Las principales alergias en los comedores de los colegios de España

Un 6% de los niños españoles tienen una alergia alimentaria identificada en el comedor de su colegio. En concreto, de entre los 15.000 menús escolares analizados, los registros contabilizan hasta 969 alergias diferentes, según refleja el 'I Observatorio de Alergias Alimentarias en Comedores Escolares' realizado por la empresa Mediterránea, dedicada a los servicios de restauración.

El porcentaje apenas ha crecido en comparación al último año del que se tienen registros, en 2017, cuando se cifró una relación del 5,95% de alumnos con alergias. "No creemos que se haya producido un aumento relativo relevante en el número de alergias, pero lo cierto es que sí que hay cada vez más multialergias, es decir, un mismo alumno con varias alergias a diferentes tipos de alimentos", asevera Rocío Royo, directora del área de Nutrición de Mediterránea, a través de un comunicado.

La alergia a las verduras desciende hasta el 12%, es decir, 8 puntos menos respecto al curso de hace dos años

"Esto obliga a considerar cada vez más perfiles alimentarios diferentes, no solo por alergias, sino también por intolerancias o elecciones personales y dietéticas, como los menús sin ternera o sin cerdo, y últimamente las opciones vegetarianas o veganas", prosigue Royo. "En el último año, hemos llegado a multiplicar por cuatro en algunos centros los perfiles alimentarios disponibles, lo que supone todo un reto organizativo y logístico", añade.

Frutos secos: los más alérgenos

Las alergias más comunes y habituales durante el curso lectivo de 2018 y 2019 se han dado dentro de la categoría de frutos secos, que suponen casi el 20% de todas las identificadas. En segundo lugar, están las legumbres (con más de un 15%) y el huevo, con el 13% del total de alergias.

En comparación con el curso 2016-2017, las reacciones negativas a la comida que más han aumentado han sido en las legumbres, los mariscos y la leche. En menor medida, ha crecido las relativas a los aditivos como a los colorantes o glutamato, que en cualquier caso (y curiosamente) es la categoría que menos alergias presenta. Por el contrario, disminuye el número de hipersensibilidad a las frutas y verduras entre los niños, que suponen el 12% de las alergias entre el alumnado. Una buena noticia sin duda, ya que desde hace unos años los comedores escolares están muy concienciados con una alimentación sana y equilibrada para los más pequeños en la que los vegetales siguen destacando como los productos más beneficiosos para su salud.

Como vemos en la tabla, los tipos de alergias que más han descendido han sido las verduras (alrededor de un 8%), seguidas de los cereales, el gluten y los huevos (entre un 5 y un 6%). Las que crecieron junto los frutos secos fueron las legumbres (cerca de un 6%), los mariscos y crustáceos (casi un 5%), la leche (un poco más de un 3,5%), los aditivos (un 1,7%), y por último, los pescados (apenas un 0,30%).

¿Y el gluten?

Pese a la creciente conciencia social de las necesidades de la comunidad celíaca, las intolerancias registradas a cereales con gluten son ahora sensiblemente inferiores respecto a hace dos años, recalca Mediterránea en su informe. Si en 2017 suponían algo más del 15%, actualmente solo rondan el 10% de las intolerancias identificadas.

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"La celiaquía no es la intolerancia que encontramos más a menudo en los comedores escolares", incide Royo. "Aunque limita el consumo de muchos alimentos, es una de las tolerancias más identificadas en las que la sociedad está más madura. En los menús, solemos sustituir los cereales con gluten por otras opciones como arroz, quinoa, maíz u otros productos sin gluten. Otra opción que actualmente creemos interesante es utilizar harina de garbanzo, si hay que rebozar o empanar, puesto que es además una opción con mayor valor nutricional y tiene mucha utilidad en dietas veganas", relata.

El 'I Observatorio de Alergias Alimentarias en Comedores Escolares' ha sido creado para divulgar información nutricional de interés que pueda orientar a los profesionales de la comunidad escolar, y a la sociedad en general, así como a ayudar a tomar conciencia de la importancia de una alimentación adaptada a las necesidades de los alumnos y alumnas. Especialmente, acerca de los diferentes tipos de alergias y particularidades existentes en los comedores escolares y su creciente complejidad para sensibilizar a familias y centros de la necesidad de los colegios para adaptarse a las necesidades específicas de cada niño.