"No recomiendo mi vida a nadie". Las duras confesiones de la actriz porno más famosa
A sus 28 años, Riley Reid es una de las trabajadoras de la industria más conocidas en todo el mundo. Sin embargo, su éxito también le ha traído consecuencias muy negativas
“¿Sentaré la cabeza? Eso espero. ¿Me siento sola y triste? Por supuesto”. Así de contundente habla Riley Reid, una de las artistas de cine para adultos más famosa del mundo, quien en un amargo vídeo subido a su canal de YouTube, se sincera con todos sus seguidores sobre su vida y las dificultades de llevar una vida normal como cualquier otra persona anónima. Desde que se hizo famosa, ha tenido que lidiar con el estigma de su profesión y el hecho de ser tan famosa; un estigma que comparten sin duda el resto de actrices, pero agravado en su caso al ser tan conocida.
Entre otras cosas, destaca que la mayor parte de los hombres con los que ha tenido una relación amorosa han acabado dejándola a raíz de su trabajo: “Estuve saliendo con un chico durante dos años, y los principales conflictos que tuvimos tenían que ver con mi trabajo. Una vez me dijo que ya no quería besarme, y lo dejamos. Esta situación se ha repetido una y otra vez en mi vida”.
La intimidad consiste en mostrarte vulnerable, no tiene tanto que ver con el sexo, sino con reírse juntos y compartir momentos
Reid es una de las actrices más famosas y buscadas en plataformas de cine erótico como Pornhub. El año pasado fue galardonada con el premio a “la más buscada” con más de 585 millones de visitas en todo el mundo. Pero para esta joven actriz de 28 años, tanto éxito a largo plazo ha acabado siendo una condena más que un motivo por el que estar orgullosa. De este modo, se sinceró sobre la otra cara de la industria pornográfica y cómo ha impactado a sus relaciones personales, de pareja y a su familia. Al ser una trabajadora sexual que actúa delante de una cámara, está muy expuesta a los juicios de 'personas sin rostro', así como también de conocidos.
El valor de la intimidad
En una relación amorosa normal, una de las claves para que funcione es establecer una intimidad entre ambos. Este sentimiento común aparece sobre todo en la convivencia, pero su manifestación más real es en los momentos íntimos. El sexo es una de las mayores expresiones de la intimidad forjada, y es precisamente la actividad a la que se dedican las actrices pornográficas.
“Creo que la intimidad consiste en mostrarte vulnerable frente a otras personas”, asevera Reid. “Por ejemplo, que alguien te sujete el rostro o se apoye en ti cuando necesites sentir seguridad. La intimidad no tiene demasiado que ver con el sexo, sino con reírse juntos, compartir momentos… y eso es lo que necesito y no he podido disfrutar con mis antiguas parejas”.
Una mala relación familiar
Por otro lado, una de las mayores dificultades que entraña la profesión pornográfica es la relación familiar, ya que como es natural, muy pocos padres o madres ven con buenos ojos que sus hijas se dediquen al trabajo sexual. Esto provoca que en el momento de tomar la decisión de dedicarse al porno, muchas actrices se sientan aisladas, lo que agrava su situación y la dependencia al propio trabajo. La familia, al fin y al cabo, es uno de los principales nexos de unión con los que cuenta el individuo al margen de la sociedad.
He perdido a toda mi familia. Tampoco hablo con mis hermanos. Pienso que al final se avergüenzan de mí y de lo que hago
“En mi caso, mi madre estuvo de acuerdo al principio y me permitió que hiciera lo que quisiera”, admite la actriz. “Creo que para mí fue positivo el hecho de que me concediera libertad y no fuera autoritaria, pero con el paso del tiempo y a medida que me fui haciendo más y más famosa, empecé a sentir cierto recelo por su parte. Además, como ganaba mucho dinero que yo le daba sin problema, nuestra relación se fue haciendo cada vez más tóxica”.
Y, con el paso de los años, su relación no ha hecho más que empeorar. “He intentado acercarme y tener conversaciones serias porque necesitaba establecer una buena y profunda relación con ella”, comenta Reid. “Quise ser capaz de hablar de nuestros problemas, pero ella no ha acabado de asimilar de dónde vengo. Creo que es muy orgullosa y no quiere admitir que a veces se equivoca y cómo me ha tratado. Así que nada, ya no tengo relación con ella, apenas hablo con mi madre”.
¿Qué hay de la relación con su padre? En este caso, es mucho peor, debido a que es muy religioso. “Cuando le dije que me iba a dedicar al porno no lo entendió”, admite. “No tengo permitido hacerle visitas porque a su mujer, mi madrastra, no le gusta que sea actriz de cine para adultos. Cuando le ofrezco hacer un plan, como ir a tomar un café o a desayunar, él me dice que no quiere que le vean en público conmigo. Es muy doloroso para mí y me fastidia muchísimo”.
“He perdido a toda mi familia. Tampoco hablo con mis hermanos o hermanas. Pienso que al final se aprovecharon de mí o bien sienten vergüenza de lo que hago, como mi padre”, concluye. “Por ello, cuando la gente me pregunta si les recomiendo dedicarse al porno les digo tajantemente que no. Te hace la vida demasiado difícil, tanto la relación con tus parejas, con tu familia y con tu propia intimidad. Esta profesión tiene muchas cosas negativas, y solo podrías llevarlo bien si fueras una persona fuerte”.
“¿Sentaré la cabeza? Eso espero. ¿Me siento sola y triste? Por supuesto”. Así de contundente habla Riley Reid, una de las artistas de cine para adultos más famosa del mundo, quien en un amargo vídeo subido a su canal de YouTube, se sincera con todos sus seguidores sobre su vida y las dificultades de llevar una vida normal como cualquier otra persona anónima. Desde que se hizo famosa, ha tenido que lidiar con el estigma de su profesión y el hecho de ser tan famosa; un estigma que comparten sin duda el resto de actrices, pero agravado en su caso al ser tan conocida.