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Las dunas logran comunicarse entre sí, según los científicos
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Las dunas logran comunicarse entre sí, según los científicos

Científicos de la Universidad de Cambridge han hallado nuevos datos sobre el comportamiento de estas formaciones arenosas

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Foto: Reuters

En España podemos observar varios paisajes de dunas impresionantes. Aunque muchos piensen que las Islas Canarias 'monopolizan' estas formaciones, otras zonas de nuestro país como las Dunas de Liencres (Cantabria), las del Parque Nacional de Doñana (Andalucía) o las del Fangar en el Delta del Ebro (Tarragona) no desmerecen para nada a sus primas isleñas. Pero lo que muchos no saben es que estas pueden 'hablar' entre sí.

Ya sea en tierra o bajo el agua, las dunas de arena generalmente aparecen en grandes grupos. Físicos de la Universidad de Cambridge han descubierto que cuando dos dunas idénticas migran a largas distancias cambiarán inesperadamente su ritmo, por lo que terminarán distribuidas de manera uniforme, según un estudio publicado en 'Physical Review Letters'. Este hecho sugiere especulaciones sobre cómo estos montículos de arena pueden 'comunicarse'.

"Definitivamente están en contacto", señala Nathalie Vriend, una de las físicas de la Universidad de Cambridge que ha participado en el estudio, en una entrevista con el 'Washington Post'. "Si le doy un empujón a mi vecino es una acción pensada. Pero no estamos hablando de humanos con cerebro, estamos hablando de dunas de arena que se comunican, objetos inanimados que transmiten información", destaca.

La influencia en las fuerzas que las mueven, como el viento o el agua, cambia la forma en que afectan a otras dunas de su alrededor

Obviamente, las dunas de arena no pueden hablar entre sí. Pero los investigadores argumentan que la influencia de las dunas en las fuerzas que las mueven, como el viento o el agua, cambia la forma en que esas fuerzas afectan a otras formaciones arenosas de su alrededor, haciendo que estas estructuras físicas 'comuniquen' su posición.

Esto es contrario a lo que muchos modelos teóricos han planteado sobre la migración de dunas, que ocurre tan lentamente y a través de distancias tan grandes que es extremadamente difícil de estudiar.

En general, estas estructuras son vistas como agentes autónomos autopropulsados ​​que a veces pueden chocar y consumirse entre sí, pero no necesariamente colaboran.

Foto: (Shutterstock).

"Otra teoría es que las dunas pueden chocar e intercambiar masa, como bolas de billar que rebotan entre sí, hasta que son del mismo tamaño y se mueven a la misma velocidad", explica el físico teórico Karol Bacik de la Universidad de Cambridge.

Sus nuevos hallazgos hacen que ambas explicaciones no parezcan compatibles. Las dunas pequeñas generalmente se mueven más rápido y las más grandes más lentamente, lo que sugiere que las de un tamaño similar se moverían al mismo ritmo. Pero los recientes resultados sugieren que este puede no ser siempre el caso.

En cambio, dos dunas de arena con el mismo volumen y forma pueden 'copiar' sus señales entre sí, acelerando o frenando para alejarse, todo sin intercambiar gran parte de su masa en el proceso. "Hemos descubierto hechos físicos que nunca antes habían formado parte del modelo", explica Vriend.

El experimento

Al crear un canal giratorio lleno de agua, el equipo pudo mantener dos dunas idénticas girando en círculos durante horas. En lugar de moverse al mismo ritmo inicial, la duna al frente se aceleró inicialmente. Una vez que había recorrido 180 grados para llegar al lado opuesto del canal circular, la duna principal se desaceleró al mismo ritmo que la otra.

Si se comprobase que esta actividad también existe en tierra, podría ser increíblemente importante para prepararse para el cambio climático

"La estructura de flujo detrás de la duna delantera es como una estela detrás de un bote", explica Vriend, "y afecta las propiedades de la próxima duna". Al crear turbulencias en el flujo de agua, la primera duna empuja a la que está detrás. En otras palabras, la estructura líder está interactuando y repeler a su vecino aguas abajo, 'comunicándose' a través de su estela y renunciando a muy poca masa propia en el proceso.

Esta repulsión de las dunas de arena cercanas se ha observado anteriormente en imágenes de satélite, pero las fuerzas detrás de ella nunca se han entendido.

Incluso cuando los investigadores pusieron dos dunas de tamaños ligeramente diferentes en su experimento notaron un efecto similar. La más grande inicialmente se aceleró, después, a medida que aumentaba la separación entre las dos dunas y la líder se debilitaba, la duna pequeña comenzó a acelerarse. Finalmente este 'efecto de repulsión' equilibró las dos estructuras para que viajaran a la misma velocidad, evitando posibles colisiones.

Foto: A vista de pájaro... o de turista en el avión. (iStock)

"Concluimos, por lo tanto, que es plausible que la estructura de los campos de dunas subacuáticas naturales esté controlada y estabilizada por el mismo mecanismo de repulsión duna-duna observado en este trabajo", escriben los autores en su informe.

Si se comprobase que esta actividad también existe en tierra, podría ser increíblemente importante para prepararnos para el cambio climático. Cabe destacar que con los años, el calentamiento global ha aumentado el movimiento de las dunas en ciertas partes del mundo.

Descubrir hacia dónde se dirigen estas estructuras masivas de arena, y cómo viajan, podría permitirnos preparar granjas, carreteras, infraestructura y medios de vida para un planeta 'recalentado'.

En España podemos observar varios paisajes de dunas impresionantes. Aunque muchos piensen que las Islas Canarias 'monopolizan' estas formaciones, otras zonas de nuestro país como las Dunas de Liencres (Cantabria), las del Parque Nacional de Doñana (Andalucía) o las del Fangar en el Delta del Ebro (Tarragona) no desmerecen para nada a sus primas isleñas. Pero lo que muchos no saben es que estas pueden 'hablar' entre sí.

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