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Cantar se ha convertido en nuestra arma secreta contra el covid-19
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Cantar se ha convertido en nuestra arma secreta contra el covid-19

Libera endorfinas y oxitocinas y nos ayuda a controlar la respiración, clave para lidiar con situaciones de estrés

Foto: Con cantos y bailes la policía anima a colombianos en cuarentena por covid-19
Con cantos y bailes la policía anima a colombianos en cuarentena por covid-19

Durante el confinamiento provocado por el coronavirus hemos visto que la música y la gente cantando se han convertido en algo que nos ha ayudado a sobrellevar el encierro. No es casual, tiene una explicación científica.

Lo hemos visto en los medios de comunicación o en las redes sociales: gente saliendo a sus balcones a cantar, personal sanitario animándose con canciones de esperanza y resistencia, músicos famosos ofreciendo conciertos desde su casa y hasta coros juntándose virtualmente para repasar su repertorio. Todos parece que recurrimos a las canciones y a la música para animarnos y poder sobrellevar el peso físico y psicológico que nos está provocando una pandemia tan terrible como la del coronavirus y todo lo que viene asociado a ella (muerte, encierro, temor al contagio, incertidumbre, etc). ¿Cuál es la razón?

Foto: Foto: EC

Sarah Wilson, neuropsicóloga clínica y directora de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Melbourne, en Australia, ha dirigido un estudio en el que se ha observado cómo reacciona nuestro cerebro cuando cantamos y ha descubierto qué grandes partes de nuestro cerebro se "iluminan" con esta actividad. Según Wilson, cuando hablamos se ilumina el hemisferio del cerebro encargado del lenguaje, pero cuando cantamos se activan los dos hemisferios de este órgano, "Vimos la implicación de las redes de emociones del cerebro", explica a BBC. Las regiones que controlan los movimientos que necesitamos para producir sonidos y articular también se iluminan.

Mejor si cantas bien

Pero no todos por igual. Wilson y su equipo descubrieron que había diferencias entre los cantantes amateur, esos que cantan bajo la ducha, y los más profesionales. "Vimos una diferenciación cada vez mayor entre las redes de canto y de lenguaje del cerebro", afirma Wilson. "Lo que hacemos cuando practicamos y nos dedicamos al canto es desarrollar esta red especializada, que nos da ese chute de recompensa fisiológica, los escalofríos, la liberación de dopamina, la sensación de sentirse bien", señala Wilson. Cuanto más cantamos, más desarrollamos esta red en nuestros cerebros, y mejor nos sentimos.

Centrarse en el control de la frecuencia respiratoria, una habilidad clave en el canto, activa partes del cerebro relacionadas con la emoción, la atención y la conciencia del cuerpo

Si es en grupo, incluso más. El equipo de Wilson está a punto de embarcarse en un nuevo estudio para ver cómo la música crea un sentimiento de unidad. "Hay pruebas de que, en general, cantar en grupo aumenta nuestro sentido de empatía y conexión social", sostiene Wilson. "Vemos esto en los estadios de fútbol, en las iglesias... Es una actividad de construcción de la comunidad porque estamos unidos en nuestra voz".

Una hormona que se libera cuando cantamos es la oxitocina, que tiene un poderoso efecto en la mejora de la sensación de conexión entre las personas. "A menudo se relaciona con la lactancia materna así como con la actividad sexual", señala Baishali Mukherjee, de la Federación Mundial de Musicoterapia. "También hay un área de investigación muy fuerte que apoya que este neuropéptido juega un papel en el aumento de los vínculos y la confianza entre las personas",

Cantar también implica un esfuerzo físico (llenado de pulmones, control de las cuerdas vocales, movimientos de boca y cuerpo), lo que provoca una mejora en nuestro estado de ánimo. Casi sin percibirlo estamos realizando un ejercicio aeróbico que libera endorfinas, las sustancias químicas del cerebro que hacen que nos sintamos bien. "Las endorfinas están relacionadas con un sentimiento de felicidad general elevado, nos dan una sensación de euforia, por lo que todo está asociado con una reducción del estrés", explica Mukherjee. "En cualquier situación, ya sea bajo estrés o con cualquier dolencia física, enfermedad, o privación psicológica, la música tiene el potencial de afectar a nuestro cuerpo y mente. Cuando tu estado de ánimo se levanta, fortaleces tu sistema inmunológico: respondes a los factores de estrés de una manera más positiva y mejorarás los patrones de sueño", añade.

Sin contar que cantando controlas uno de los mayores alivios del estrés: la respiración. Quien hay sufrido un ataque de pánico sabrá lo aterrador que es sentir que no se puede respirar y cantar, y el control de la respiración que ello supone, es una gran solución. Centrarse en el control de la frecuencia respiratoria, una habilidad clave en el canto, activa partes del cerebro relacionadas con la emoción, la atención y la conciencia del cuerpo.

Durante el confinamiento provocado por el coronavirus hemos visto que la música y la gente cantando se han convertido en algo que nos ha ayudado a sobrellevar el encierro. No es casual, tiene una explicación científica.

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