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El "Stonehenge español" que se encuentra en Cáceres: el Dolmen de Guadalperal
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El "Stonehenge español" que se encuentra en Cáceres: el Dolmen de Guadalperal

Este monumento megalítico, localizado en la comarca del Campo Arañuelo de Extremadura, solo se puede ver cuando el agua del río Tajo baja su caudal

Foto: Foto: Wikipedia.
Foto: Wikipedia.

En la localidad cacereña de El Gordo, al este de Extremadura, se encuentra el Dolmen de Guadalperal, que muchos comparan con el monumento megalítico inglés de Stonehenge. La particularidad de este tesoro arqueológico y antropológico es que se encuentra bajo las aguas del embalse de Valdecañas, en el río Tajo, y solamente se puede ver cuando el caudal decrece, como una pequeña ibérica Atlantis perdida de entre 4.000 y 7.000 años de antigüedad.

La última vez que se produjo este acontecimiento y emergió de las aguas fue en el otoño del año pasado. Debido a la aguda sequía que sufrió nuestro país y a las continuadas olas de calor, el dolmen emergió de las profundidades del río para mostrarse ante los ojos de los españoles del siglo XXI, ya que la última vez que era visible fue en 1963. El monumento megalítico consta de más de 100 piedras de granito en pie, algunas de ellas hasta de 1,8 metros de altura y dispuestas en un círculo de 26 metros de diámetro.

La sequía trajo de vuelta a la superficie a la construcción megalítica después de ser invisible durante más de 60 años

El monumento fue hallado en 1926, después de una investigación dirigida por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier, capellán de la casa de Alba. Según informa 'National Geographic', el científico estaba veraneando en una finca de Guadalperal cuando de repente vio un conjunto de piedras que llamó su atención. Durante años, emprendió las labores de excavación para exhumar el dolmen. Años más tarde, en 1963, se construyó el embalse de Valdecañas para contener el agua del Tajo, que lo cubrió completamente enterrándolo en sus profundidades.

La sequía trajo de vuelta a la superficie a la construcción después de ser invisible durante más de 60 años. La avalancha de turistas y curiosos no se hizo de esperar. El dolmen quedaba al aire libre y a la exposición física de los visitantes, que no dudaron en tocarlo y hacerse fotos en su estructura. El hecho de estar en la superficie y a merced de los turistas ha provocado que alguna de sus piedras hayan sufrido erosión. A raíz de este problema nació la plataforma Asociación Raíces de Peraleda y la campaña de firmas "Salvar al Dolmen de Guadalperal antes de que sea demasiado tarde" en 'Change.org', la cual está a punto de cumplir su objetivo de firmas para pedir la retirada del monumento a un lugar más seguro, a salvo tanto de las inundaciones como de los turistas.

Foto: Anochecer en el solsticio de verano de Stonehenge. (EFE)

"La Asociación Raíces de Peradela lanza una voz de alarma a las autoridades para que lo rescaten de las aguas aprovechando las circunstancias actuales, puesto que aún está bien conservado", recoge la iniciativa. "Aunque ya muestra signos claros de deterioro y puede que las próxima vez que las condiciones permitieran un rescate fuese demasiado tarde, dado que el granito se está volviendo poroso y en algunos casos se está rajando". Si quieres firmar y participar en la demanda colectiva, pulsa aquí.

Ya se han iniciado los trámites para la declaración conjunta del megalítico como Bien de Interés Cultural (BIC), para así garantizar que el monumento esté bien protegido. Su homólogo británico, el Stonehenge de Wiltshire, fue proclamado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. De momento, el Ministerio de Cultura y la Junta de Extremadura han descartado la posibilidad de cambiarlo de sitio, ya que los expertos que han evaluado la situación consideran que su traslado podría ocasionar graves daños irreversibles a la estructura, según informa una noticia de la 'BBC' que se hace eco de la historia. "El dolmen de Guadalperal es uno de los mejores ejemplares megalíticos de entre los más tempranos", valoró Primitiva Bueno, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares, en declaraciones recogidas por 'National Geographic'. "Esto explica por qué algunos expertos no dudan en afirmar que podría ser el dolmen más importante de nuestro país". ¿Acaso hay más?

El Dolmen de Lácara

Otro de los más bellos e imponentes dólmenes es el que se encuentra a escasos kilómetros de la ciudad extremeña de Mérida: en la carretera que une los municipios de Aljucén con La Nava de Santiago se encuentra, en medio de la sempiterna y silenciosa dehesa, el Dolmen de Lácara, orgulloso frente al paso inexorable del tiempo y al que un servidor tuvo la oportunidad de acercarse en una noche de verano del año pasado. La diferencia más notable con el de Guadalperal es que no consta de piedras erguidas hacia lo alto, sino que sus vastos pedruscos forman una especie de túnel hacia un círculo de lo más enigmático, mostrando así el hondo atavismo del que hacían gala los hombres que lo construyeron.

placeholder Foto: Wikipedia.
Foto: Wikipedia.

Con una estructura de corredor que se abre hacia una amplia cámara circular, el visitante se queda ensimismado al observar tamaña estructura. La construcción de este tipo de monumentos megalíticos se lleva a cabo a finales del Neolítico o a lo largo del Calcolítico, es decir, alrededor de unos 4.000 años antes de Cristo. En el Dolmen de Lácara se han encontrado puntas de flechas y de lanzas de cobre, cuchillos confeccionados de sílex y otros elementos, lo que indica que fue utilizado como cámara funeraria durante el Calcolítico y la Edad de Bronce.

Sin duda, si el lector está planeando un viaje y tampoco quiere irse demasiado lejos, una buena opción puede ser la de decantarse por estos restos de nuestro pasado inmemorial y arcaico. El alma saldrá instantáneamente de su letargo y se encontrará con lo que una vez fuimos, hace muchísimo tiempo, y que ya no podemos llegar ni a imaginar.

En la localidad cacereña de El Gordo, al este de Extremadura, se encuentra el Dolmen de Guadalperal, que muchos comparan con el monumento megalítico inglés de Stonehenge. La particularidad de este tesoro arqueológico y antropológico es que se encuentra bajo las aguas del embalse de Valdecañas, en el río Tajo, y solamente se puede ver cuando el caudal decrece, como una pequeña ibérica Atlantis perdida de entre 4.000 y 7.000 años de antigüedad.

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