo a modo de ejemplo, una de cada cuatro personas que trabajaban en Estados Unidos antes del comienzo de la crisis ya no tiene empleo. Un 25 por ciento del total, cifras aterradoras en menos de tres meses.

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Eso ha provocado que haya muchas personas que hayan tenido que buscarse la vida para conseguir dinero y comida que llevar a su casa. Muchos han tenido que recurrir a la caridad para poder comer, con largas filas de espera nunca antes vistas, mientras que otros se han reciclado con tal de poder lograr algún ingreso para su hogar.

Mascarillas contra el coronavirus

Ahí comienza nuestra historia. La protagonista es Lorna Hewitt, una mujer que vive en Sisters, una pequeña localidad de apenas 2.000 habitantes en el estado de Oregón, en el norte de Estados Unidos. Antes de la crisis trabajaba en un restaurante, pero tuvo que cerrar sus puertas por culpa del covid-19 y Lorna, al igual que sus compañeros, se quedó sin empleo.

El restaurante en el que trabajaba tuvo que cerrar por el covid-19 y Lorna tuvo que buscarse la vida para alimentar a su familia

Sin posibilidad de tener derecho al paro ni a ninguna otra fuente de ingresos, Lorna buscó por los alrededores y encontró un trabajo a media jornada en una tienda de alimentación. Allí comenzó a coser mascarillas para sus compañeros de trabajo, ya que no había ninguna disponible en las farmacias de su zona. Y les gustaron tanto que le dieron algo de dinero.

Lorna tuvo suerte porque su jefe también vio una pequeña fuente de ingresos: ante la escasez de mascarillas para vender decidió poner a la venta las que cosía Lorna para hacer frente a la demanda. Así que la mujer siguió cosiendo mascarillas para garantizarse que, al final de mes, tendría al menos un sueldo que llevarse a casa para alimentar a su familia.

Un día, Lorna decidió utilizar algo de ese dinero para comprar un boleto de lotería. Se sentía con suerte, así que hizo una pequeña inversión: aunque no le sobraban los recursos, se gastó un par de dólares en un boleto de la lotería Keno-8, un tipo de juego de azar muy conocido en algunos estados de Estados Unidos. Y la suerte estuvo de su parte.

127.000 dólares de premio

Lorna pensó que, dado que estaba fabricando mascarillas para sus vecinos y que, por tanto, estaba haciendo una buena obra por la comunidad, puede que fuera recompensada por la suerte y ganara algunos dólares. Lo que no se esperaba era que, cuando fue a comprobar si su boleto había ganado algún premio, la máquina de lotería se llenara de números.

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Lorna Hewitt ganó un total de 126.789 dólares, unos 115.000 euros al cambio. Una cantidad que llegó a abrumarla por inesperada, pero que incluso le hizo sentirse un poco culpable: "Estaba haciendo las máscaras con la tela que ya tenía en casa y el dinero me llegó en un buen momento". Era mucho dinero, pero lo aceptó por la necesidad que tenía.

Ahora, Lorna ha decidido seguir con su pequeño negocio de mascarillas. Tal y como ha explicado a UPI, la afortunada ganadora utilizará una pequeña parte del premio para comprar más suministros y poder seguir fabricando los protectores para la cara: "Mis mascarillas son populares y quiero seguir haciéndolas, pero tal vez pueda hacer también otras cosas".

Los 115.000 euros del premio dejaron a Lorna abrumada, pero ahora podrá ayudar a sus vecinos cosiendo más mascarillas

Será su manera de devolver a sus vecinos lo que ellos hicieron por ella comprándole sus mascarillas cuando más lo necesitaba. Ahora, la suertele ha permitido afrontar esta crisis de una manera muy diferente al comienzo de la pandemia, cuando se quedó sin trabajo, pero no olvida por lo que ha pasado y quiere seguir ayudando a su comunidad.