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¿Buscas una mejora en tu empleo? 7 jefes te dicen cómo conseguir un aumento de sueldo
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¿Buscas una mejora en tu empleo? 7 jefes te dicen cómo conseguir un aumento de sueldo

Lejos de mostrar ambición desmedida, pedir una mejora salarial es una reivindicación necesaria cuando los méritos de los trabajadores no se corresponden con su salario

Foto: Empresarios hablan con sus trabajadores. (iStock)
Empresarios hablan con sus trabajadores. (iStock)

Pedir un aumento de sueldo puede ser sinónimo de ambición o de justicia. Si el mundo funcionara como debería, la compensación por el tiempo que los trabajadores entregan a una empresa se correspondería con los beneficios que estos generan o, al menos, debería bastar con respetar los rangos salariales establecidos por convenio para que cada persona recibiera el dinero que merece en función de sus méritos y su eficacia a la hora de ejecutar tareas. Por desgracia, no ocurre así en la mayoría de compañías.

Más allá de una reivindicación de los trabajadores, lo cierto es que todas las partes salen ganando cuando los salarios son justos. Un estudio académico publicado en IZA, un prestigioso instituto de investigación especializado en economía laboral, acredita que en el caso hipotético de que todos los trabajadores de una empresa fijaran su sueldo, mejoraría su compromiso con el centro de trabajo y, por consiguiente, su productividad.

Foto: Un hombre sirve el café a una mujer. (iStock)

El análisis reconoce que el hecho de que los trabajadores se asignen un salario alto podría perjudicar a la compañía, si bien el nivel de esfuerzo (un indicador de productividad) crece hasta en un 75% cuando es el empleado quien se asigna su sueldo. De esta forma, los trabajadores ganarían alrededor de un 75% más, mientras que las empresas obtendrían un beneficio adicional de alrededor del 30%.

Todas las partes salen ganando cuando los salarios son justos: si el trabajador tiene el sueldo que merece, la productividad de la empresa aumenta

Pero bajando al mundo real, las empresas que fomentan este tipo de políticas salariales son la excepción, no la norma. En la mayoría de empleos, las mejoras se consiguen a base de negociaciones —colectivas o individuales— directamente con los responsables de recursos humanos o a través de los escalafones superiores en la cadena de mando. Quizás esta última sea la manera más fácil de conseguirlo, pues los jefes son quienes mantienen contacto permanente con sus trabajadores y quienes, por tanto, conocen mejor sus virtudes y sus defectos.

Como bien dice el refranero español, quien no llora no mama. De ahí que, por evidente que parezca, sólo aspiren a un aumento quienes se atrevan a pedirlo. Pero, ¿cuáles son los mejores argumentos para solicitarlo? ¿Qué palabras ayudan a sustentar estas ideas? ¿Hay técnicas que sirvan para dirigirse de forma efectiva a los empleadores? No hay mejores recomendaciones a este respecto que las de ocho grandes líderes consultados por la revista 'Forbes'.

Comparte objetivos

"Si has estado en su puesto actual durante al menos seis meses, hable con sus supervisores de una forma no agresiva o egoísta para informarles de que, aunque tu primera prioridad es sobresalir en tu actual función, tu objetivo a largo plazo es hacer todo lo posible para triunfar", recomienda Danielle Harlan, directora ejecutiva de 'The Center for Advancing Leadership & Human Potential'. "No te detengas ahí", insiste. "Pídeles recomendaciones para mejorar tu papel actual y entérate de qué hacer para dar un salto y desempeñar bien tu próximo rol"

Asume responsabilidad

Con ella coincide Jenna Tanenbaum, fundadora de un exitoso negocio de venta de batidos. "Mi mejor consejo para acelerar una promoción es vestirse para el trabajo que desea. Primero, domina las tareas y responsabilidades en tu rol actual, y luego comienza a resolver los problemas en los que te gustaría trabajar próximamente", detalla. "La única forma de hacerlo es gestionando de forma cuidadosa los tiempos. Comprende la estrategia actual de la organización, haz muchas preguntas difíciles y alinea tus prioridades con las de la compañía", aconseja.

Comunica los logros

Jenn Grasso, vicepresidenta de producto de TaskRabbit recuerda que los anteriores puntos no servirán de nada si no se logra comunicar correctamente los méritos. Pone como ejemplo el caso de una trabajadora a la que ascendió de forma no planificada: "Lo más importante que hizo fue superar las expectativas sobre sus responsabilidades laborales. Ella siempre asumió más de lo que se esperaba de ella y administró proyectos, así como el trabajo de sus compañeros". Pero también fue "excelente" en comunicar de manera proactiva sus logros y "no esperó para compartirlos todos a la vez", sino que se fue haciendo valer poco a poco. "Cuando se me acercó con su solicitud de promoción, ¡ya sabía que se lo merecía!", exclama.

Demuestra los logros

No basta con explicar los motivos para un ascenso, el siguiente paso consiste en demostrar los motivos. "Comparta ejemplos de proyectos que haya encabezado y cómo han impactado positivamente en el negocio. ¿Hubo un aumento en los ingresos? ¿Salvaste a un cliente? Si ha recibido comentarios positivos de sus compañeros u otros miembros de la empresa con respecto a su trabajo, prepárese para compartirlos también con su jefe", sugiere Kim Mullaney, vicepresidenta de Zapier, un servicio web que permite automatizar tareas.

“Hacer un gran trabajo y trabajar muchas horas no es suficiente para garantizar un ascenso o aumento. Debe demostrar cómo ha ido más allá para agregar valor a su equipo y a la organización”, sostiene la directiva, que anteriormente ocupó el cargo de jefa de recursos humanos en Monster. Por tanto, es fundamental identificar las formas en que se ha generado dinero para la empresa, por ejemplo a través de ventas adicionales. Los números son el argumento más convincente.

Porque lo mereces, no porque lo necesitas

Para convencer a un jefe de que conceda un aumento, es más importante explicar por qué se merece que por qué se necesita. "Con demasiada frecuencia, las personas argumentan que un aumento es importante debido a los costes reales de sus vidas. Sin embargo, un empleador únicamente se centra en conceder aumentos a las personas en función de su rendimiento", asegura Beth Monaghan, directora ejecutiva y cofundadora de la firma de relaciones públicas InkHouse.

Ensaya la conversación

"Esto suena extraño y poco natural para muchas personas, pero las conversaciones en las que estás pidiendo algo casi siempre son mejores si has ensayado de antemano y has considerado las muchas respuestas posibles que recibirás para cada una de tus solicitudes y, sobre todo, cómo abordar estas respuestas", afirma Danielle Harlan, que propone interpretar el papel de un jefe inflexible con las reivindicaciones para que la conversación real sea "infinitamente más fácil" y poder anticiparse a cualquier movimiento.

Investiga previamente

A todo el mundo le gustaría ganar cantidades astronómicas, pero probablemente la cifra soñada no sea razonable o factible. “Antes de cualquier negociación salarial, realice una investigación para determinar su valor de mercado", insta Diane Domeyer directora ejecutiva de The Creative Group. "Debe tener una base sólida para y expectativas realistas para que prospere la solicitud. Estudie las tendencias salariales para profesionales en su área geográfica e industria con títulos de trabajo, calificaciones y responsabilidades similares”.

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Para no ir a ciegas, lo mejor es utilizar herramientas como Glassdoor, un portal de opiniones sobre empleo a nivel global que más de 67 millones de usuarios únicos mensuales utilizan para valorar un total de 900.000 negocios. Mediante su calculadora de sueldo medio anual de cada profesión por ciudades, es posible averiguar el valor de mercado de un puesto, dadas la cualificación necesaria y la demanda. Por ejemplo, un desarrollador web junior (experiencia laboral menor a dos años) puede cobrar una media de 25.000 euros al año en una gran ciudad como Madrid, mientras que el salario para un perfil senior (experiencia laboral mayor a dos años) oscila entre 29.000 y 41.000 euros.

¿Y ahora qué?

“Si no se ha conseguido el aumento de sueldo o el nuevo puesto solicitado, no tiene por qué ser el final de la negociación", explica Julia Bonem, experta en marca personal de la consultora laboral Resume Strategists, que considera apropiado solicitar una evaluación del desempeño profesional con "objetivos claramente definidos" y el horizonte de un ajuste salarial antes de la próxima revisión anual. Al mismo tiempo, cree que si el aumento o la promoción no se van a producir en este momento, se pueden pedir ventajas más allá del salario, como oportunidades de desarrollo profesional o más tiempo de vacaciones.

En caso de haberse traducido en un aumento, el jefe esperará más responsabilidad por parte de su empleado, por lo que resulta importante asegurarse de recibir una carta o correo electrónico que describa los detalles del nuevo rol que se espera y que especifique, al mismo tiempo, a partir de qué momento se producirá este cambio. Las negociaciones salariales pueden ser difíciles y angustiosas, pero cuando se salda con éxito, envía al menos dos mensajes positivos al jefe: el primero es que el trabajador tiene planes de quedarse en la empresa por un tiempo, lo cual es una buena señal para cualquier líder; el segundo es que se trata de una persona que valora su trabajo y que quiere que los demás lo valoren.

Pedir un aumento de sueldo puede ser sinónimo de ambición o de justicia. Si el mundo funcionara como debería, la compensación por el tiempo que los trabajadores entregan a una empresa se correspondería con los beneficios que estos generan o, al menos, debería bastar con respetar los rangos salariales establecidos por convenio para que cada persona recibiera el dinero que merece en función de sus méritos y su eficacia a la hora de ejecutar tareas. Por desgracia, no ocurre así en la mayoría de compañías.

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