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Ni los ricos pueden vivir en San Francisco... ¿Y en España?
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Ni los ricos pueden vivir en San Francisco... ¿Y en España?

La ciudad donde residen muchos trabajadores de Silicon Valley se enfrenta a un grave problema: no puede crecer y hay demasiadas personas que quieren entrar en ella

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Si alguna vez vas a San Francisco procura llevar flores en tu pelo. Y dinero. La ciudad estadounidense que vio nacer el movimiento hippy y que tiene la Marcha del Orgullo LGTBIQ más importante del mundo, no puede crecer desde hace años. Rodeada de agua por todas partes, desde el este al oeste pasando por el norte, no llega al millón de habitantes. El sur es la única parte que podría seguir desarrollándose, pero a estas alturas se encuentra completamente edificada: la ley de la oferta y la demanda.

Un reciente metaestudio publicado por Ryan Kulp pretendía llegar a una conclusión certera de por qué tanta gente se marcha de la mítica ciudad donde se yergue el Golden Gate. "Los problemas sociales como la falta de vivienda o la falta de seguridad son los verdaderos culpables del éxodo masivo", explica Kulp en su propia noticia. "Lo curioso es que muchas personas se mudan a Nueva York, que sigue siendo la ciudad más cara de Estados Unidos". En realidad, la diferencia es que, mientras en Nueva York todavía existen zonas asequibles, en San Francisco es cada vez más difícil encontrarlas.

Una ciudad rodeada de agua

Así lo cuenta el periodista Jesús Soler a El Confidencial. Él estudió cine en San Francisco hace unos años y conoce el precio de los alquileres: "No es como Madrid, que se ha ido expandiendo hacia el exterior y han podido surgir zonas como Las Tablas. San Francisco no puede crecer más, en una ocasión escuché que han llegado incluso a plantearse edificar las construcciones en el mar, pero por ahora parece imposible. Es simplemente la ley de la oferta y la demanda, mucha gente queriendo entrar y poco sitio disponible, por lo que los caseros ponen sus alquileres a 3.000 dólares al mes sabiendo que alguien lo pagará", cuenta.

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Explica también que la ciudad tiene barrios muy caros y otros muy degradados, donde nadie quiere vivir porque el Ayuntamiento no se molesta en remodelarlos. Ejemplo de ello es Tenderloin, una (por no decir la más) de las zonas más cutres de Estados Unidos. "Es un barrio que tolera que mucha gente viva en las calles", cuenta a este periódico Saki Bigio, profesor de Economía en la Universidad de UCLA y residente en San Francisco, "para aquellos que no estamos acostumbrados a eso resulta bastante impactante: tanto por el drama humano de todos aquellos que viven ahí como por la inseguridad que uno siente", explica.

Incluso los jóvenes inmigrantes altamente cualificados (que tienen salarios de seis cifras) tienen problemas para quedarse en la ciudad

Cuando los inmigrantes llegaron el siglo pasado, comenzaron a desarrollarse en torno a esa zona y el barrio chino, porque eran "planos" (recordemos que San Francisco es una ciudad conocida por sus innumerables cuestas), mientras que los ricos decidieron subir a lo alto de las colinas. Durante la fiebre del oro, Tenderloin se hizo famoso como distrito del entretenimiento legal e ilegal, donde la gente gastaba su dinero en salidas nocturnas: burdeles, teatros y restaurantes. A finales de los años 50, el propio Ayuntamiento luchó contra esos negocios, destruyendo parte del barrio. Los pisos que en la actualidad se ofrecen ahí (donde nadie quiere vivir), generalmente están compuestos de una habitación con un baño compartido y un pequeño lavabo, ni siquiera hay instalaciones para cocinar, según recoge 'KQED'.

"El problema principal es el típico de la gentrificación", explica Soler, "la gente que nació y vivió en San Francisco tenían trabajos normales con sueldos normales, y a día de hoy han tenido que marcharse de la ciudad porque no pueden pagar los alquileres. ¿Quiénes pueden hacerlo? Todos los que trabajan en Google, Facebook y los sinfines de 'startups' que conviven en Silicon Valley. Esta gente vive a cuerpo de rey en San Francisco porque les pilla cerca de su lugar de trabajo y las empresas les envían autobuses que les recogen en sus casas y les llevan".

Los jóvenes son los principales afectados, el voto a candidatos de izquierda como Sanders u Ocasio-Cortez es un reflejo de los cambios

La crisis de la gentrificación en San Francisco está marcada justamente por esos inmigrantes que, por primera vez en la historia, tienen más dinero y estudios que los que son de la ciudad. Según explica 'SF Gate', alrededor del 60% de las personas recién llegadas poseen al menos un título universitario, en comparación con el 50% de los residentes que se están marchando. Pero incluso los jóvenes inmigrantes altamente cualificados (que tienen salarios de seis cifras) tienen problemas para quedarse en la ciudad, y es que, según explica el medio, se debe hacer una distinción entre "ingresos" y "riqueza". Muchos recién llegados poseen lo primero, pero carecen de lo segundo, y eso crea problemas para la longevidad residencial.

Es por eso que los trabajadores de Silicon Valley también se consideran de clase media. Así lo explicaba el ingeniero de software Marvin Chan hace unos meses en una entrevista. Chan vive en Palo Alto, conduce un Nissan Murano del 2007 y lleva durante las vacaciones a sus hijos a campamentos de verano bastante corrientes. Sus ingresos estimados por trabajar en una 'startup' en el Área de la Bahía son de 400.000 dólares al año (unos 354.000 euros): "Quizá en otro país seríamos considerados ricos, pero en San Francisco, con los gastos que tenemos, somos de clase media", apuntó.

Mi habitación era un salón, y he llegado a conocer gente en peores condiciones, viviendo en garajes o incluso trasteros

No es el único que piensa así, el periódico 'Palo Alto Weekly' realizó una encuesta entre 2017 y 2018 a un total de 250 residentes y descubrió que unas 80 personas que ganaban hasta 400.000 dólares al año se definían también de clase media. Esto varía mucho entre zonas. En San José, donde el ingreso familiar promedio ha aumentado un 19% en los últimos años, la clase alta es aquella que gana más de 193.000 dólares anuales, mientras que en Palo Alto tienes que ganar al menos 300.000 dólares para poder aspirar a serlo. "La pregunta sería qué es 'un sueldo normal' y qué una 'vivienda digna'", indica Bigio, "la realidad es que con un sueldo de 2.000 o 3.000 dólares es imposible vivir en esa ciudad. No solo por las rentas sino por el coste de todos los servicios. Los supermercados son más caros que en Los Ángeles, por ejemplo".

La desigualdad salarial está creciendo más rápido en San Francisco que en cualquier otra ciudad de Estados Unidos, según un estudio del Institute of Broking y el dorado sueño americano esconde una cara muy oscura. Como explica Bigio: "Si pasas por el campus de Stanford, verás una cola interminable de caravanas donde vive la gente. Mucha gente duerme en sus coches o en carpas en la calle, es una crisis verdaderamente seria. No solo está relacionado con problemas de salud mental o drogas, también de desempleo. Sociológicamente, explica mucho sobre la sociedad americana: mientras que en Europa o Latinoamérica si tienes problemas puedes irte a vivir con algún familiar o colega, en Estados Unidos eso es muy inusual. Son muy individualistas".

Con un sueldo de 3.000 dolares es imposible vivir, no solo por las viviendas. Los supermercados y otros servicios son más caros que en Los Ángeles

"Con esta situación se han ido improvisando viviendas", cuenta Soler. "Un grupo de estudiantes que vivan juntos llegan justos a fin de mes. Mi habitación, por ejemplo, era un salón, y he llegado a conocer gente en peores condiciones, viviendo en garajes o incluso trasteros. Hay que tener mucho cuidado porque Craiglist, que es la web donde la gente suele alquilar casas, está llena de fraudes. La mejor manera de conseguir una casa o una habitación es a base de contactos, sabiendo que alguien se marcha y ocupando su piso, o incluso acudiendo a castings, aunque suene a locura. Los pocos alquileres con contratos razonables son de hace más de cinco años", señala.

En Stanford viven en coches. Los americanos nunca se irán a vivir con algún conocido si tienen problemas, son individualistas

"La situación, tarde o temprano, acabará estallando socialmente", explica Bigio, "creo que se debe por una parte a problemas de zonificación, por otro, problemas del sistema de bienestar de este país. El grupo de gente que vive en la calle no está organizado ni tiene impacto político. En el momento en que se organice un movimiento será para cambiar las cosas a nivel nacional y no local. No veo una mejora a corto plazo y los jóvenes serán los principales candidatos (el voto a candidatos de izquierda como Sanders u Ocasio-Cortez es un reflejo de ese movimiento). Trump, en cambio, es un candidato que representa el desinterés en ese problema", añade.

¿Y en España?

¿Es posible que en nuestro país se dé algún día una situación parecida? "En este momento, tanto en Madrid como en Lisboa (y en la mayoría de ciudades del sur de Europa) se está atravesando un proceso de fuerte distorsión de su mercado inmobiliario, cuyos precios, ya sea de compra o venta, se han disparado", cuenta el portugués Luís Filipe Gonçalves, experto en gentrificación, al que ya entrevistamos en otra ocasión, "creo que las desigualdades en el acceso a la vivienda continuarán y seguramente empeorarán, aumentando la segregación residencial y la injusticia social", cuenta.

Foto: Fuente: Luís Filipe Gonçalves Mendes.

"El caso de Madrid es parecido al de San Francisco en el sentido de que mucha gente quiere vivir en las zonas céntricas que tampoco pueden crecer más", indica Soler, que vive actualmente en la capital. "Malasaña, por ejemplo, es un San Francisco a pequeña escala, se ha gentrificado y se están cerrando los comercios de toda la vida", añade.

"Para que la situación no estalle en España o Portugal, que viven una posición parecida al ser los países más afectados por la crisis capitalista del 2008, es imperativo que el Estado central (y el local de las ciudades) intervengan para regular el turismo", apunta Gonçalves. "También se deben controlar los fondos de inversión inmobiliaria y regular la inversión extranjera masiva en vivienda que atrae riqueza, sin duda, pero también genera especulación inmobiliaria. Se debe regular dicho mercado, aumentar la oferta pública de viviendas y obligar a establecer cuotas mínimas en nuevos proyectos de construcción dirigidos a familias de bajos ingresos, promoviendo la mezcla social", concluye. Todo con tal de no acabar como la ciudad de la soleada California, donde debes llevar flores en el pelo y, sobre todo, mucho, pero que mucho dinero.

Si alguna vez vas a San Francisco procura llevar flores en tu pelo. Y dinero. La ciudad estadounidense que vio nacer el movimiento hippy y que tiene la Marcha del Orgullo LGTBIQ más importante del mundo, no puede crecer desde hace años. Rodeada de agua por todas partes, desde el este al oeste pasando por el norte, no llega al millón de habitantes. El sur es la única parte que podría seguir desarrollándose, pero a estas alturas se encuentra completamente edificada: la ley de la oferta y la demanda.

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