Ganó 120 millones en la lotería y, tras cuatro meses, sigue viviendo en su antigua casa
Steve Thomson, un albañil británico, no quiere malgastar el dinero ni hacer una compra apresurada
Ganadores de la lotería hay muchos para su propia suerte y para envidia de muchos, pero multimillonarios tras tocarles un premio gordo no hay demasiados. Acertar todos los números de la combinación ganadora es cuestión de suerte, mucha suerte, y poco son los afortunados que lo logran. Estos sí que provocan los celos del resto de los mortales
Uno de ellos Steve Thomson, un albañil británico que hace unos meses se hacía con la fabulosa cantidad de 105 millones de libras, más de 120 millones de euros al cambio, gracias al Euromillones, una de las mayores fortunas en la historia de esta lotería.
Thomson no está siendo un ganador convencional y tampoco se puede catalogar como un “nuevo rico” que en cuanto tiene dinero se dedica a despilfarrarlo o hacer gastos ostentosos. Todo lo contrario. Será por su origen humilde y el de su mujer, un albañil autónomo y una dependienta de una tienda de origen eslovaco, respectivamente.
Terminó el trabajo
Como decimos, a los Thomson no se les ha subido el dinero a la cabeza y, por eso, Steve, una vez que descubrió que había ganado 120 millones de euros, anunció que iba a terminar los proyectos que tenía pendientes e, incluso, posteriormente, declaró que no cobraría los trabajos, ya que, como comprenderéis no necesitaba el dinero, precisamente.
Su primera gran compra fue un coche de segunda mano nada ostentoso; otra cosa le parecía desperdiciar el dinero
Su primera gran compra tras recibir el cheque con la millonaria cantidad fue un coche, pero no un superdeportivo o un todo terreno de esos que parece que van a destrozar el resto de automóviles a su alrededor. No. Steve sostenía que eran un desperdicio de dinero y optó por un coche normalito de segunda mano.
Al mismo tiempo, Steve revelaba que se les estaba haciendo difícil asimilar este cambio en su vida. “Nos colocó en una montaña rusa emocional", reconocía, al mismo tiempo que confesaba que ha pasado por unas semanas "muy estresantes” en las que le estaba costando dormir y comer adecuadamente: “Es mucho lo que tenemos que asimilar", añadía.
Ahora, tres meses después de su premio en la lotería, las cosas no parecen haber cambiado demasiado en sus vidas. Lenka, su esposa, dejó de trabajar en la tienda en la que lo hacía, y aunque Steve, como te decimos, siguió trabajando en sus proyectos pendientes, también ha decidido retirarse.
Una casa, sí, pero sin prisas
No sabemos por cuánto tiempo, porque anteriormente había reconocido que le encantaba su oficio y no podía estar quieto sin hacer nada: "Una vez que haya superado el shock, tendré que seguir haciendo algo, no soy del tipo de persona que se queda quieto", aseguraba.
Y lo más sorprendente es que, a pesar de los 120 millones de euros que ahora están en su cuenta, aún, cuatro meses después de recibir el dinero, siguen viviendo en la casa que habitaban antes de ser millonarios. Una casa valorada en unos 140.000 euros en la que el matrimonio convive con sus tres hijos.
Steve reconocía que se les estaba haciendo difícil asimilar este cambio en su vida. "Nos colocó en una montaña rusa emocional", confesaba
A pesar de haber anunciado que querían comprar un nuevo hogar con unas condiciones de vida "un poco más armoniosas" para que cada uno de sus tres vástagos tuviera una habitación propia, parece que todavía no se han decidido.
Según nos cuenta Daily Star, están buscando una vivienda de al menos cuatro habitaciones, pero no quieren apresurarse y tomar una decisión precipitada y, mucho menos, malgastar el dinero, algo que no tiene cabida en la forma de pensar ni el estilo de vida del cabeza de familia.
Ganadores de la lotería hay muchos para su propia suerte y para envidia de muchos, pero multimillonarios tras tocarles un premio gordo no hay demasiados. Acertar todos los números de la combinación ganadora es cuestión de suerte, mucha suerte, y poco son los afortunados que lo logran. Estos sí que provocan los celos del resto de los mortales