Así es la vuelta a la nueva normalidad: una visita al zoo... en coche

El coronavirus ha confinado en sus casas a cientos de millones de personas de todo el mundo durante varias semanas. La mayoría de los estados ya van preparando sus planes de desescalada y comienzan a suavizar sus medidas restrictivas en un proceso que debe llevar a alcanzar lo que muchos ya han denominado la nueva normalidad.

Un ejemplo de lo que podría ser esa nueva normalidad la hemos encontrado en Texas. En este estado norteamericano han creado un sistema que permite visitar un zoo sin bajarse del coche, de manera que se respeten las medidas de distanciamiento social y, al mismo tiempo, se puedan conseguir ingresos manteniendo el parque abierto.

Los responsables del zoo de San Antonio han copiado una idea que lleva años funcionando en otros negocios, el 'drive-thru'; es decir, el hecho de conseguir un servicio sin bajarse del coche, algo muy habitual en restaurantes de comida rápida o cines al aire libre, pero que también hemos visto últimamente en farmacias e, incluso, como forma de recoger un premio millonario tras ganar la lotería.

Camino de la normalidad

Tim Morrow, director del zoológico de San Antonio, explica a la CNN que se trata de "una forma única y segura para que las familias vean el zoológico desde la comodidad de su propio automóvil mientras estamos cerrados. Esta forma creativa de ver el zoo será un paso gradual hacia nuestro plan de reabrir el tráfico peatonal cuando recibamos la 'luz verde' y sea el momento adecuado".

Las entradas a la venta para el primer fin de semana, a un precio de 60 dólares por coche, se agotaron en solo dos horas

El éxito de la iniciativa ha sido total: lo que se había preparado para un solo fin de semana se extenderá durante, al menos, la mitad del mes de mayo. Morrow señala que "vendimos todas las entradas disponibles en solo dos horas, por lo que hemos creado nuevos horarios hasta el 17 de mayo". Y el precio es de 60 dólares por vehículo, independientemente del número de personas que vayan en su interior.

Eso ha hecho que el zoológico, que es dirigido por una ONG sin ánimo de lucro desde 1929, comience a contratar de nuevo a varios de sus trabajadores, a los que tuvo que despedir después de cerrar las instalaciones el pasado 14 de marzo. Una idea que puede ser orientativa de lo que está por venir en el mundo en un futuro próximo en el sector del ocio.