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Tiene 85 años, era cura y ha dejado la sotana para trabajar en el porno
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LA VIDA DA MUCHAS VUELTAS

Tiene 85 años, era cura y ha dejado la sotana para trabajar en el porno

Nunca es tarde si quieres dar un cambio. El ejemplo es esta persona que dedicó su vida a la fe y descubrió que era homosexual. Años más tarde, decidió meterse en el cine para adultos

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

"Mi yo de 85 años es mucho más vital que mi yo de 45 años. Es como si mi energía erótica se hubiera apoderado de mí y me habitara". La vida da muchas vueltas. Y si no que se lo digan a Norman Self, un anciano que entregó toda su vida a la fe protestante para más tarde descubrir su verdadera pasión: el sexo. Un personaje sin duda peculiar que se ha hecho recientemente famoso a raíz de un reportaje televisivo estadounidense en el que habla de su carrera.

Desde que decidió abandonar su labor como sacerdote en Carolina del Norte, afirma que las personas tan avanzadas en edad como él deberían tener una mente más abierta en lo referente al sexo. Además, declara que hace mucho tiempo que ya no cobra por sus películas y que lo hace por "amor al arte", como ha explicado en una entrevista en 'LadBible'.

Apareció una multitud de homosexuales que se manifestaban por sus derechos. Desde ese día, reconocí que era gay

¿Cómo decidió dar el paso y abandonar la sotana para embarcarse enel porno? En primer lugar, se dio cuenta de que la elección de su profesión fue tomada más en base a la presión social de nacer en un estado profundamente religioso que a su deseo real y personal de querer dedicar su vida a transmitir la palabra de Dios. Y fue cuando empezó a interesarse por las películas eróticas al descubrir que su deseo no era heteronormativo

Por aquel entonces llevaba más de 28 años casado. "Corría el año 1997 y era el sacerdote del campus. De pronto, apareció una multitud de hombres homosexuales manifestándose por sus derechos. Me acerqué a ellos y les pregunté cómo llevaban el hecho de que les gustasen las personas del mismo sexo en una ciudad tan reaccionaria. Entonces, desde ese día, reconocí que era gay", narra, en una entrevista en 'The Sun'.

Foto: La actriz Nikki Benz. (Wikimedia Commons)

Self se separó de su mujer y se mudó con un amante. No pasó mucho tiempo hasta que un amigo de ambos le sugirió hacer porno. Aunque al principio, como es normal, le preocupaba lo que pensaría la comunidad eclesiástica de su ciudad, pronto fue superando el miedo a reconocer su sexualidad y su gran afición: el sexo. "Pensé en todas las personas que podrían sentirse ofendidas y si tomarían medidas contra mí, pero acabé aceptando que eso no estaba en mi mano y que yo no tenía culpa de nada", expresa.

"Mi problema con la religión es que el sexo está visto como algo malo, que no se trate como una parte alegre de la vida espiritual", explica a 'Daily Mirror'. "Todo comenzó cuando me preguntaron si querría ir a ver el rodaje de una película. Yo acepté y, de repente, me llamó mucho la atención todo lo que allí ocurría".

Si vivo otros diez años más, mucho mejor. Las personas tan mayores como yo deberían liberarse sexualmente mucho más

"Me sentí como si estuviera en una fiesta, es una de las cosas que más admiro de hacer porno", asegura Self. "Es como venga, vamos a tener relaciones sexuales, ¿por qué hay que esconderse para hacerlo en vez de convertirlas en una experiencia liberadora y de unión con los demás?".

El antiguo sacerdote ha querido lanzar un mensaje a todas aquellas personas que, como él, ya son mayores y no disfrutan tanto de su vida sexual. En este sentido, certifica que se siente mucho más vital que cuando era joven. "Si vivo otros diez años más, mucho mejor. Las personas tan mayores como yo deberían tener una mente más abierta en estos temas y liberarse mucho más", reitera.

Foto: ¡No puedo con eso! (iStock)

No es baladí, ya que una vida sexual sana y activa puede deparar muchos beneficios para la salud física, pero sobre todo para la mental. Por ello, que sirva de ejemplo este hombre mayor que a pesar de tener todo en contra para tomar las riendas de su vida, decidió dar el paso y ser feliz de acuerdo a lo que verdaderamente ama.

"Mi yo de 85 años es mucho más vital que mi yo de 45 años. Es como si mi energía erótica se hubiera apoderado de mí y me habitara". La vida da muchas vueltas. Y si no que se lo digan a Norman Self, un anciano que entregó toda su vida a la fe protestante para más tarde descubrir su verdadera pasión: el sexo. Un personaje sin duda peculiar que se ha hecho recientemente famoso a raíz de un reportaje televisivo estadounidense en el que habla de su carrera.

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