Voluntariado en tiempos del confinamiento: el trabajo de las asociaciones y cómo ayudar
En plena crisis por el coronavirus, los colectivos más vulnerables de la sociedad se encuentran en peligro de exclusión, ¿podemos colaborar?
El coronavirus ha cambiado nuestra vida en tan solo unas semanas y hemos tenido que hacernos a la idea. El mundo, a partir de ahora, será diferente. Además de las vidas que el virus ha sesgado y los problemas psicológicos que el confinamiento está provocando, la crisis desembocó en el mes de marzo en la pérdida de un total de 900.000 empleos, la peor cifra histórica, que ni siquiera tiene en cuenta los ERTE.
Como es natural, los colectivos más desfavorecidos de la sociedad se encuentran en estos momentos en una situación de alarma. Sin embargo, ¿cómo pueden actuar las asociaciones en un momento en que tenemos que mantenernos aislados y no podemos salir de nuestros hogares? Desde Cruz Roja hasta ONCE, todas se han movilizado para poder aportar su granito de arena en estos momentos, y han contado a El Confidencial cómo colaboran cada día en los difíciles tiempos del coronavirus.
Cruz Roja responde (y tú puedes ayudar)
Se trata de la mayor movilización de la historia de Cruz Roja en España: un plan para luchar de forma directa contra el coronavirus que inicialmente estaba previsto para dos meses. El avance de la epidemia, sin embargo, ha cambiado el escenario y han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades. En la actualidad, cuentan con un total de 40.000 voluntarios, un presupuesto de 11 millones de euros y ayudan de forma directa a 1.350.000 personas con equipos, médicos, hospitales o ambulancias a su disposición.
He perdido mi trabajo por el coronavirus, así que decidí inscribirme en Cruz Roja como voluntaria. Quería ayudar
Cruz Roja pretende con el programa amortiguar los déficits sociales producidos por el confinamiento, no tan solo los problemas relacionados con la enfermedad del coronavirus sino también la emergencia relacionada con pérdidas de empleo y capacidad adquisitiva. Esto se traduce en entregas de bienes de primera necesidad, traslados de personas enfermas, espacios de alojamiento para personas sin hogar, seguimiento a aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, creación de albergues o asesoría y apoyo en la búsqueda de empleo.
"El mismo fin de semana del decreto del estado de alarma, me sentí muy agobiada y no sabía a qué nos enfrentábamos", cuenta Ana Llabona, azafata de profesión, "además, me sentía un poco impotente porque escuchaba continuamente en medios que los sanitarios tenían que enfrentarse solos a esto. Como estaba desempleada por el coronavirus y el país estaba parado, pensé en que las asociaciones y ONG de siempre estarían funcionando, me metí en Cruz Roja y me inscribí como voluntaria, me llamaron esa misma semana para ver dónde podía encajar mejor".
Hay muchísimo trabajo nuevo porque es una situación sin precedentes, están muy desbordados y necesitan ayuda
Le ofrecieron ser voluntaria en la parte administrativa. "Estoy haciendo de todo, hacemos las tareas que surgen cada día porque hay muchísimo trabajo (desde apoyo psicológico, porque un rato de charla viene bien, hasta transporte de material), en definitiva, hago apoyo a todo lo que se necesita. Hay muchísimo trabajo nuevo porque es una situación sin precedentes, están muy desbordados y nunca se habían enfrentado a algo así. Es poner tu granito de arena intentando ayudar un poco como mejor sepas hacerlo. En mi caso, me sentía en la obligación de ayudar, por mi situación personal". No obstante, en Cruz Roja se han puesto un límite y las personas mayores de 60 años no pueden colaborar de manera presencial, por motivos de seguridad.
Mejorar la calidad de vida de las personas
"En enero de 2017, pusimos en marcha la Unidad de Voluntariado de Fundación ONCE, que tiene como finalidad mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad por medio de programas y proyectos de voluntariado", cuenta a El Confidencial Teresa Palhaí, secretaria general de la Fundación ONCE. "Al mismo puede apuntarse cualquier persona que quiera ser voluntaria. En tiempos normales, debería dirigirse a la Unidad de Voluntariado de Fundación ONCE, que tiene su sede en la calle Sebastián Herrera 15 de Madrid. Ahora, con el confinamiento, se puede hacer llamando al 91 506 51 05 o al 600 539 572; también pueden escribir un 'mail' a voluntariado@fundaciononce.es".
La secretaria asegura que, en estos tiempos de crisis y confinamiento, la gente está respondiendo muy bien. "En cinco semanas, hemos crecido un 120%, actualmente, contamos con 781 voluntarios. Afortunadamente, pese a la epidemia del coronavirus, podemos seguir mejorando la calidad de vida de las personas con discapacidad más que nunca: los voluntarios ayudan a quienes lo necesiten haciendo la compra de productos de primera necesidad, trasladando medicamentos de hospitales a pacientes, acompañando de manera presencial o telefónica a esas personas que se sienten solas, ayudando a repartir alimentos...", informa.
Reinventarse en momentos difíciles
A veces, reinventarse es la única manera de continuar a flote. Eso es lo que han pensado desde la asociación Solidarios, cuya máxima es luchar contra la exclusión social. "Nos hemos tenido que ajustar a las nuevas circunstancias debido al confinamiento", explica Irene Fraile, responsable de Comunicación de la asociación. "La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto cómo las personas más vulnerables de la sociedad (mayores, sin hogar, con discapacidad, hospitalizadas, en centros penitenciarios...) quedan más expuestas a la soledad, a la exclusión y a la discriminación".
Es por ello que los voluntarios (que operan en Madrid, Sevilla, Granada y Murcia) se han movilizado y comprometido... También desde casa. Llamadas telefónicas, participación en grupos de WhatsApp, cartas, incluso algún desplazamiento con carácter excepcional, acreditación y medidas de seguridad oportunas para poder seguir ayudando a los colectivos más desfavorecidos de la sociedad.
La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto cómo las personas más vulnerables de la sociedad quedan expuestas a la soledad
"Hay algunos voluntariados que, por el momento, es imposible que realicemos, como el acompañamiento a personas en entornos penitenciarios", explica, "sin embargo, reinventándonos hemos conseguido continuar con alternativas. Nuestro voluntariado envía cartas a prisión para ayudar a sobrellevar las medidas especiales del aislamiento e incluso se puede mantener correspondencia".
La iniciativa 'Charlamos' (promovida por la Comunidad de Madrid junto con Las entidades Grandes Amigos, Solidarios para el Desarrollo, Nadiesolo Voluntariado y Cruz Roja) también pone el foco en uno de los colectivos que más están sufriendo durante esta crisis: se trata de un acompañamiento telefónico a mayores que en la actualidad estén atravesando una coyuntura difícil debido al confinamiento. El servicio puede solicitarse a través del teléfono 689 740 266 o del correo electrónico hola@charlamos.org.
Ya no podemos hacer acompañamientos presenciales, estamos realizando el voluntariado de manera telefónica
También les preocupa mucho también la situación de las personas sin hogar. Hace poco, nos enteramos de que la Policía Nacional había desalojado a 800 personas sin hogar de la T4 de Barajas sin previo aviso al Ayuntamiento de Madrid y sin tener plazas disponibles para albergarlas. "Desde que empezó la crisis del covid-19, se habla poco de las personas que viven en la calle. En Solidarios, no vamos a dejarlas solas, y como ya no podemos realizar talleres ni acompañamientos presenciales, estamos haciendo el voluntariado de manera telefónica", explican desde la organización. Irene asegura que, desde que comenzó el confinamiento, han recibido muchas propuestas diferentes y 'mails' de personas que quieren participar.
No solo las personas...
En estos tiempos de crisis, no solamente las asociaciones se encargan de llegar a los colectivos de personas más vulnerables de la sociedad. En AnimalRescue España, por ejemplo, el teléfono no deja de sonar. Así lo cuenta Francisco Díaz, de la propia organización: "Nosotros nos encargamos de rescatar animales abandonados de la calle o el maltrato. Los cuidamos en nuestro refugio hasta que se recuperan física y emocionalmente, mientras buscamos a la familia más idónea para la adopción. Conocemos de primera mano a las familias y visitamos sus casas para saber dónde vivirán esos animales que rescatamos".
Ahora, lo importante es seguir las indicaciones del Gobierno. Nuestros animales siguen atendidos por sus cuidadores
Como es lógico, con la situación actual, esa última parte se ha vuelto difícil. "Realizamos muchos eventos de adopción y campañas en calle con nuestros animales, en busca de un hogar, y todo está parado ahora por responsabilidad. Además, nos sustentamos únicamente con la ayuda de la gente y las donaciones han bajado casi al completo, pero los animales siguen teniendo los mismos gastos...".
Sin embargo, como decíamos, el teléfono no para de sonar y mucha gente quiere adoptar en el momento presente. "Estamos informando de que, pasado el estado de alarma, si son personas responsables, podrán adoptar o colaborar, pero ahora lo importante es seguir las indicaciones del Gobierno. Nuestros animales siguen atendidos por sus cuidadores a la espera de que todo pase", concluye.
El coronavirus ha cambiado nuestra vida en tan solo unas semanas y hemos tenido que hacernos a la idea. El mundo, a partir de ahora, será diferente. Además de las vidas que el virus ha sesgado y los problemas psicológicos que el confinamiento está provocando, la crisis desembocó en el mes de marzo en la pérdida de un total de 900.000 empleos, la peor cifra histórica, que ni siquiera tiene en cuenta los ERTE.