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"Estoy muerto en vida": El español que ganó 6,5 millones en la lotería y lo perdió todo
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Un periplo judicial 15 años después

"Estoy muerto en vida": El español que ganó 6,5 millones en la lotería y lo perdió todo

Después de ganar el premio, le "convencieron para que mantuviera sus fondos y obtuviera préstamos hipotecarios y pólizas", lo que acabó con todo su patrimonio y le provocó "depresión crónica"

Foto: Francisco Guerrero reclama al banco 1,6 millones por "mala praxis". (Europa Press)
Francisco Guerrero reclama al banco 1,6 millones por "mala praxis". (Europa Press)

Después de ese día, la vida de Francisco Guerrero cambió para siempre cuando ganó la lotería. Este albañil, natural de Barbate (Cádiz) y residente en Castellón, se embolsó 6,5 millones de euros en 2005 como poseedor de un billete premiado en el sorteo de la Bonoloto, pero lo que parecía ser un sueño se ha convertido 15 años después en una auténtica pesadilla que ha culminado en un periplo judicial contra la entidad bancaria a la que acusa de "perderlo todo".

"Estoy muerto en vida", explicaba visiblemente emocionado a las puertas del Juzgado de Primera Instancia número 8 de Castellón, donde la semana pasada quedó visto para sentencia el juicio en el que reclama 1,6 millones al banco por "mala praxis bancaria e indemnización por daños y perjuicios". "Confío en los jueces, que son personas maravillosas, y creo que este juicio lo tengo que ganar porque me lo merezco, porque todos son unos criminales y unos sinvergüenzas y el daño que tengo yo no lo puede tener nadie".

El demandante explica en su denuncia que, tras ser agraciado, decidió montar una empresa de construcción con la que compró un solar e inició una promoción de cuatro viviendas. Tras vivir una mala experiencia en un banco, decidió traspasar sus fondos a otra entidad porque le "convencieron para que mantuviera sus fondos y obtuviera préstamos hipotecarios y pólizas", algo "innecesario", a su parecer, puesto que tenía una "importante cantidad de dinero".

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Los gastos financieros derivados de la disposición de las pólizas ascendieron a más de 500.000 euros, y eso, sumado al estallido de la burbuja inmobiliaria, provocó que Guerrero se encontrara con las viviendas terminadas que no pudo vender, además de con pólizas y préstamos que no podía pagar, lo que determinó varios procesos de ejecución hipotecaria por parte del banco.

"Ansiedad y depresión crónicas"

Esto mermó la salud de Guerrero, que a consecuencia de estos hechos sufre "ansiedad y depresión crónicas", según han manifestado los peritos psiquiátricos de parte en el juicio. El informe de uno de ellos traslada que Guerrero, si bien no padece una discapacidad intelectual, "tiene bajas capacidades que le impiden asimilar conocimientos de carácter financiero y posee una competencia lectora equiparable a un niño de tercero o cuarto de primaria".

La defensa del banco ha argumentado que la empresa de Guerrero sufrió "una pérdida patrimonial a consecuencia la crisis, pero no es responsabilidad de la entidad bancaria". Asimismo, ha asegurado que ya se juzgaron los productos denominados "tridentes" y que, por ello, existe "excepción de la cosa juzgada", es decir, que ya se reclamó por esta cuestión. Además, la defensa del banco ha argumentado que "se reclama aquí por unos fondos conservadores y por unos daños y perjuicios que son improcedentes" porque "no ha habido incumplimientos".

Aunque me paguen todo el dinero del banco, el daño que tengo yo no me lo puede arreglar nadie en la vida

Por otra parte, el entonces director de la sucursal en la que operaba el demandante subraya que este tenía un perfil de inversor "agresivo" y que le advirtió de que "cuanto más quisiera ganar, más riesgo tendría". A este respecto, argumenta que el cliente "quería ganar más del doble de lo que se pagaba en plazos fijos". Otros dos empleados del banco han declarado que no tenía problemas en entender lo que se le explicaba y han coincidido en que su perfil era "bastante arriesgado".

Uno de ellos ha indicado que la mayor parte de los fondos en que invirtió eran "garantizados" y que la máxima pérdida era del 10%, aunque también ha reconocido que invirtió en algún producto de riesgo. "El global de la cartera de fondos de inversión era conservador". Por su parte, uno de los peritos ha afirmado que, aunque los fondos sí eran seguros, había otros productos en los que el riesgo se elevaba al 46%, por lo que la cartera general de inversiones "no era conservadora".

La representación de Guerrero reclama al banco 1,6 millones de euros por perjuicios causados en su patrimonio, por perjuicios por operaciones de financiación innecesarias y por daños y perjuicios que ha sufrido el actor "en su propia persona". "Aunque me paguen todo el dinero del banco, el daño que tengo yo no me lo puede arreglar nadie en la vida", clama el afectado.

Después de ese día, la vida de Francisco Guerrero cambió para siempre cuando ganó la lotería. Este albañil, natural de Barbate (Cádiz) y residente en Castellón, se embolsó 6,5 millones de euros en 2005 como poseedor de un billete premiado en el sorteo de la Bonoloto, pero lo que parecía ser un sueño se ha convertido 15 años después en una auténtica pesadilla que ha culminado en un periplo judicial contra la entidad bancaria a la que acusa de "perderlo todo".

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