Nos quedamos sin hueco en los cementerios: estas son las alternativas
La población mundial aumentará en 2.000 millones de personas para 2050. En un mundo así, hay que pensar nuevas formas de usar el espacio disponible
El duelo forma parte de la psique del ser humano desde que poblamos el mundo por primera vez. Nuestros antepasados realizaban toda clase de rituales para poder decir adiós para siempre a sus muertos. Desde los antiguos egipcios, que se enterraban con objetos que les habían pertenecido, hasta el Día de Muertos que los mexicanos siguen celebrando en la actualidad los días 1 y 2 de noviembre, la muerte nos acompaña continuamente en el trayecto por la vida.
Según las últimas estimaciones, la población mundial aumentará en 2.000 millones de personas para 2050, en un mundo envejecido en el que ha aumentado la esperanza de vida y, sin embargo, los niveles de natalidad han bajado. Si la situación se mantiene de esta manera, ¿seguirá habiendo espacio para enterrar a nuestros muertos o tendremos que inventar nuevas formas de lidiar con los fallecimientos futuros?
Un grave problema
Las áreas urbanas se están quedando sin espacio para albergar cementerios. Según informa 'Considerable', Green-Wood, un extenso cementerio histórico en Brooklyn donde están enterrados muchos de los muertos más ilustres de la ciudad de Nueva York, ha informado hace poco podría quedarse sin espacios para tumbas individuales a final de la década. No es el único, en Pekín (China) los cementerios están llenos desde 2016, y una encuesta de la 'BBC' realizada en 2013 descubrió que casi la mitad de los cementerios de Reino Unido podrían quedarse sin espacio en los próximos 20 años.
¿Qué hacer? En países como Suecia, donde la secularización está a la orden del día, muchas personas optan por solicitar que sus restos se extiendan por algún lugar con el que, durante su vida, sentían una conexión especial. En muchos de estos casos, el fallecido solicita tal entierro porque no quiere dar trabajo adicional a sus familiares, se trata de una decisión financiera o incluso puede estar relacionado con el hecho de que Suecia es el país del mundo con más personas que viven solas. También hay que tener en cuenta que el ecologismo comienza a cobrar gran importancia en nuestras vidas.
En Taiwán o Brasil están optando por enterrar a sus muertos en vertical, en grandes edificios. En Hong Kong se han propuesto 'cementerios flotantes'
Ya han comenzado a barajarse en la actualidad otras formas de entierro altruista con el planeta, frente a tanto individualismo: ejemplo de ello son las Cápsulas Mundi, una obra de los diseñadores Anna Citelli y Raoul Bretzel que consiste en una cápsula para depositar, de manera biodegradable, los restos del difunto, que se convertirán en nutrientes para un árbol que crecerá. Un producto novedoso y que sin duda tendrá éxito en un futuro cercano.
Menos éticas son otras medidas: algunos cementerios de Estados Unidos y de Londres están reutilizando tumbas. No es la primera vez que se hace algo así, el 'reciclaje' fue la norma en algunas partes de Europa durante siglos. Los cadáveres de los plebeyos se trasladaban habitualmente a fosas comunes o depósitos que después se descomponían, aunque en la actualidad es un poco más complicado debido a que deben entregarte un permiso especial para hacerlo. Nosotros, como los griegos, estamos acostumbrados a los nichos, que las familias alquilan durante años. De hecho, en algunos cementerios de nuestro país y debido a la crisis, muchas familias con ingresos mermados alquilan nichos por tan solo cinco años en lugar de 75.
¿El cielo será el límite?
Si la tierra se nos queda pequeña, ¿será el cielo el siguiente territorio por conquistar? Es otra solución. No muy lejos de São Paulo (Brasil), se encuentra el Memorial Necropole Ecumenica, un cementerio vertical que actualmente es el más alto del mundo (según el 'Libro Guiness de los Récords'), con 14 pisos. Parecida es la True Dragon Tower que se encuentra a las afueras de Taipei (Taiwán), otro edificio pensado para albergar las cenizas de 400.000 personas. Algo muy necesario en un país donde la falta de espacio en los centros urbanos es un problema acuciante. En algunas zonas de Europa como Francia o Noruega ya han tomado nota y pretenden imitarlo en el futuro.
La cremación es un proceso extremadamente tóxico y requiere mucha energía. No es útil en un mundo cada vez más concienciado ecológicamente
Otra opción plausible son los cementerios flotantes. En Hong Kong, donde hay que esperar años para conseguir un lugar donde enterrarte, se desarrolló hace unos años un prototipo de 'isla' llamada Floating Eternity. Una zona en alta mar a la que se podría acceder en ferry y además atracaría en tierra firme durante algunas vacaciones relacionadas con el culto a los muertos.
Design for a floating Hong Kong cemetery with a rotating wall of 370,000 niches that travels from port to port. pic.twitter.com/BpnH50b9
— Caitlin Doughty (@TheGoodDeath) November 24, 2012
Aunque son fascinantes, el desafío de estos conceptos arquitectónicos es que resistan el paso del tiempo, igual que los cementerios. Es por eso que, como señalábamos antes, la idea 'verde' ha cobrado mucha fuerza en los últimos tiempos. En Australia, por ejemplo, algunos arquitectos promueven la idea de un 'cinturón de enterramiento' fuera de los pueblos y ciudades, en espacios verdes con árboles plantados junto a los muertos. Una manera, según explicó uno de los arquitectos en 'The Conversation', de reforestar y terminar con la cremación, que es un proceso extremadamente tóxico y requiere de mucha energía (de hecho, la energía consumida por una sola cremación es igual al uso doméstico mensual de una persona).
Lo que está claro es que son muchas las posibles propuestas que se han puesto sobre la mesa para luchar contra un problema grave del que solo hemos vislumbrado la punta del iceberg. Para los expertos, terminar con los cementerios sería un error debido a la fuerte carga emocional que supone tenerlos en las ciudades. Forman parte de la historia de cada sociedad, y, como sucede con los pueblos que olvidan su historia y están condenados a repetirla, los que no recuerdan a sus antepasados están condenados a olvidar la única cosa que hay segura en nuestra vida: la muerte, tarde o temprano, nos llega a todos.
El duelo forma parte de la psique del ser humano desde que poblamos el mundo por primera vez. Nuestros antepasados realizaban toda clase de rituales para poder decir adiós para siempre a sus muertos. Desde los antiguos egipcios, que se enterraban con objetos que les habían pertenecido, hasta el Día de Muertos que los mexicanos siguen celebrando en la actualidad los días 1 y 2 de noviembre, la muerte nos acompaña continuamente en el trayecto por la vida.