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Trucos que debes seguir para no parecer más mayor en invierno
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CUIDADO CON EL FRÍO

Trucos que debes seguir para no parecer más mayor en invierno

Aunque no lo creas, las bajas temperaturas, el viento y la exposición al sol puede causarte arrugas y flacidez en la piel. Te contamos cómo remediarlo

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y es la encargada de ejercer como barrera de protección ante cualquier cambio que se produzca en el exterior. Sin embargo, las inclemencias meteorológicas, los cambios de temperatura y un cuidado poco adecuado afectan también a su salud.

Debes saber que aunque sea invierno, la exposición al sol es el culpable del 90% del envejecimiento visible de nuestro cuerpo. La especialista Emma Appleby, dueña de una clínica de estética en Londres, asegura a 'The Daily Mail' que nuestra estrella, durante todo el año, puede causar sequedad, arrugas, flacidez y pigmentación.

Foto: Fotograma de 'La muerte os sienta tan bien'.

Para proporcionar el tratamiento que necesita es preciso conocer primero qué tipo de piel se tiene: grasa, normal, seca o muy sensible. Estas dos últimas serán las que necesiten un cuidado más intensivo. El primer consejo que da la experta es que debes tener en cuenta es que uses protección solar todo el año. No te arriesgues.

Sequedad

Emma asegura que el principal problema que ve en invierno es que la piel se vuelve extremadamente seca. "Este órgano se vuelve más sensible y propenso al enrojecimiento durante estos meses", explica.

Las comidas excesivamente pesadas pueden resultar apetecibles, pero nuestra piel agradecerá la incorporación de frutas frescas y fibra

Con el frío, la hidratación es uno de los factores que más se deben tener en cuenta. El paso de un ambiente frío a un lugar con calefacción hace que la piel se deshidrate y se reseque mucho más, afectando a su elasticidad. Para evitar problemas mayores, los dermatólogos recomiendan utilizar cremas hidratantes con protección solar en todo el cuerpo, poniendo especial cuidado en manos y cara, sin olvidar los labios. Es fundamental también mantener la humedad en el ambiente, por lo que es recomendable la utilización de humidificadores, especialmente si en el hogar conviven personas mayores o niños.

Evita también usar agua caliente y mantente alejado de las saunas. Ambos pueden hacer que la situación de tu dermis empeore. Es posible que también descubras que tu piel se beneficia de un humectante más sobrecargado en invierno. Usa algo nutritivo e hidratante. Los ingredientes clave a tener en cuenta son la niacinamida y las ceramidas, que ayudan a mantener la barrera de la piel contra los elementos y la mantienen funcionando de forma natural.

Más vale prevenir

Una ropa adecuada puede ser también un buen aliado de nuestra piel en invierno. Las prendas de vestir que evitan la transpiración de la piel pueden llegar a provocar problemas cutáneos y, pese a que mantienen la temperatura corporal, impiden la regeneración natural de la dermis.

Con el frío, la hidratación es uno de los factores que más hay que tener en cuenta. El cambio de temperatura hace que la piel se deshidrate

Una buena alimentación ayuda a nuestro organismo aportándole todo los nutrientes que necesita. Las comidas excesivamente pesadas, propias de esta época del año, pueden resultar apetecibles, pero nuestra piel agradecerá la incorporación de frutas frescas y de productos ricos en fibra. Como en cualquier estación, beber agua es fundamental y, pese a que con un café calentito resulta muy sugerente para entrar en calor, no debemos olvidar que este producto es diurético y favorece la deshidratación de nuestro organismo.

"Asegúrate de utilizar una buena crema hidratante nutritiva para tener una barrera cutánea saludable que ayude a prevenir la pérdida de agua. Y si abusas mucho de una fiesta o la cena de empresa recomiendo peróxido de benzoilo para reducir la inflamación", concluye.

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y es la encargada de ejercer como barrera de protección ante cualquier cambio que se produzca en el exterior. Sin embargo, las inclemencias meteorológicas, los cambios de temperatura y un cuidado poco adecuado afectan también a su salud.

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