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El truco que nos ayuda a encontrar las cosas cuando tenemos prisa
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RASGOS FÍSICOS LATENTES

El truco que nos ayuda a encontrar las cosas cuando tenemos prisa

Según los investigadores, determinados rasgos que no se pueden ver de un objeto también entran en juego durante una búsqueda

Foto: Una serie de objetos utilizados para el experimento. Foto: Jason Fischer/Universidad Johns Hopkins
Una serie de objetos utilizados para el experimento. Foto: Jason Fischer/Universidad Johns Hopkins

Llegas tarde a trabajar y estás buscando las llaves del coche: no las consigues encontrar. Esto, cambiando el objeto de nuestra búsqueda, nos ha pasado a todos alguna vez. Cualquiera que haya intentado encontrar algo con prisa sabe lo útil que es pensar en el color, el tamaño y la forma del objeto perdido. Pero, sorprendentemente, determinados rasgos que no se pueden ver de un objeto también entran en juego durante una búsqueda.

Así lo explican los investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) que, en una serie de experimentos, pidieron a unos voluntarios que detectaran objetos cotidianos en un desorden: los encontraron un 20 por ciento más rápido si podían tener en cuenta rasgos físicos latentes, como la dureza o la suavidad, a pesar de que las personas no eran conscientes de que estaban considerando esos factores.

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"Lo que hace que el hallazgo sea particularmente llamativo desde el punto de vista de la ciencia de la visión es que simplemente conocer las propiedades físicas latentes de los objetos es suficiente para ayudar a guiar su atención hacia ellos", señala el autor principal del estudio Jason Fischer, neurocientífico cognitivo en el departamento de Ciencias Psicológicas y Cerebrales de la universidad. "Es sorprendente porque casi todas las investigaciones previas en esta área se han centrado en una serie de propiedades visuales que pueden facilitar la búsqueda, pero encontramos que lo que sabes sobre los objetos puede ser tan importante como lo que realmente ves".

Descartando opciones

Fischer y su equipo estudian cómo la comprensión intuitiva de las personas sobre las propiedades físicas y la dinámica influye en cómo interactúan con sus entornos cotidianos, y también cómo las personas se enfocan en las cosas que necesitan cuando hay tanto que ver en el mundo en un momento dado. Así, se preguntaron si el conocimiento de los atributos físicos de los objetos influiría en la atención en una búsqueda visual. Por ejemplo, las personas tienen el conocimiento, empírico, de que los huevos son ligeros y frágiles, y los productos enlatados son pesados y resistentes. Al meter en bolsas esas cosas en el supermercado, los individuos pondrán las latas pesadas en la parte inferior de la bolsa y los huevos frágiles en la parte superior. Pero si no puedes ver la fragilidad o la pesadez y simplemente lo sabes intrínsecamente, ¿ese conocimiento te ayudaría a encontrar algo?

"Si buscas un jersey, inconscientemente, puedes evitar perder el tiempo buscando entre los objetos duros y, en su lugar, concentrarte en los blandos"

Para llegar a la respuesta, Fischer, llevó a cabo una serie de experimentos de búsqueda visual, que se detallan en la revista científica 'Journal of Experimental Psychology', donde se pidió a una serie de voluntarios que localizara objetos cotidianos en medio del desorden. El objetivo a veces se diferenciaba por su dureza y el equipo descubrió que los participantes utilizaban implícitamente la distinción de dureza para localizar un objetivo más rápidamente, a pesar de que ninguno informó de ser consciente de que la dureza era relevante.

"Estás aprovechando automáticamente lo que sabes sobre la dureza para evitar distraerte con las otras cosas", indican los investigadores en declaraciones recogidas por Neuroscience News. "Si estás buscando un jersey en una habitación desordenada, sin ninguna conciencia de hacerlo, puedes evitar perder el tiempo buscando entre los objetos duros de la habitación y en su lugar concentrarte en los blandos".

Evaluamos el conjunto

Cuantos más elementos en la búsqueda, mayor será el beneficio de poder diferenciarlos a través de la dureza. Y cuando los investigadores rastrearon dónde miraban los participantes mientras buscaban, descubrieron que los participantes dedicaban menos tiempo a mirar objetos que no tenían la dureza o suavidad correctas. "Para mí lo que esto dice es que en el fondo de nuestras mentes, siempre estamos evaluando el contenido físico de una escena para decidir qué hacer a continuación", añade Fischer. "Nuestros motores de física mentalmente intuitivos están constantemente trabajando para guiar no sólo cómo interactuamos con las cosas en nuestro entorno, sino también cómo distribuimos nuestra atención entre ellos".

Llegas tarde a trabajar y estás buscando las llaves del coche: no las consigues encontrar. Esto, cambiando el objeto de nuestra búsqueda, nos ha pasado a todos alguna vez. Cualquiera que haya intentado encontrar algo con prisa sabe lo útil que es pensar en el color, el tamaño y la forma del objeto perdido. Pero, sorprendentemente, determinados rasgos que no se pueden ver de un objeto también entran en juego durante una búsqueda.

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