Un hombre adelgaza 43 kilos después de ver a su médico: le explicó lo que le iba a pasar

Chase Kimbrough es un hombre de 36 años que trabaja como director de ventas para una empresa de ámbito regional en Texas, Estados Unidos. Era un hombre feliz, que tenía éxito en su trabajo, pero que sufría de sobrepeso: estaba a pocos gramos de alcanzar los 135 kilos cuando se médico le puso entre la espada y la pared: si seguía ese camino lo iba a pasar muy mal.

El doctor no se puso a dar gritos ni nada parecido, pero sí le explicó los riesgos que estaba asumiendo y lo que podían significar en el futuro: "Estás a un solo exceso de los 135 kilos". Después, enumeró con cordialidad y afecto los problemas derivados de la obesidad como las insuficiencias cardíacas, la diabetes y muchos otros problemas de salud. Le explicó lo que le iba a suceder en el futuro y eso le convenció.

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EC

Esa conversación tuvo lugar en abril de 2017 cuando Chase pesaba 134 kilos largos. Hoy, tres años después, apenas supera los 91, por lo que ha adelgazado más de 43 kilos, pero lo mejor de todo es que su vida ha cambiado de manera radical, aunque no fue un camino de rosas: "Sabía que tenía que hacer algo, aunque tuve dificultades para adaptar el ejercicio a mi horario: tenía un trabajo de oficina durante el día y mi esposa y yo teníamos dos hijos en ese momento (ahora tenemos tres)".

La solución fue correr

No eran esos los únicos problemas de Chase: buena parte de las calorías que ingería procedían de una dieta pobre en la que comía grandes raciones de todo y en la que había siempre un exceso de azúcar. Por eso fue importante el deporte y para comenzar contó con la ayuda de un compañero de trabajo: le dijo que necesitaba adelgazar y le animó a unirse a sus carreras a mediodía.

El exceso de azúcar y comer alimentos muy calóricos y en gran cantidad era el gran problema de Chase antes de dar un cambio a su vida

Chase recuerda que al principio fue un desastre: se presentó con una camiseta vieja, unos pantalones de baloncesto y unas zapatillas que llevaba años sin usar, pero intentó seguir a su amigo. Él le marcó unos objetivos en el trazado que iban a seguir que le ayudarían a ir cubriéndolos poco a poco y, aunque el primer día apenas pudo llegar a los 400 metros de distancia, sabía que ese era el camino.

El protagonista de esta historia se sentía mal, pero no se vino abajo: aunque le dolían los pies no paró, sino que se puso a caminar hasta la marca de los 800 metros y ahí comenzó de nuevo a trotar. Hizo otros 400 metros y, después, regresó caminando hasta el punto de partida, donde esperó a su compañero de trabajo. Cuando le preguntó qué tal había ido, Chase reconoció que lo había pasado mal, pero su amigo le dio los ánimos necesarios para motivarlo y que tuviera ganas de volver a correr.

Era, exactamente, lo que Chase necesitaba. A la semana siguiente se compró unas zapatillas nuevas y en menos de dos semanas estaba corriendo cinco días a la semana, de lunes a viernes, pese al sofocante calor que hacía en junio en Texas. Estaba decidido a conseguir bajar de peso y la báscula fue dándole la razón: comenzó a adelgazar rápidamente y eso solo le animó a seguir corriendo: en un mes fue capaz de completar un kilómetro sin parar, después llegó a los cinco y a principios de 2018 ya era capaz de correr una media maratón. Solo habían pasado nueve meses desde que diera un nuevo rumbo a su vida.

El running para adelgazar

Pero no todo fue sencillo. Chase reconoce que, hasta llegar a ese punto, hubo muchos altibajos en el camino, momentos en los que pensó que el esfuerzo para perder peso era excesivo. Sin embargo, se dio cuenta que la clave estaba en dar tiempo a su cuerpo para que se fuera haciendo a su nuevo estilo de vida y ayudarlo con un cambio radical en su dieta: iba a comer más sano.

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Primero comenzó reduciendo el tamaño de las raciones; después, añadiendo más productos frescos a su dieta como frutas y verduras, pero también alimentos con muchas proteínas al mismo tiempo que eliminaba de su día a día carbohidratos poco saludables, grasas saturadas y, sobre todo, el azúcar. Y los kilos comenzaron a desaparecer de la báscula como por arte de magia.

En menos de un año consiguió adelgazar 43 kilos y colocar la balanza en 91, aunque aún le gustaría bajar un poco más de peso y ponerse por debajo de 90. Ha cambiado su físico y ha tenido que comprarse un fondo de armario nuevo, ya que ha pasado de usar una talla 3XL a una L y, en algunos casos, a una M. Y, lo mejor de todo, es que su salud ha mejorado de manera exponencial.

Además de adelgazar 43 kilos, su autoestima es ahora mucho mayor: puede comprar ropa donde quiere y no solo en tiendas de tallas grandes

Chase reconoce a Runner's World que ahora tiene mucha más energía, pero también más confianza en sí mismo y puede jugar con sus hijos sin miedo a quedarse sin aliento, como le sucedía antes. No solo eso: también su ánimo ha mejorado, sobre todo desde que puede entrar en cualquier tienda a comprar la ropa que le gusta sin tener que recurrir a un especialista en tallas grandes.

En tres años, Chase es una persona nueva y tiene un consejo para quien se encuentra en una situación similar a la suya: "No esperes hasta mañana o hasta el día de Año Nuevo, empieza ahora. No te preocupes por lo que otras personas piensen de ti. La comunidad de runners es increíble y te animará independientemente de tu nivel. No importa si corres un kilómetro en 10 minutos o en 4: todos estamos juntos en esto". Ah, y si un día se da un capricho, no pasa nada: vuelve a la senda correcta al día siguiente y sigue adelante.