Así se sentirá tu cuerpo si dejas de beber alcohol por completo
Si estas navidades crees que te estás excediendo más de la cuenta y has bebido demasiado, prepárate para el cambio. Tu estado físico cambiará por completo y te sentirás mucho mejor
En épocas navideñas, es probable que el cuerpo se resienta de tantos excesos con la comida y la bebida. A decir verdad, es muy difícil decir que no al festín que tus familiares y amigos han preparado con todo su amor e ilusión, pero también a las copas de después. Y esto sin duda puede suponer un riesgo añadido para tu salud, ya que el consumo excesivo de alcohol depara graves problemas para órganos tan importantes del cuerpo humano como el hígado, el páncreas y, en general, todo el aparato digestivo.
Posiblemente, entre tus propósitos de Año Nuevo destaque eliminar de forma progresiva todo el alcohol ingerido durante las fiestas y volver a la senda de la vida saludable. Sin duda, es una de las mejores cosas que puedes hacer por ti mismo. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Aunque sea en pocas dosis, beber hace que sientas más hambre y, encima, te decantes por alimentos nada saludables
Dejar el alcohol, aunque sea solo durante un mes, siempre se ha relacionado con importantes cambios positivos en la salud de las personas. No solo para perder peso, sino también para reducir el riesgo de padecer un cáncer, una enfermedad cardíaca o, incluso, gozar de relaciones sexuales mucho más apasionadas. La revista 'Eat this, not that' ha reunido algunos de los beneficios inmediatos y progresivos de suprimir el consumo de alcohol. Seguro que te inspiran y motivan de cara al futuro, y sobre todo, restaurarán tu fuerza de voluntad y capacidad de cambio vital.
Comerás mucho menos
Esta es una de las ventajas más conocidas, ya que el consumo regular de alcohol puede aumentar el apetito por los alimentos ricos en calorías. Según un estudio de la revista 'Appetite', las personas que bebieron más de 250 centilitros de alcohol al día comieron un 11% más que los que se abstuvieron. Y además, experimentaron más antojos de alimentos ricos en grasas. Por lo tanto, aunque sea en pocas dosis, beber hace que sientas más hambre y, encima, te decantes por alimentos nada sanos.
Reducirás el riesgo de daño hepático y diabetes
La revista 'New Scientist' hizo un experimento con 14 empleados a los que les gustaba beber una cantidad moderada de cerveza. Diez de ellos dejaron el alcohol durante cinco semanas y el resto continuó con su consumo habitual. Tras analizar su sangre antes y después del experimento, un grupo médico del Instituto de Salud del Hígado del University College of London confirmó que la grasa hepática de los que no tomaron alcohol (un claro predictor del daño hepático) había descendido del 20 al 15%. No solo eso, sino que los niveles de glucosa en sangre de los abstemios, un factor clave para detectar diabetes, también disminuyeron un 16% de media.
Dormirás mucho mejor
Aunque uno de los efectos más conocidos del alcohol es que produce una leve sensación somnolienta, es totalmente falso de que pueda ayudarte a disfrutar de un sueño reparador. Se han realizado muchos estudios para llegar a esta conclusión. Uno de los más definitivos es el de la revista 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research', el cual descubrió que beber antes de acostarte aumenta las ondas alfa del cerebro, nada buenas a la hora de obtener un descanso reparador. Por tanto, desde el momento en que abandones el consumo de alcohol, lo notarás a la hora de dormir, y tu cuerpo se sentirá más fresco, más enérgico, más fuerte.
Mejorarás la digestión
Aunque sea en pequeñas dosis, el alcohol puede afectar de forma muy negativa a tu digestión, ya que altera la secreción de ácido gástrico del estómago, así como la capacidad de los músculos estomacales para descomponer los alimentos ingeridos. Cuando estas funciones se ven modificadas, la digestión empeora. Además, hay estudios que aseguran que si bebes durante la comida, la digestión se puede retrasar. También es posible que la producción excesiva de ácido gástrico irrite tu estómago.
Estarás más hidratado
Si normalmente estás acostumbrado a tomar varias cervezas o copas de vino en casa por la noche, es posible que quieras dejar de beber y reemplazarlo por bebidas más sanas, como el agua mineral o un té bien caliente. Además, el alcohol es muy diurético, lo que significa que limpia el cuerpo con agua gracias a la orina. Esto quiere decir que al reducir la cantidad de alcohol retendrás mucho más agua y así te sentirá mucho más hidratado, además de gozar de un equilibrio de tus electrolitos.
Mejorará el estado de tu piel
Como antes hemos mencionado, el alcohol es un potente diurético que filtra los líquidos del cuerpo, lo que se traduce en que irás muchas veces más al baño. Pero a diferencia del té y del café, que también lo son, las bebidas etílicas disminuyen la producción de la hormona antidiurética que ayuda al cuerpo a reabsorber el agua. Eso también lo percibirás en tu rostro: al cabo de unos cuantos días de abstinencia, notarás que tu piel se ve y se siente más hidratada y no tan reseca. Además, si sufres de caspa o eccemas, convertirte en abstemio hará que mejore notablemente la salud de tu piel.
Tu salud cardíaca progresará
Según la American Heart Association, beber alcohol puede elevar el nivel de triglicéridos y grasas nocivas en la sangre. Esto puede hacer que la grasa se acumule en las arterias y forme placas, produciendo así peligrosas enfermedades cardíacas. Además, como dijimos antes, consumir bebidas etílicas hará que sientas hambre y recurras a alimentos menos sanos o más ricos en grasas. Una cosa lleva a la otra, y a no ser que le pongas atajo, tu corazón se resentirá.
En épocas navideñas, es probable que el cuerpo se resienta de tantos excesos con la comida y la bebida. A decir verdad, es muy difícil decir que no al festín que tus familiares y amigos han preparado con todo su amor e ilusión, pero también a las copas de después. Y esto sin duda puede suponer un riesgo añadido para tu salud, ya que el consumo excesivo de alcohol depara graves problemas para órganos tan importantes del cuerpo humano como el hígado, el páncreas y, en general, todo el aparato digestivo.