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Nación Heiltsuk contra el covid: cómo han evitado el virus en las islas más remotas
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Nación Heiltsuk contra el covid: cómo han evitado el virus en las islas más remotas

Los países remotos o que han cerrado sus fronteras son los únicos que se han salvaguardado de la pandemia, ¿qué sucederá cuando haya que abrirlas de nuevo?

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Uno de los mayores temores a los que se tienen que enfrentar todos los países, cuando parece que la crisis del coronavirus empieza a amainar, es a la reapertura de fronteras. En un mundo globalizado como el que vivimos actualmente, donde nos hemos acostumbrado a viajar por todo el Planeta, parece impensable un retroceso proteccionista. Aquellos lugares cuya economía se basa principalmente en el turismo tendrán que hacer malabares para controlar a los turistas a la vez que inyectan dinero con sus llegadas.

Sin ir más lejos, en nuestro país los problemas ya parecen comenzar a dar la cara: por un lado, el presidente del gobierno Pedro Sánchez avisó el pasado 12 de mayo que todos los turistas que llegaran en verano tendrían que someterse a una cuarentena obligatoria, algo que no sentó muy bien a nuestros vecinos los franceses, que dijeron que actuaría con reciprocidad con aquellos españoles que viajaran a su tierra. Y, entre todo eso, los portugueses intentan tender una mano asegurando que se crearán 'corredores turísticos' entre países vecinos.

Los únicos países que se han salvado del coronavirus son los inexpugnables y remotos. ¿Cómo abrir fronteras con la amenaza latente?

El miedo a un posible rebrote es natural, y solamente los países inexpugnables, remotos o lejanos los que han conseguido que el coronavirus no traspase sus fronteras: las Islas Marshall, Salomon o Vanuatu son algunos de esos ejemplos. Es por tanto la pescadilla que se muerde la cola, pues el turismo y los viajes son inherentes al ser humano actual, muchos países basan su economía en él, pero el miedo a un posible rebrote de coronavirus parece ser incompatible con esa realidad que vivíamos antes, por lo menos hasta que haya una vacuna.

La Nación Heiltsuk se encuentra en la Costa Central de la provincia canadiense de Columbia Británica, y es un gobierno de las Primeras Naciones. Este pueblo habla su propio idioma, el Heiltsuk, y está formado en la actualidad por una fusión de cinco grupos tribales con sus propias tradiciones, pues llevan viviendo ahí más de 14.000 años, según la evidencia geológica. Intentan, por todos los medios, preservar su cultura, sin embargo, esta podría correr peligro en la actualidad debido al coronavirus.

En la Nación Heiltsuk solo tienen 30 ancianos que transmiten las tradiciones. Han tenido que aislarse completamente para preservar su cultura

En Heiltsuk las tradiciones pasan de generación en generación oralmente, contadas por los llamados Guardianes del Conocimiento, que en la actualidad son un grupo de 30 ancianos. Hablan el Heiltsuk con fluidez y conocen todas las leyes de su tierra. Este pueblo indígena ha decidido hacer una simbiosis entre sus propias tradiciones ancestrales y las leyes occidentales, escuchando a la opinión internacional y también los consejos de sus Guardianes del Conocimiento. La situación actual les ha llevado a tomar una decisión drástica: aislarse completamente.

Es natural, si indagamos un poco en su pasado: según explican, el contacto histórico europeo les trajo bastantes desgracias. Sobrevivieron a la viruela y al sarampión, aunque mermaron a su población, y también tuvieron que enfrentarse a la gripe española en 1918. Y cerrarse no ha sido tan sencillo como pudiera parecer, pues la nación también basa su economía en el turismo al que los canadienses llaman 'indígena', es decir, los turistas acuden para ver cómo los habitantes de Heiltsuk viven en su hábitat natural. Como cuentan en una entrevista a 'BBC': "No se trata de venir a vernos como si estuviéramos en el zoo o fuera una película de Disney, es simplemente una forma de conocer cómo vivimos y cuáles son nuestras tradiciones".

La recuperación global será larga y lenta si las naciones adoptan medidas proteccionistas. Necesitamos trabajar juntos

Pero en marzo tuvieron que aislarse para evitar a los canadienses y americanos que, pretendiendo huir de sus ciudades, buscan la paz en ese lugar, y a veces llegan en barcos, dispuestos a pescar. La Nación de Heiltsuk, junto con la vecina Kitasoo/Xai'xais han establecido una coalición y trabajan activamente para explicar a los turistas que, si bien los necesitan y siempre son bienvenidos, en la actualidad deben entender que no es el momento de visitarlos, con el fin de poder salvaguardas sus tradiciones. Tratan de buscar nuevas formas de vivir de manera independiente, sin tener que depender del turismo.

Pero entienden que esto no puede durar para siempre, aunque se mantendrán así hasta que haya una vacuna. Heiltsuk es un ejemplo extremo, pues lo cierto es que las previsiones o ideas de mundo post coronavirus antiglobalización no parecen muy rigurosas. Como explica el profesor Sunil Venaik en un reciente artículo de 'The Conversation': "La cooperación internacional es necesaria para realizar pruebas masivas y tratamientos efectivos para el virus. Las naciones deben trabajar juntas para mejorar la producción y distribución, y los recursos deben ser compartidos. También se necesita cooperación para hacer frente a la recesión económica mundial. La recuperación global será larga y lenta si las naciones adoptan medidas proteccionistas. Trabajar juntos es la mejor manera de garantizar la seguridad, la salud y el bienestar de la humanidad".

Uno de los mayores temores a los que se tienen que enfrentar todos los países, cuando parece que la crisis del coronavirus empieza a amainar, es a la reapertura de fronteras. En un mundo globalizado como el que vivimos actualmente, donde nos hemos acostumbrado a viajar por todo el Planeta, parece impensable un retroceso proteccionista. Aquellos lugares cuya economía se basa principalmente en el turismo tendrán que hacer malabares para controlar a los turistas a la vez que inyectan dinero con sus llegadas.

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